"El retorno del comunismo es ya imposible"
El pr¨®ximo domingo, Lech Walesa, de 52 a?os, se enfrenta a una de sus horas m¨¢s cr¨ªticas. Se juega, en primera vuelta, la presidencia de Polonia. Echa la vista atr¨¢s, a los a?os de lucha al frente de Solidaridad y a su conversi¨®n en hombre de Estado, y su balance es: "Ha merecido la pena".
ENVIADO ESPECIAL El objetivo de Lech Walesa, que ha desempe?ado la presidencia de Polonia durante los ¨²ltimos cinco a?os, es cerrar el paso a su gran enemigo, Aleksander Kwasniewski, l¨ªder de los poscomunistas, a los que compara con los r¨¢banos: "Rojos por fuera, blancos por dentro".
Walesa se siente a sus anchas en una Florencia que, durante esta semana, ha estado ocupada por dignatarios religiosos de las m¨¢s diversas creencias que participaban en el encuentro ecum¨¦nico Tierras y cielos de paz, organizado por la Comunidad de San Egidio, impulsora de procesos como el que acab¨® con la guerra en Mozambique o concert¨® a la oposici¨®n argelina por la v¨ªa del di¨¢logo.
Pregunta. Si vuelve la vista atr¨¢s, ?c¨®mo ve su evoluci¨®n desde obrero en unos astilleros y l¨ªder sindicalista a presidente de Polonia?
Respuesta. Desde ni?o siempre he llamado blanco a lo blanco y negro a lo negro, y eso, en los tiempos comunistas, significaba c¨¢rcel y lucha por la libertad. Una vez, rebat¨ª a un cura profesor de catecismo, y ¨¦ste me dijo: "Con ese car¨¢cter no tendr¨¢s nunca una vida f¨¢cil. O llegar¨¢s muy lejos o te estrellar¨¢s". Ten¨ªa raz¨®n, pero mi ¨¢ngel de la guarda me ha guiado. En alg¨²n momento me dije: "Est¨¢s loco, no est¨¢s preparado para esto". Pero luego record¨¦ que muchas veces el Se?or cuenta con los m¨¢s peque?os para que se conviertan en grandes.
P. ?Ha cambiado usted mucho?
R. Nunca abdicar¨¦ de mis principios. Y si las cosas van mal, har¨¦ como el capit¨¢n del Titanic: ser¨¦ el ¨²ltimo en abandonar el barco y, si es preciso, me hundir¨¦ con ¨¦l.
P. Hasta hace poco, las encuestas le situaban claramente por detr¨¢s de Kwasniewski.
R. Ya no. Ya estoy por delanTe.Y eso que a¨²n voy a medio ritmo. No quiero ganar por KO. Me gusta ser un jefe peque?o. Tampoco quiero pasarme en el autoelogio, pero comprendo que hay que explicar al pueblo lo que he hecho en estos a?os para cambiar Polonia.
P. ?Y qu¨¦ es lo que ha hecho usted?
R. Como sindicalista y l¨ªder de Solidaridad luch¨¦ para conquistar la libertad. Como presidente, busco la consolidaci¨®n, la reconstrucci¨®n pol¨ªtica, econ¨®mica y social, incluso poner orden en la libertad. El objetivo no es un¨ªvOco. Antes ten¨ªamos un enemigo [el r¨¦gimen comunista] y un aliado [?la Iglesia?], pero ahora, en democracia, hay intereses diversos y a menudo contrapuestos. Como presidente, he conseguido liberar a Polonia de las tropas sovi¨¦ticas y ordenar la econom¨ªa por la senda del mercado, el desarrollo y el crecimiento, que ahora mismo est¨¢ por encima del 5% anual. Creo que ha valido la pena.
P. En ese camino se han ido engrosando espectacularmente las filas de los descontentos. Hay mucha gente que echa de menos el viejo r¨¦gimen.
R. ?Qui¨¦n no est¨¢ nost¨¢lgico de cuando ten¨ªa 18 a?os? El pueblo se impacienta, pero si vivimos 50 a?os bajo el sistema comunista no podemos esperar que se transforme en s¨®lo cinco. Es verdad que antes no hab¨ªa parados, pero es que el ordenamiento econ¨®mico era un disparate, aparte de que la fuerza de trabajo se empleaba en gran medida en la industria de armamentos. ?Qu¨¦ tenemos que hacer? ?Volver a fabricar tanques, aviones y ca?ones? La guerra fr¨ªa se acab¨®, el Pacto de Varsovia ya no existe. Para el experto ingeniero en fabricar carros de combate, estos tiempos pueden ser dif¨ªciles, pero la reconversi¨®n de la industria militar necesita mucho tiempo y dinero.
P. Adem¨¢s, Polonia ha cambiado de forma dr¨¢stica de socios comerciales.
R. La econom¨ªa polaca depend¨ªa en un 70% de tres pa¨ªses que ni siquiera existen ya: Checoslovaquia, la URSS y la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana. La Europa del Este marchaba hacia atr¨¢s a cinco kil¨®metros por hora, mientras la del Oeste iba hacia adelante a 100 kil¨®metros por hora. Polonia va ya en la buena direcci¨®n y a buen ritmo, pero todav¨ªa necesita tiempo.
