Prosinecki salva al Bar?a

Uno tras otro, van desfilando los equipos por el Camp Nou y van cayendo sin remisi¨®n. Le toc¨® ayer el turno al Valencia. Fue el mejor de todos. Hizo un partido c¨®mo ning¨²n otro y, sin embargo, sali¨® derrotado como todos. Tiene el Bar?a uno fe ciega en s¨ª mismo que le permite sobrevivir a cualquier adversidad.El encuentro de ayer ol¨ªa a p¨®lvora desde la salida para los azulgranas, pero lo zanj¨® Pros?necki con un gol de penalti cuando ni la propia hinchada cre¨ªa en la suerte de su equipo. No pod¨ªa ser de otra forma. Futbolista que aparece en escena, jugador que pontifica. Y el croata asumi¨® la responsabilidad a falta de cinco minutos para el final.

El Valencia le puso un tap¨®n a la eferverscencia azulgrana. No sali¨® de la divisoria el grupo de Cruyff. Estampido hacia su parcela, el Bar?c se revolvi¨® como un le¨®n en su jaula. El l¨¢tigo estuvo siempre en manos del Valencia. Vivi¨® s¨®lo el equipo de la imaginaci¨®n de Figo en los mano a mano en los rincones del campo y del f¨ªsico imponente de Nadal y Popescu a bal¨®n parado. Nada m¨¢s.

Quiso Cruyff asegurarse una r¨¢pida circulaci¨®n del cuero con la alineaci¨®n de punta a punta de la medular a Celades, Bakero, Iv¨¢n de la Pe?a y Guardiola. No hubo nadie, sin embargo, con la jerarqu¨ªa suficiente para agarrar el choque y el equipo se perdi¨® de forma lamentable. El Valencia inutiliz¨® el pase interior de los azulgrana tirando una l¨ªnea de fuera de juego a pocos metros del balc¨®n del ¨¢rea y se abri¨® por los laterales ante la falta de extremos en el bando local.

Desconectado de medio cuerpo para abajo, el Barcelona acab¨® con sus jugadores apelotonados, d¨¢ndose calor unos a los otros, refugi¨¢ndose en la solvencia defensiva. El Valencia barr¨ªa en su cancha e intimidaba en la contraria. La presencia de Mijatovic, G¨¢lvez y Fernando mantuvo siempre el suspense en el marcador. El equipo de Luis dispuso de hasta cuatro remates francos. Cada vez jugaba mejor. Tal fue su crecida que Cruyff opt¨® por meter mano en el asunto.

La actitud prepotente de D¨ªaz Vega, un ¨¢rbitro que enciende a Cruyff, facilit¨® la tarea al entrenador del Barcelona. Sali¨® el t¨¦cnico disparado del banquillo, desafiando al colegiado, y acab¨® en la grada. La expulsi¨®n despert¨® a la hinchada del insomnio y la volc¨® hacia su equipo.

La salida de Roger le dio a su equipo un perfil m¨¢s reconocible. El zurdo azulgrana descongestion¨® el centro del campo al tiempo que Iv¨¢n de la Pe?a asumi¨® m¨¢s responsabilidades como volante de enganche.

Los cambios equilibraron la contienda. No dej¨® de amenazar el Valencia. Pero el Bar?a se estir¨®, Kodro comenz¨® a recibir y los medios tuvieron m¨¢s recorrido para llegar desde atr¨¢s. Y, en este contexto, Cruyff. acab¨® por echar mano de Prosinecki, in¨¦dito desde que cay¨® lesionado en Zaragoza.

El Bar?a no perdi¨® nunca la compostura. Esper¨® su jugada. Y no perdon¨®. ?scar se meti¨® entre Engonga y Ferreira y provoc¨® el penalti. Prosinecki asumi¨® la responsabilidad y sentenci¨®.