Un etarra en Berl¨ªn

A QUIEN peor ha podido sentar la extravagante sentencia de una Audiencia de distrito de Berl¨ªn que niega la extradici¨®n de un miembro de ETA a Espa?a hasta tener garant¨ªas de que no ser¨¢ torturado por la polic¨ªa espa?ola ha sido al Gobierno alem¨¢n y a su Embajada en Madrid. Ambos hab¨ªan recomendado encarecidamente la r¨¢pida puesta a disposici¨®n de la polic¨ªa espa?ola, de este supuesto terrorista detenido en suelo alem¨¢n. El presunto miembro del comando Barcelona de ETA Benjam¨ªn Ramos Vega deb¨ªa estar cuanto antes en manos de la polic¨ªa espa?ola, dec¨ªan.Pero unos magistrados de Berl¨ªn, recurriendo a su muy leg¨ªtima independencia, han aceptado los argumentos del recurso presentado por un grupo de simpatizantes del presunto terrorista -cuyos integrantes cabr¨ªan probablemente en la celda con el recluso preventivo- que exige garant¨ªas al Gobierno espa?ol de que el etarra "no ser¨¢ torturado, y sus derechos humanos, garantizados". Tan piadosa preocupaci¨®n de los jueces berlineses es totalmente gratuita y, como reconoce alguna autoridad alemana, un insulto innecesario a Espa?a. Cabe esperar que habr¨¢ recurso y finalmente extradici¨®n.

En Espa?a existen hoy las mismas garant¨ªas que en Alemania de que el etarra ser¨¢ tratado de acuerdo con el derecho. Y nadie ha pedido garant¨ªas a la c¨¢rcel berlinesa de Moabit de que el trato al etarra sea al menos mejor que el que reciben los inmigrantes ilegales en comisar¨ªas alemanas antes de ser deportados. Que el etarra sea portador del virus del sida no cambia en absoluto la situaci¨®n. Su tratamiento en Espa?a ser¨¢ tan bueno como en Alemania, y el hecho mismo no exime del cumplimiento de la pena -si as¨ª fuera, las c¨¢rceles espa?olas y alemanas estar¨ªan medio vac¨ªas- ni impide el traslado del preso. El espacio judicial europeo a¨²n no est¨¢ completo. Pero la lucha com¨²n contra el terrorismo internacional est¨¢ ya definida -y mucho m¨¢s en la UE-. Debe ser r¨¢pida y sin que la entorpezcan instancias de barrio con argumentos de grup¨²sculos marginales y radicales. Si cualquier denuncia gen¨¦rica de cualquier grupo basta a cualquier juez para impedir una extradici¨®n, el espacio judicial europeo es papel mojado.

Espa?a tiene tambi¨¦n aqu¨ª alguna cuenta pendiente. Horst Honsik, nazi confeso y supuesto terrorista, vive en Catalu?a, pese a las solicitudes de extradici¨®n de Austria. Por eso conviene agilizar tr¨¢mites, que Berl¨ªn entregue al terrorista espa?ol y Espa?a entregue a V¨ªena al terrorista austriaco. Perseguir juntos a los terroristas es un deber y una necesidad para la autodefensa de las democracias.