El Salamanca sepulta al Rayo
El equipo de Lillo presion¨® a su rival, le encerr¨® en su campo y le lleg¨® a bailar
El Salamanca hundi¨® en el fango al Rayo. Le quit¨® la pelota, le encerr¨® en su territorio y le dio un baile. La tunda de goles fue incluso corta. Se las promet¨ªan felices los de Vallecas (llegaban los salmantinos sin una victoria en el equipaje y con un solo gol a favor) y salieron de la cita escaldados. Completaron un partido horrible, el peor de los ¨²ltimos tiempos. Finalmente, la afici¨®n dict¨® sentencia: mir¨® al palco y baj¨® el pulgar. Pidi¨® un nuevo inquilino para el banquillo.Pedro Mari Zabalza construy¨® la alineaci¨®n sin incluir a los mejores. jugadores. Y eso suele pagarse. En el banquillo, comiendo pipas, posaban Andrijasevic, Calder¨®n, Josemi y Aquino. Y en la grada, Gallego. Por el campo, en cambio, en zonas supuestamente destinadas a la construcci¨®n, correteaban Cortijo, Mart¨ªn Gonz¨¢lez y Barla. El bal¨®n lo iba a pasar mal. La decisi¨®n de Zabalza, la en¨¦sima de la temporada, pag¨® peaje: el Rayo fue arrugado y aniquilado por la ordenada presi¨®n que tir¨® Lillo sobre Vallecas.
El resto lo hicieron los cinco puntales ofensivos con los que el Salamanca apareci¨®. Primero Del Solar, para garantizar el pase inicial. Luego, Quiroga, Barbar¨¢ y, sobre todo, Vellisca (lo que hizo merece un marco de plata), para asomar regates, apoyos y determinaci¨®n. Y finalmente, Claudio, para descargar sobre el c¨¦sped todo su oficio y rematar la faena con sus tres goles. Tuvo el ex deportivista la determinaci¨®n y capacidad para definir de los grandes especialistas extranjeros.
El Rayo no se quit¨® jam¨¢s d¨¦ encima al Salamanca y acab¨® desconectado en todos sus frentes. Esta vez, ni su recurso de toda la vida, la b¨²squeda de On¨¦simo, le vali¨® para algo. El Rayo no construy¨® una sola ocasi¨®n en toda la primera mitad. Y la que se encontr¨® en la segunda fue un regalo. En realidad, todo lo que sucedi¨® en el partido (hasta el gol del Rayo) fue obra del Salamanca.
Cuando Zabalza se quiso dar cuenta, ya estaba todo perdido. Bueno, primero se dio cuenta la afici¨®n, que ya sobre la media hora reclam¨® la salida de Calder¨®n. El t¨¦cnico accedi¨® seis minutos despu¨¦s y retir¨® por ¨¦l a Mart¨ªn Gonz¨¢lez, el s¨ªmbolo de su teor¨ªa futbol¨ªstica. Zabalza renunci¨® a sus principios cuando mor¨ªa.
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