La CDU alemana ratifica en su congreso el liderazgo indiscutible de Kohl
El canciller federal alem¨¢n, el democristiano Helmut Kohl (CDU), puede a sus 65 a?os darse el lujo de contemplar tranquilo el futuro y decidir si se anima o no a batir todas las marcas de permanencia en el poder en Alemania. Nadie, ni en su partido ni en la hermana Uni¨®n Socialcristiana de Baviera (CSU), hace la menor sombra a Kohl. Por a?adidura, los dirigentes de la oposici¨®n socialdem¨®crata (SPD) est¨¢n m¨¢s ocupados en destrozarse entre ellos que en constituir una alternativa seria de poder.
El congreso de la CDU en Karlsruhe acab¨® el mi¨¦rcoles con un fracaso de Kohl, quien no consigui¨® la mayor¨ªa necesaria para cambiar los estatutos e introducir una t¨ªmida cuota de tan s¨®lo un tercio de mujeres en los cargos directivos y listas electorales del partido. Faltaron cinco votos para la mayor¨ªa absoluta necesaria de los delegados. Kohl ocultaba a duras penas su enfado, cuando anunci¨® que en el congreso del a?o que viene volver¨¢ a plantear el tema. Con su pragmatismo habitual, Kohl no tuvo el menor empacho en reconocer que ¨¦l mismo se hab¨ªa equivocado, cuando 10 a?os atr¨¢s se opuso a la introducci¨®n de una cuota de mujeres en la CDU.El canciller es consciente de la perdida de votos femeninos en la CDU y los estrategas del partido pensaron dar un toque feminista con la introducci¨®n de la cuota, pero la cuenta no sali¨®.
Este tropiezo apenas puede considerarse como un ligero contratiempo en el paseo con que. Kohl lleva el Gobierno de Alemania y la presidencia de la CDU un a?o despu¨¦s de su exiguo triunfo electoral. Su escasa mayor¨ªa en el Parlamento Federal (Bundestag) no le ha impedido gobernar con comodidad.
El canciller se ha convertido en una figura pol¨ªtica casi indiscutida, hasta extremos que algunos en la misma CDU consideran peligrosos para el futuro. "El programa de la CDU se reduce a dos puntos: Elmut y Kohl", se comenta en tono ir¨®nico. Muchos se preguntan qu¨¦ le ocurrir¨ªa al desafortunado presidente del SPD, Rudolf Scharping, si pronunciase un discurso plagado de trivialidades como las que Kohl acostumbra a soltar en su intervenciones. Kohl se puede permitir eso y mucho m¨¢s.
Este liderazgo indiscutido plantea ya la pregunta de cu¨¢ndo llegar¨¢ el momento de rectificar la declaraci¨®n realizada por Kohl, poco antes de las elecciones del a?o pasado, de que ser¨ªa su ¨²ltima campa?a electoral a la canciller¨ªa. En la CDU y entre los hermanos b¨¢varos de la CSU crecen las voces de quienes piden que Kohl siga m¨¢s, all¨¢ de 1998. Por este camino, Kohl, que ya ha batido la marca de permanencia en el poder de Adolfo Hitler y batir¨¢ en esta legislatura la del legendario fundador de la CDU Konrad Adenauer, podr¨ªa animarse a seguir en el cargo y superar incluso al mism¨ªsimo canciller de hierro Otto von Bismarck y" sentarse unos a?os en la nueva canciller¨ªa en Berl¨ªn. Para conseguir esto, no parece que vaya a faltarle a Kohl (CDU) la colaboraci¨®n del primer partido de oposici¨®n. El SPD se dispone a sufrir un fuerte varapalo electoral el domingo en las elecciones de Berl¨ªn. En noviembre, en el congreso del SPD en Mannheim, puede correr la sangre y nada parece indicar que Scharping pueda agarrar con fuerza. el tim¨®n de un barco en el que cada uno hace la guerra por su cuenta y ninguno parece saber a d¨®nde va el viaje.
En el congreso democristiano de Karlsruhe, celebrado bajo el lema En camino hacia el siglo XXI, el tema europeo ocup¨® un' lugar central de los debates. Kohl advirti¨® que los criterios de estabilidad fijados por el Tratado de Maastricht son e y dijo: "La estabilidad del dinero no es para nosotros alemanes un asunto sin importancia. Sabemos por amarga experiencia hist¨®rica con qu¨¦ rapidez la inflaci¨®n destruye la confianza en la fiabilidad de las instituciones pol¨ªticas y puede convertirse as¨ª en un peligro para la democracia".
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