P. ?Hay peligro de vuelta al pasado?
R. El retorno del comunismo es ya imposible, ni en 200 o 300 a?os. Era un sistema absurdo, que s¨®lo funcionaba por la lucha, por el enfrentamiento, pero que fracasaba estrepitosamente a la hora de construir.
P. ?Qu¨¦ pasar¨¢ si pierde las elecciones?
R. Los comunistas no son mayoritarios en Polonia. Su fuerza no pasa del 25% o el 30%. La gran mayor¨ªa de los polacos somos dem¨®cratas partidarios de la libertad pero, desgraciadamente, muy divididos. Nuestros rivales se sienten amenazados y han unido sus fuerzas. Nosotros no, aunque estoy seguro de que lo haremos si la situaci¨®n se vuelve peligrosa. Y los comunistas tienen a su favor una experiencia de 50 a?os, saben disfrazarse y manipular.
P. En realidad, Kwasniewski y los suyos no se reconocen como comunistas.
R. Hay dos elementos que definen al sistema comunista: el modo centralizado y jerarquizado de ejercer el poder y la econom¨ªa estatalizada, centralizada y planificada. A esto ¨²ltimo han renunciado por completo. Y puedo asegurarle una cosa: si los comunistas adquieren propiedades, casas, o tierras, no las van a ceder nunca en honor de su Lenin, su Marx o su Engels.
P. O sea, que no son comunistas.
R. Son como los r¨¢banos: rojos por fuera y blancos por dentro. Aceptan el mercado y la propiedad privada. Cuando el poder central termine de transferirse hacia las comunidades locales y se desarrolle m¨¢s la autogesti¨®n, apenas quedar¨¢ nada del comunismo.
P. Usted lleva dos a?os teniendo que tratar con un Gobierno enemigo. ?Es una cohabitaci¨®n o una guerra?
R. Es una cohabitaci¨®n posible porque no se ajustan las cuentas con el pasado. Hay que mirar al futuro. Del pasado, lo que m¨¢s me interesa es c¨®mo evitar que se repita.
P. ?Por qu¨¦ quiere un r¨¦gimen presidencialista fuerte?
R. S¨®lo para el inmediato periodo de transformaci¨®n, unos cinco a?os. A¨²n persisten las viejas normas que convierten en interminables los debates en el Parlamento, que retrasan la aprobaci¨®n de las leyes. Creo que el presidente debe tener derecho a establecer una jerarqu¨ªa en las leyes a discutir. Por eso he recurrido a los decretos, pero nunca para cuestiones que afecten a la libertad y la democracia. Despu¨¦s de esa transici¨®n, soy partidario de un sistema claramente parlamentario.
P. ?Es partidario de recurrir al decreto en cuestiones como la del aborto?
R. No. S¨®lo para problemas econ¨®micos y criminales, como la relaci¨®n del sistema bancario y financiero para impedir el fraude y la especulaci¨®n. En cuanto al aborto, creo que es una cuesti¨®n de conciencia que no puede ser objeto de una votaci¨®n. No se vota sobre la conciencia.
P. ?Qu¨¦ pasar¨¢ si pierde?
R. Todo es posible en democracia. No puedo conocer la voluntad de Dios. Si pierdo honrar¨¦ la voluntad libremente expresada por el pueblo. Si eso ocurriera, conf¨ªo no obstante en que, como en otras ocasiones, los polacos sepan hacer frente a los tiempos duros y que las fuerzas de centro derecha, de la libertad, hoy muy fraccionadas pero claramente mayoritarias, vuelvan a unirse para impedir el retorno de quienes a?oran el pasado comunista. En este sentido, debo decir que mi rival Kwasniewski no puede ser considerado responsable de los cr¨ªmenes del r¨¦gimen comunista, pero s¨ª representa, voluntariamente, la continuidad de ese sistema.
P. ?Por qu¨¦ quiere volver a ser presidente?
R. Para terminar mi trabajo. Cinco a?os son muy pocos pira cambiar un sistema que durante medio siglo se fue codificando en los cerebros y los comportamientos de la gente. Hace falta una larga traves¨ªa del desierto y hay que ordenar las cuestiones sociales, morales y econ¨®micas. No podemos volver atr¨¢s. Hay que profundizar en la reforma.
P. ?Por qu¨¦ tiene tanta prisa en que Polonia entre en la OTAN?
R. Cuando se desmantel¨® el Pacto de Varsovia, result¨® evidente que hab¨ªa que superar la pol¨ªtica de bloques y crear un ¨²nico sistema de seguridad para Europa que, junto a la uni¨®n pol¨ªtica, permita en el futuro, digamos en el 2010, para cuando espero estar retirado, que haya unos aut¨¦nticos Estados Unidos de Europa, un sistema que no piense ya en el enfrentamiento, sino s¨®lo en la cooperaci¨®n.
P. Entrar en la OTAN, ?ser¨ªa una forma de defenderse de Rusia?
R. Polonia ya no tiene miedo de Rusia. No hay peligro de guerra. Si Rusia amenazase a alguien, no ser¨ªa a nosotros. No creo que quiera buscarse problemas. Tendr¨ªa que pagar un precio muy alto.
P. El objetivo de entrar en la Uni¨®n Europea parece m¨¢s dificil de conseguir.
R. No veo por qu¨¦. Polonia tiene una econom¨ªa totalmente libre, sin subvenciones. Estamos preparados. No hay ning¨²n argumento serio para cerramos la puerta.
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