"Si el preso sale estropeado, es que el sistema ha fracasado"
Bernard BoIze, de 44 a?os, no ha renunciado a la utop¨ªa. A¨²n enamorado de Mayo del 68, este ex periodista de Le Monde, reivindicador de un estatuto jur¨ªdico y protecci¨®n social para las prostitutas, encarcelado como -insumiso militar cuando era joven, cree en perfeccionar las instituciones. Aunque la Administraci¨®n francesa lo execra, la primavera pasada fue elegido hombre del a?o por la influente revista Le Nouvel Economiste.Pregunta. ?Cu¨¢les son los objetivos del Observatorio de Prisiones (OIP)?
Respuesta. Una tarea de vigilancia sistem¨¢tica sobre las condiciones de detenci¨®n de las personas encarceladas en todo el mundo y, all¨ª, donde se produzca el incumplimiento de los derechos del hombre, alertar enseguida al Gobierno y a la opini¨®n p¨²blica. Vigilar a los que vigilan y obligarlos a respetar, a su vez, la ley.
P. ?En qu¨¦ se distingue el OIP de Amnist¨ªa Internacional (Al)?
R. Al propone la adopci¨®n de los presos de opini¨®n y pide su liberaci¨®n. El OIP se centra en las condiciones de existencia cotidiana del conjunto de personas detenidas, prisioneras de derecho com¨²n en su inmensa mayor¨ªa y, salvo excepciones, no reclama nunca su puesta en libertad.
P. ?El OIP tambi¨¦n defiende a 'los violadores o asesinos de ni?os?
R. La naturaleza del delito que conduce a una persona a la prisi¨®n no debe tener, en una democracia, incidencia sobre el tratamiento que le es aplicado. Una sociedad no puede en ning¨²n caso comportarse como ella reprocha a ciertos de sus miembros haberse comportado. La privaci¨®n de la libertad no debe suponer penas anexas, tales como ausencia de cuidados m¨¦dicos, ruptura de lazos familiares o imposibilidad de adquirir una formaci¨®n, Profesional. Defender a una persona en sus derechos elementales se hace sin contrapartida.
P. ?Careciendo de autorizaci¨®n para penetrar en las prisiones c¨®mo consiguen el acceso a la informaci¨®n?
R. Son los visitantes, el personal de enfermer¨ªa, los abogados, a veces incluso magistrados o guardianes los que alimentan los grupos de informaci¨®n. Tambi¨¦n es decisivo el testimonio de los detenidos y sus familiares. Pero cada una de esas informaciones es verificada y ha de contar, para hacerse p¨²blica, con el asentimiento de las personas concernidas.
P. ?C¨®mo proceden concretamente?
R. La eficacia del OIP supone la existencia de un grupo local de observaci¨®n que va a pedir la restituci¨®n del derecho del detenido. No se trata de un comit¨¦ de solidaridad o d¨¦ sost¨¦n de uno u otro prisionero. En tome, a cada Prisi¨®n creamos un grupo de trabajo que, de alg¨²n modo, espia el interior del establecimiento.
P. ?C¨®mo se financian?
R. Por adhesiones, dones, subvenciones y productos propios. La independencia de una asociaci¨®n que lucha por los derechos humanos reside en la multiplicidad de sus recursos propios. Desde su origen nos hemos beneficiado del apoyo de diversas fundaciones y organismos diversos. (Por ejemplo de la Comision de las Comunidades Europeas). Por otro lado, organizamos actos culturales y de propaganda.
P. Defender las prisiones no es una forma de atacar el coraz¨®n mismo en la concepci¨®n de nuestra organizaci¨®n social. ?No teme su impopularidad?
R. Lo ideal ser¨ªa un mundo sin prisiones. Pero nosotros no decimos suprimamos las prisiones. S¨®lo deseamos exacerbar una contradicci¨®n. Mi razonamiento es, al extremo, puramente econ¨®mico. La colectividad invierte y gasta mucho dinero para guardar a alguien que ha cometido un delito y va luego a reintroducirlo en el circuito social del trabajo. Tiene, pues, que salir en mejor estado que en el que entr¨® Disponible a la reinserci¨®n. ?se es su inter¨¦s. Si sale estropeado es que el sistema ha fracasado.
P. ?Cu¨¢l ser¨ªa el modelo de una prisi¨®n justa?
R. Una vac¨ªa en el centro de la ciudad. En realidad, la prisi¨®n modelo no existe. Precisamente por ¨¦so, han de verse. La tendencia actual es desplazarlas a la periferia, para que nadie las vea. En Francia, acaban de construir 25 c¨¢rceles en el campo, a 40 kil¨®metros de la ciudad, con capacidad para 13.000 personas. De tal forma que, al cabo de un tiempo, nadie pasar¨¢ delante de una prisi¨®n. Habr¨¢n desaparecido de la mirada p¨²blica. Y podr¨¢ creerse que no existen. La prisi¨®n es un reflejo de la sociedad, la parte sumergida del iceberg. Es preciso interrogarla, cuestionarla y protegerla.
P. Pero quien va a la c¨¢rcel sabe el porqu¨¦. Es consciente de que no le espera una habitaci¨®n de cinco estrellas.
R. S¨ª, pero estimamos que el prolongamiento abusivo de los encarcelamientos y penas preventivas no resuelve los problemas planteados por los actos delictivos. Existen 85.000 personas con una duraci¨®n media de siete meses encarceladas por delitos menores. Hay demasiada gente en la c¨¢rcel. Hay demasiados abusos en las c¨¢rceles.
P. ?Pretender hacer el bien hacia los dem¨¢s directamente no es una forma de confortarlos en la irresponsabilidad de su mal? Las asociaciones humanitarias no pueden en ning¨²n caso suplantar las estructuras pol¨ªticas.
R. No tienen por qu¨¦ ser incompatibles. Estamos sobre un terreno, muy pol¨ªtico, es verdad. Porque la prisi¨®n es el ¨²ltimo recurso que poseen los ricospara excluir o desembarazarse de sus enemigos. Detr¨¢s de los barrotes encontramos o bien oponentes o, bien pobres. Los excluidos del pastel. Nosotros consideramos el encarcelamiento como un fracaso de la organizaci¨®n social y pensamos que alguien que est¨¢ encerrado es alguien qu¨¦ sufre, y hemos de preocuparnos por su dignidad. Queremos que el Estado garantice las leyes a todo el mundo, y que si a un prisionero le duelen los dientes pueda disponer de un dentista competente. Crear las condiciones para que su reinserci¨®n, lejos de ser un ideal voluntarista, devenga efectivo, y eso puede lograrse si ese hombre ha sido respetado.
P. ?Tienen implantaci¨®n en Espa?a?
R. Tenemos un despacho en Vitoria. En desacuerdo con nuestro informe anual del a?o pasado fuimos invitados y autorizados por el Gobierno espa?ol a examinar algunas prisiones. Hace unos meses les hemos presentado un nuevo informe, m¨¢s completo. Esperamos el aviso de recepci¨®n y la respuesta del Gobierno. espa?ol para pronunciarnos. sobre la misi¨®n que nos fue encomendada y hacerla p¨²blica.
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