25 puntos de 27 posibles
El Atl¨¦tico prolonga su sue?o en Valladolid con un nuevo gol de Simeone
Sigue y sigue. Con un juego convincente y dotado de menos, revoluciones que otras tardes, el Atl¨¦tico tambi¨¦n obtuvo ganancias en Valladolid y prolonga su sue?o. Ya son 25 puntos sobre 27 posibles, una marca que ya merece un hueco en la historia de esta camiseta. El Atl¨¦tico se dio un nuevo ba?o de euforia junto a su gente -unos 3.000 aficionados le acompa?aron en su viaje a Pucela-. Acostumbrado como estaba a pactar diariamente con la desgracia, el Atl¨¦tico saborea ahora con ganas estos d¨ªas de gloria. El partido le dej¨® llagas -Kiko y Simeone no podr¨¢n jugar la pr¨®xima jornada-, pero no le movi¨® ni un cent¨ªmetro del trono de la tabla.De salida, el Atl¨¦tico no recurri¨® al ritmo endemoniado de otras veces. Simplemente, sali¨® a desplumar al rival poco a poco. Eso s¨ª, siempre con la pelota en sus zapatos. Repartieron los rojiblancos con equilibrio ataques y treguas, pero jam¨¢s negociaron con la posesi¨®n del bal¨®n. Fue suyo siempre.
El Valladolid respet¨® el protocolo que impuso el l¨ªder. Rafa Ben¨ªtez ya anunci¨® un respeto excesivo al Atl¨¦tico con una alineaci¨®n m¨¢s conservadora que de costumbre -retir¨® a Peternac, un delantero, para ganar un hombre m¨¢s en el centro del campo-. As¨ª, junt¨®, a sus jugadores en 15 metros, los alej¨® de su ¨¢rea -no fuera a convertirse aquello en el asedio a un fort¨ªn-, regal¨® el mando al adversario y esper¨® que llegara su momento.
No fue un Atl¨¦tico al uso. En parte porque Pantic, el motor que hace funcionar toda la maquinaria de Antic, decidi¨® tomarse un d¨ªa de asueto. Bueno, menos en las jugadas a bal¨®n parado, en las que siempre apareci¨® dispuesto para meter su rosquita venenosa. Kiko tom¨® el relevo del serbio y asumi¨® los galones del equipo. Tuvo el gaditano una noche encantada, aunque la manchara finalmente con una expulsi¨®n absurda.
Parece Kiko decidido a convertirse en la estrella que promet¨ªa hace unos a?os. A su juego de sal¨®n, con el que naci¨®, ha sumado ahora una extraordinaria capacidad de sacrificio. Y as¨ª, al margen de inventarse quiebros y pases donde las leyes f¨ªsicas no lo autorizan, Kiko roba balones y se desgasta por sus compa?eros. Este tipo va camino de algo grande.
Semejante gui¨®n concluy¨® en un primer tiempo de color rojiblanco. En realidad, el Atl¨¦tico reuni¨® suficientes ocasiones como para haber estrenado el marcador antes del descanso, pero la falta de punter¨ªa pospuso ese momento hasta la segunda parte, justo cuando el Valladolid se hab¨ªa atrevido a contestar las intenciones del l¨ªder y empezaba a pelear por el bal¨®n y a visitar incluso las posesiones de Molina. El gol llev¨® la firma inconfundible de Simeone en un ejercicio de casta. Fue un bal¨®n que rob¨® Toni en las cercan¨ªas del ¨¢rea rival, aprovech¨¢ndose de una indecisi¨®n de Torres G¨®mez en el despej¨¦. El cordob¨¦s se adentr¨® hasta la l¨ªnea de fondo y centr¨® raso al coraz¨®n del ¨¢rea. C¨¦sar lleg¨® a desviar la pelota, pero se la dej¨® en bandeja a Simeone para que al segundo intento rematar¨¢ la faena. El argentino sum¨® su quinto gol en la Liga. Minutos despu¨¦s sumar¨ªa tambi¨¦n su quinta tarjeta amarilla, por lo que no podr¨¢ jugar el pr¨®ximo domingo ante el M¨¦rida y se convertir¨¢ en el primer jugador del campeonato en cumplir un ciclo de amonestaciones.
Todo parec¨ªa embalado ya para el viaje de vuelta a Madrid -el Atl¨¦tico hab¨ªa conseguido incluso una superioridad num¨¦rica tras la tarjeta roja de Ram¨®n- cuando lleg¨® la expulsi¨®n de Kiko. La partida se reabri¨®, aunque vivi¨® siempre m¨¢s cerca del 0-2 que del 1-1. El encuentro corri¨® el riesgo de convertirse en un campo de batalla porque los jugadores decidieron prescindir por unos momentos del bal¨®n y resolver cuestiones personales entre ellos.
Fue as¨ª como el Valladolid se levant¨® del suelo y consigui¨® dar un susto de muerte al l¨ªder: Peternac super¨® con una vaselina a Molina, de visita en una esquina del campo, y la cabeza milagrosa de Soloz¨¢bal -definitivamente rehabilitado como uno de los mejores defensas del pa¨ªs- despej¨® la pelota sobre la raya y salv¨® los puntos. La esquina, ¨¦sa en la que se temen los atl¨¦ticos le espera su primera derrota, tampoco estaba en Valladolid.
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