Regreso a casa

Seg¨²n la noche ca¨ªa sobre Croacia y una luna llena y luminosa se elevaba sobre el Adri¨¢tico, el estadio Poljud en este puerto sure?o de la antigua Yugoslavia despert¨® en un espect¨¢culo de fuego y sonido. M¨¢s de 40.000 voces gritaban: ?Torcida Croatia! Bengalas rojas, luces de fuego... Rara vez, en el ¨²ltimo cuarto de siglo, alguien ha podido ser testigo de esta demostraci¨®n de ferviente nacionalismo como la que tuvo lugar el pasado domingo a causa del partido que jugaba Croacia contra Italia. Pudo verse un encuentro intenso y t¨¦cnico, en el que el guardameta italiano fue expulsado, siete jugadores fueron amonestados y el empate a uno llegaba como consecuencia de un penalti y un libre directo.Croacia, con 20 puntos, se ha asegurado virtualmente su clasificaci¨®n para la Eurocopa 96. Italia, con 17, conf¨ªa en clasificarse. As¨ª que el empate les interesaba a ambos. Sin faltar al respeto a los italianos, maestros en el arte de dominar ciertos resultados, hasta los neutrales como yo nos vimos sorprendidos por la experiencia de los croatas.

Curiosamente, el ¨²nico soldado en ese partido era Alessandro del Piero, de 20 a?os, el nuevo ¨ªdolo de los aficionados italianos. Los croatas, sin embargo, estaban excluidos del servicio militar. "El Deporte todav¨ªa pertenece un poco a la pol¨ªtica", explic¨® Tomislav Ivic, director de la selecci¨®n croata. "Necesitamos hacer una gran promoci¨®n, y la mejor promoci¨®n para un nuevo pa¨ªs puede venir a trav¨¦s del deporte".

"Hace cuatro a?os, cuando comenz¨® la guerra, vendimos a los mejores jugadores. Durante ese tiempo, ellos han alcanzado su mayor nivel en las mejores ligas y es as¨ª como ahora tenemos un equipo muy bueno y muy experimentado".

A primeros de a?o, el Hadjuk Split gan¨® la Liga croata, la Copa, la Supercopa, y termino octavo en la Liga de Campeones. Seis de sus jugadores fueron r¨¢pidamente vendidos al exterior, de tal forma que el Hadjuk ha tenido que echar mano de dos liberianos y un australiano.

Sin embargo, la gente se identifica con estos jugadores que ganan 10 veces m¨¢s que un futbolista que no haya emigrado. Se ve claramente en Split o en Zabreg, c¨®mo Davor Suker, Zvonimir Boban, Alen Boksic y otros compiten con las camisetas rojas y blancas por nada. Ganar¨¢n 50.000 d¨®lares cada uno si alcanzan la clasificaci¨®n. Entretanto, cada partido en suelo croata es un regreso a casa.