La Audiencia de Perugia somete a Andreotti a tres horas de interrogatorio
El ex presidente del Gobierno italiano y senador vitalicio Giullo Andreotti declar¨® ayer durante casi tres horas ante el instructor de la Audiencia de Perugia que debe decidir si le procesa o no como inductor del asesinato del periodista Nino Pecorelli, situaci¨®n que compartir¨ªa con el ex senador Claudio Vitalone, tambi¨¦n escuchado en el d¨ªa de ayer. En la misma sesi¨®n, los fiscales de la acusaci¨®n presentaron las pruebas que sostienen las declaraciones inculpatorias contra Andreotti del n¨²mero uno de los arrepentidos de la Mafia, Tomasso Buscetta.
Los fiscales de Perugia aseguran que Pecorelli fue asesinado por la Mafia para hacer un favor a Andreotti, ya que el periodista ten¨ªa mucha informaci¨®n sobre las oscuras circunstancias del secuestro del l¨ªder democristiano Aldo Moro, rival de Andreotti dentro del partido, adem¨¢s de otros turbios asuntos que han envuelto tambi¨¦n el entorno del hoy senador vitalicio, corno el caso Sindona -el financiero implicado en el hundimiento del Banco Ambrosiano y muerto despu¨¦s en la c¨¢rcel en circunstancias de dudoso suicidio-, la creaci¨®n de la logia mas¨®nica Propaganda 2, a la que se implic¨® en tramas involucionistas, o el asunto Italcase, giro financiero de cheques que habr¨ªan ido a parar a la corriente andreottiana dentro del partido democristiano
Apertura de diligencias
Ayer tambi¨¦n se conoci¨® que la Fiscal¨ªa de Perugia ha abierto diligencias sobre el intento de asesinato de Massimo Abbatino, el ¨²ltimo capo de la banda de la Magliana, organizaci¨®n que llev¨® a cabo el delito contra el periodista Pecorelli, que hoy colabora con la justicia y es el principal testigo de la acusaci¨®n contra Andreotti y Vitalone, indicados como los que ordertaron el asesinato, y contra Massimo Carminati.y Michelangelo La Barbera, acusados, de ser los ejecutores materiales del crimen.La noche del pasado 21 de octubre varias personas intentaron entrar en el hotel romano donde estaba escondido Abbantino con intenci¨®n de matarlo. El testigo fue salvado in extremis por dos polic¨ªas que lo custodiaban.
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