Confusi¨®n y fines inconfesables
La defensa de Mario Conde tiene una carta de triunfo en los hechos del pasado mi¨¦rcoles para persuadir a los magistrados de la Sala Tercera del Supremo de que el juzgado central de instrucci¨®n n¨²mero 3 de la Audiencia Nacional es una jaula de grillos por la coexistencia de dos jueces, uno titular, Moreiras, y otro de apoyo, Garc¨ªa-Castell¨®n. Los abogados de Conde han venido a decirle a la Sala: "?V¨¦is? Nosotros ya lo hab¨ªamos advertido en nuestros recursos de 28 de abril y 25 de mayo. El leg¨ªtimo titular es Moreiras".G¨®mez de Lia?o y Santaella pretenden demostrar, ahora, que Moreiras ha incurrido, al querer enviar a Conde a prisi¨®n (si se observan los resultados Moreiras no le envi¨® a prisi¨®n), en un acto tan aberrante como el que cometi¨® Garc¨ªa-Castell¨®n el 23 de diciembre de 1994.
La sala de lo penal de la Audiencia Nacional, secci¨®n segunda, fall¨® a favor de la libertad de Conde, el 30 de enero de 1995, por estimar que no exist¨ªa un serio peligro de fuga. Pero dijo algo m¨¢s. Al analizar el cuestionamiento de la prisi¨®n por los abogados de Conde, la sala afirma que se atribu¨ªan a Conde "conductas, por acci¨®n o por omisi¨®n, que han supuesto, de ser ciertas, un enriquecimiento patrimonial il¨ªcito que ronda los 7.000 millones de pesetas ( ... ) pudiendo incardinarse en la figura delictiva de la apropiaci¨®n indebida de especial gravedad atendido al valor de lo apropiado". Aunque la sala encontr¨® que no hab¨ªa "proporcionalidad" para la prisi¨®n incondicional, decidi¨® en atenci¨®n a la gravedad de los delitos fijar una fianza de 2.000 millones.
Los fines inconfesables de Moreiras el pasado mi¨¦rcoles aparecen claros de su conducta con la Fiscal¨ªa. Ocult¨® el auto al fiscal jefe Aranda -es mentira que se lo ense?ara- incluso cuando aquel se lo pidi¨®; excluy¨® al fiscal. Santos de la declaraci¨®n de Conde e hizo enjuagues con la polic¨ªa para que la orden de detenci¨®n y prisi¨®n no condujera a Conde a Alcal¨¢-Meco sino a la Audiencia. Y finalmente, Moreiras sab¨ªa a conciencia que Conde, en el otro procedimiento, estaba sujeto a medidas cautelares. Por eso, actu¨® a sangre fr¨ªa.
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