El gato sin botas
Un felino camina desde Legan¨¦s hasta C¨¢ceres para regresar al lugar de veraneo
La familia de Dandy, un gato de 13 meses, todav¨ªa no se explica c¨®mo el animal ha podido andar los 420 kil¨®metros que separan Legan¨¦s de Santiago de Alc¨¢ntara (C¨¢ceres), donde hab¨ªan pasado las vacaciones con ¨¦l. Su primera hip¨®tesis es que el gato prefer¨ªa el pueblo al ambiente urbano de Legan¨¦s. Pero el veterinario les ha explicado que segurmente no huy¨® hacia all¨ª, sino que por alguna raz¨®n se desorient¨® y no supo volver a casa. Entonces, gui¨¢ndose por su olfato, se encamin¨® al lugar donde cre¨ªa que ¨¢un se encontraban sus due?os.El 3 de septiembre, Eulogio Batalla y Mar¨ªa Antonia Ortega, ambos de 43 a?os, y sus tres hijos, Mario, de 18; Maribel, de 17, y Ana, de 11, regresaron a su vivienda, un bajo de la calle, del R¨ªo Nervi¨®n, en el barrio de San Nicasio, en Legan¨¦s, tras haber pasado un mes de descanso en su pueblo natal. Dandy les hab¨ªa acompa?ado en las vacaciones. Como en los dos viajes anteriores a Santiago de Alc¨¢ntara, hab¨ªa viajado sedado en su jaula porque se pon¨ªa nervioso y se mareaba en el coche.
Ya en Legan¨¦s, el gato sali¨® a la calle por la ventana, como acostumbraba, pero no apareci¨® a la ma?ana siguiente. "Estaba a¨²n bajo los efectos de la pastilla y adem¨¢s ese d¨ªa llovi¨® y hubo mucho aire. Quiz¨¢ eso explica por qu¨¦ se despist¨® y crey¨® que segu¨ªamos en el pueblo", imagina Mar¨ªa Anton¨ªa.
La casa se llen¨® de consternaci¨®n. Lo buscaron por todo el barrio y colocaron carteles con su foto en los portales, pero Dandy no volvi¨® a dar se?ales de vida hasta 11 d¨ªas despu¨¦s. El 15 de septiembre, la madre de Mar¨ªa Antonia, Eusebia Lim¨®n, de 71 a?os, telefoneaba. para contarles que el gato hab¨ªa aparecido y que estaba con ella en Santiago de Alc¨¢ntara. "No me lo pod¨ªa creer y pens¨¦ que mi madre se hab¨ªa confundido con otro gato", dice.
Sin embargo, lo imposible hab¨ªa sucedido. Efectivamente, Dandy, hab¨ªa llegado a Santiago. All¨ª reconoci¨® la casa y la cama sobre la que se tumbaba a dormitar durante el veraneo. Y era ¨¦l; ten¨ªa en el pelo la marca del collar rojo, con cascabel que sus due?os le hab¨ªan comprado, aunque le faltara el collar.
Los rastros de su odisea se dejaban notar en su aspecto. Sus u?as estaban rotas y desgastadas; las almohadillas de las patas, sangrantes y con restos de alquitr¨¢n; hab¨ªa perdido mucho tiempo, y ten¨ªa una peque?a herida en la cabeza que se hizo al perder el collar. "No sabemos si se tuvo que pegar con alg¨²n animal o se qued¨® enganchado y se lo arranc¨® de un tir¨®n", cuenta la mujer."
A tenor del tiempo transcurrido, el gato ha tenido que recorrer una media de 40 kil¨®metros diarios por zonas en las que abundan las sierras. "No s¨¦ c¨®mo ha podido hacerlo; adem¨¢s, no conoc¨ªa el camino porque siempre iba adormilado", dice Maribel, la hija mayor. "Es un lince", contesta su madre.
Dandy es juguet¨®n, un poco chulillo y, haciendo honor a su nombre, muy sibarita con las comidas En Santiago de Alc¨¢ntara (800 habitantes) se ha convertido en toda una estrella, y le ha visitado hasta el alcalde.
Pronto volver¨¢ a Legan¨¦s Pero en coche.
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