Geometr¨ªa del cohecho
La solicitud del ministerio fiscal para la apertura del juicio oral contra 23 implicados en el caso Filesa ha transformado en mueca la sonrisa de los socialistas que cantaron alegremente victoria hace dos meses por la renuncia de Marino Barbero como instructor de la causa. Los c¨ªrculos gubernamentales hab¨ªan descargado sobre la inexperiencia profesional de este catedr¨¢tico de Derecho Penal, incorporado a la magistratura mediante concurso de m¨¦ritos, toda la responsabilidad de las demoras sufridas por ese sumario, relacionado con la financiaci¨®n irregular del PSOE; las cr¨ªticas de car¨¢cter aparentemente t¨¦cnico fueron acompa?adas a veces por descalificaciones personales del mas grosero estilo. Las desaforadas comparaciones establecidas por el presidente de Extremadura entre las resoluciones judiciales del caso Filesa y los atentados terroristas de ETA colmaron la paciencia de Barbero: la falta de amparo del Consejo General del Poder Judicial ante esas agresiones precipit¨® su renuncia a la magistratura el pasado julio.Las burlas sobre los retrasos de Barbero ocultaban hip¨®critamente el sistem¨¢tico obstruccionismo realizado por el PSOE para eternizar las actuaciones. Resulta descorazonador que los parlamentarios y los cargos p¨²blicos de un Estado democr¨¢tico recurran a los ardides dilatorios y las triqui?uelas procesales de los delincuentes comunes: aunque tengan derecho formal a ese tipo de defensa torticera, nadie les obliga a utilizarla (y muchas razones les exigir¨ªan no hacerlo). Pero el denostado instructor no hab¨ªa perdido el tiempo: el escrito del fiscal se basa en la paciente y minuciosa labor realizada por Barbero para desenredar la embrollada madeja de la financiaci¨®n ilegal del PSOE.
El ministerio p¨²blico pone en evidencia los entresijos de la trama montada por el partido del Gobierno para sufragar irregularmente sus campa?as electorales y sus gastos de funcionamiento ordinario; el importe de las 35 operaciones registradas de Filesa o Time Export (agrupadas en el holding Malesa) asciende a mas de mil millones de pesetas. Creado en 1987, el tinglado copi¨® el modelo fabricado por los socialistas franceses con id¨¦ntico prop¨®sito. El PSOE negociaba primero en secreto con empresarios y banqueros el monto de sus donativos al partido del Gobierno, as¨ª como las presumibles contraprestaciones a esas d¨¢divas aparentemente generosas. Entraban luego en escena los directivos de Filesa o Time-Export, fingidas consultoras que facturaban y cobraban a los clientes previamente designados por el PSOE las cantidades convenidas a cambio de la supuesta realizaci¨®n de estudios o informes t¨¦cnicos tan inexistentes como inveros¨ªmiles. Una vez recibido el dinero, Filesa o Time Export pagaban con esos mismos fondos y mediante procedimientos fraudulentos las deudas del PSOE con sus proveedores.
Ese juego triangular permit¨ªa a los socialistas orillar las limitaciones a los donativos de las empresas fijadas por la Ley de Financiaci¨®n de Partidos de 1987 y eludir los techos de los gastos de campa?a establecidos por la Ley Electoral de 1985. La subterr¨¢nea recaudaci¨®n realizada por el grupo Filesa sirvi¨® tambi¨¦n para crear otras 16 sociedades -todav¨ªa no investigadas- con funciones realmente mercantiles destinadas a "perpetuar en el tiempo" la financiaci¨®n irregular del PSOE. El fiscal denuncia, finalmente, la existencia de un nexo causal entre los donativos encauzados a trav¨¦s del grupo Filesa y la posterior adopci¨®n de decisiones administrativas en favor de las compa?¨ªas pagadoras: esas ilegales entregas de dinero estaban directamente relacionadas en la mayor¨ªa de los casos "con la obtenci¨®n de importantes beneficios para las empresas financiadoras en sus relaciones con la Administraci¨®n". El tri¨¢ngulo PSOE-Filesa-empresarios se transforma as¨ª en la inquietante figura de un cuadrado: la utilizaci¨®n del Estado para retribuir a los financiadores del partido del Gobierno ser¨ªa el cierre de esa geometr¨ªa del cohecho.
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