Una secesi¨®n de alto riesgo
LOS HABITANTES de Quebec, la provincia franc¨®fona y una de las m¨¢s ricas y desarrolladas de Canad¨¢, votar¨¢n hoy sobre su permanencia en este gran Estado norteamericano o su secesi¨®n para crear un nuevo Estado independiente. Los ¨²ltimos sondeos, que dan una ligera ventaja a los secesionistas, han alarmado tanto a los ciudadanos de Quebec contrarios a la separaci¨®n como al resto de los Canadienses, que consideran, pese a las diferencias culturales y ling¨¹¨ªsticas, que la independencia de Quebec ser¨ªa una amputaci¨®n grave de Canad¨¢.Las secesiones de que hemos sido testigos en los ¨²ltimos a?os o d¨¦cadas se han debido siempre al deseo de un pueblo o sociedad cohesionada de romper con un Estado centralizado y no democr¨¢tico que reprim¨ªa, u obstaculizaba la manifestaci¨®n de su propia identidad y su desarrollo. Alg¨²n caso ha sido pac¨ªfico, a otros les ha costado sangre.
En Quebec no se da ninguna de estas circunstancias. Franc¨®fona como reminiscencia de las pugnas entre Par¨ªs y Londres en los territorios septentrionales de ultramar, Quebec forma parte de un Estado democr¨¢tico, escrupuloso en el respeto de los principios de subsidiariedad y con un potencial de crecimiento econ¨®mico ingente. Es dif¨ªcil pensar que esta provincia fuera a cosechar inmensas ventajas de una secesi¨®n de Canad¨¢ Es seguro que los perjuicios no ser¨ªan s¨®lo para las provincias orientales, que quedar¨ªan f¨ªsicamenle separadas del resto del pa¨ªs.
Que el presidente de Canad¨¢ abogue apasionadamente por una naci¨®n unida y federalista y reciba ayuda expl¨ªcita del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, es l¨®gico. Que no vaya a ser contraproducente ante tantas susceptibilidades como se han acumulado en Quebec no est¨¢ tan claro. Los agravios, en su mayor¨ªa artificiales, pero no por eso percibidos con menor fuerza, que acumulan los habitantes de Quebec partidarios de la secesi¨®n pueden llevarles hoy a un voto del que en alg¨²n momento se arrepientan. Porque su planteamiento de independencia pol¨ªtica total y espacio econ¨®mico plenamente integrado con Canad¨¢ provocar¨¢ dificultades y roces desde el primer momento, o a m¨¢s tardar desde el primer presupuesto.
En todo caso, y como en todas las llamadas autodeterminaciones de entidades territoriales, los ¨¢nimos separatistas pueden cambiar pronto, cuando se percibe la evidencia de que la anhelada independencia franc¨®fona no cumple con las promesas que sus partidarios difund¨ªan. Y si se produce la. secesi¨®n, no es improbable que la comunidad procanadiense de Quebec empiece desde el d¨ªa siguiente a plantearse su propia secesi¨®n de Quebec. Por lo pronto, los indios cree y los esquimales de Quebec ya han dicho que ellos son canadienses y tienen intenci¨®n de seguir si¨¦ndolo.
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