Toledo, ¨²nico invicto

, El partido de Toledo ense?aba dos maneras bien distintas de entender el f¨²tbol. Y de triunfar. Se enfrentaban los dos equipos invictos de la categor¨ªa, el Toledo y el Barcelona B. Pero entre ellos s¨®lo exist¨ªa una coincidencia: la de su moment¨¢neo ¨¦xito. Nada m¨¢s. El Toledo ha llegado ah¨ª porque no sabe lo que es encajar un gol. El Barca peque?o, porque ha marcado m¨¢s goles que nadie en categor¨ªa nacional.

Gan¨® la defensa, el repliegue. O sea, el Toledo. El filial azulgrana se encontr¨®, como ya es costumbre, sin sus estrellas, esas que lucen, y c¨®mo, en Primera. Y se encontr¨® tambi¨¦n con Jacinto Villalvilla y su intocable defensa, la que forman Ruiz Ochoa, Mand¨ªa, Moj y Santi Cuesta. 630 minutos, que se dice pronto, llevan sin torcer el gesto. Ayer, rizando el rizo, le pararon los pies a la mejor delantera del f¨²tbol espa?ol, un detalle que roza la insolencia.

Claro que para gesto torcido el de Manu Sarabia, entrenador del Athletic B. El devenir de su equipo es, como m¨ªnimo, pat¨¦tico: siete partidos jugados, siete derrotas. La ¨²ltima se la inflingi¨® el Logro?¨¦s, un conjunto que comienza a cogerle el truco a la categor¨ªa. El t¨¦cnico riojano decidi¨® no convocar a ninguno de sus tres extranjeros, lo que, a la vista de lo sucedido, se antoja un acierto. Fue este un partido en el que ocurri¨® un hecho que demuestra, sin duda, lo complicado que se est¨¢ ponienbdo arbitrar. Un juez de l¨ªnea choc¨® contra un fot¨®grafo, mejor dicho, contra la c¨¢mara de un fot¨®grafo, y se rompi¨® una ceja.

El que por fin sonr¨ªe, y ya era hora, es Chato Gonz¨¢lez, t¨¦cnico del Getafe, cuyo equipo se hart¨® de, marcar goles en Marbella (04). Buena culpa del triunfo la tuvo un serbio de apellido impronunciable y casi ilegible: Stoijklokovic. ?l, junto a su compatriota Glogovac, son los protagonistas estelares de un hito en la peque?a historia getafense, la de haberse convertido en los primeros extranjeros que visten su camiseta.

Por el Bernab¨¦u apareci¨® la inconfundible figura de Rafael Gordillo, cuyas galopadas no pudieron evitar que el ?cija saliera trasquilado. El Madrid volvi¨® a ense?ar detalles de buen gusto. Y eso fue suficiente. Uno de ellos sali¨®, como es costumbre, de la bota izquierda de Guti. Bajaba el bal¨®n revolucionado del cielo, sin control, y el chaval la caz¨® desde fuera del ¨¢rea. Fue gol, claro. El chaval es uno de los jugadores de moda de la categor¨ªa, formando parte de una lista que encabeza, naturalmente, Villalvilla.