La renovaci¨®n del Poder Judicial
DENTRO DE muy pocos d¨ªas -concretamente, el 8 de noviembre- finaliza el mandato de cinco a?os del actual Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). A partir de esa fecha deber¨¢n renovarse en su totalidad las 20 vocal¨ªas del ¨®rgano de gobierno de la magistratura y procederse a la elecci¨®n de un nuevo presidente, que lo es tambi¨¦n del Tribunal Supremo. Pero eso no ocurrir¨¢ de inmediato. Tampoco es probable que ocurra antes de la celebraci¨®n de las pr¨®ximas elecciones generales. Una vez m¨¢s, el Consejo se adentra en un periodo de provisionalidad -todos sus vocales, legalmente destituidos, pero prorrogados en sus funciones- propiciado por la cr¨®nica falta de entendimiento entre las fuerzas pol¨ªticas mayoritarias.El PSOE y el PP se han apresurado a adelantar sus propuestas para hacer efectiva la renovaci¨®n reglamentaria del Poder Judicial en el plazo debido. La del PP consiste en que sean las asociaciones de jueces las que propongan a los 12 vocales de procedencia judicial en un adelanto de su anunciada decisi¨®n de anular el actual sistema de elecci¨®n parlamentaria de estos vocales. Pero hoy por hoy ese procedimiento no es legal, aunque no sea inconstitucional. Si el PP se empe?a en esta medida, la renovaci¨®n del Consejo se pospondr¨¢ hasta no se sabe cu¨¢ndo. Al menos, hasta despu¨¦s de las elecciones generales. Pero quiz¨¢ sea ¨¦se el verdadero prop¨®sito del PP. Con una victoria electoral. en perspectiva, su capacidad de control y de influencia en la composici¨®n del nuevo Consejo ser¨¢, por supuesto, mucho mayor que ahora. Es l¨®gico que apuesten por ello.
El PSOE, por su parte, se descuelga con un procedimiento de selecci¨®n de candidatos que en estos momentos tiene muy pocas probabilidades de ponerse en pr¨¢ctica. Pretende que sea la Comisi¨®n de Justicia e Interior del Congreso la que haga una preselecci¨®n de candidatos, tras o¨ªrles y hacer un estudio de sus m¨¦ritos profesionales y de su trayectoria p¨²blica. La finalidad de la iniciativa no puede ser mejor: erradicar el denostado sistema de cuotas de la elecci¨®n parlamentaria de los miembros del Poder Judicial. Pero el momento no puede ser peor.
Ojal¨¢ fueran capaces los dos partidos mayoritarios de dejar a esta instituci¨®n fuera de su rabiosa lucha pol¨ªtica, incluso ahora que, en v¨ªsperas electorales, se convierte en una guerra sin cuartel ni escr¨²pulos. Pero lo, que no consiguieron en ¨¦pocas menos belicosas, es poco probable que vayan a lograrlo cuando el PP tiene grandes posibilidades de llegar al poder, y el PSOE, de perderlo.
Todo indica, pues, que los vocales del Consejo del Poder Judicial no podr¨¢n ser sustituidos hasta despu¨¦s de los pr¨®ximos comicios generales. Y nada garantiza que se vaya a eliminar en un futuro inmediato el sistema de cuotas. Todo depender¨¢ del equilibrio resultante entre los partidos y, sobre todo, de si uno de ellos logra alzarse con la mayor¨ªa absoluta. En todo caso, si el PP se decide a introducir en el actual sistema de representaci¨®n pol¨ªtica un retazo de corporativismo como es que el cuerpo de jueces controle el Consejo, autogobern¨¢ndose a s¨ª mismos, lo que debe procurar al menos es que el estamento judicial en su conjunto, es decir, sus plurales asociaciones, tenga las mismas oportunidades electorales.
No vaya a ocurrir como en el primer Consejo de 1980, elegido mayoritariamente por los jueces, en el que los grupos conservadores negaron el pan y la sal a los que no lo eran, expuls¨¢ndolos sin contemplaciones de las listas electorales.
Ese modo de actuar de la derecha judicial ha vuelto a reproducirse en las postrimer¨ªas del actual Consejo, elegido en 1990. Ha bastado que su equilibrio interno se rompiera tras la estampida de vocales propuestos por el PSOE en busca de mejores destinos (Gobierno, Tribunal Constitucional, etc¨¦tera) para que la resultante mayor¨ªa conservadora impusiera sin concesi¨®n alguna sus candidatos a las plazas vacantes del Tribunal Supremo y de otros ¨®rganos superiores de la Administraci¨®n de justicia. Si esos candidatos hubieran sido los mejores entre los propuestos, esa actitud podr¨ªa justificarse al menos por los resultados. Pero no es el caso, a juzgar por sus biograf¨ªas, entre ellas la de un antiguo gobernador y jefe provincial del Movimiento, cuya permanente ubicaci¨®n en el terreno de la ultraderecha es dudoso que se corres ponda con una inequ¨ªvoca actitud democr¨¢tica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.