El alma se serena
Misa de doce en San lldefonso. Con Pompeya, uno de los dos grandes templos burgueses de la ciudad. Aqu¨ª viene Jordi Pujol a rezar cada dos o tres domingos. San lldefonso fue el lugar donde a finales de los cincuenta, don Luis Mart¨ªnez de Galinsoga, director de perI¨®dico, mand¨® -m¨¢s o menos- a los catalanes a la mierda. El fr¨ªo se ha venido de pronto sobre Barcelona y ha amanecido un d¨ªa h¨²medo y faring¨ªtico. Se trata de la ¨²nica inquietud: el fr¨ªo que se anuncia. Unos 80 fieles: mujeres mayores y solas, un joven poeta cat¨®lico y Jos¨¦ Mar¨ªa Valverde, que sigue siendo poeta y cat¨®lico y, por supuesto, joven, adem¨¢s de legendario maestro y fil¨®sofo no claudicante. Valverde entrar¨¢ al final, para santiguarse.La comunidad de San Ildefonso ha hecho p¨²blico este domingo su punto de vista sobre las elecciones. Es un texto donde no hay una palabra m¨¢s alta que otra. La comunidad constata que se viven momentos de inestabilidad, de desencanto, de grandes interrogantes y hasta de miedo. Asume que las elecciones catalanas se han convertido en una referencia para todo el Estado. Pide, a su hora, que se vote pensando en la necesidad de luchar contra el paro, contra la marginaci¨®n, por la solidaridad y el ejercicio activo de los derechos humanos. El serm¨®n del capell¨¢n, que cabalga sobre la historia del avaro Zaqueo, jefe de publicanos y rico, a quien Jes¨²s descubri¨® encima de un ¨¢rbol, no se aparta de ese tono. Las gentes rezan por la cumbre de Dayton, por Rabin y cantan y escuchan c¨®mo el capell¨¢n invoca a lo ¨²ltimo a Tagore, "y la necesidad de aguardar, de escuchar los pasos silenciosos".
Muchos de los que rezan han dejado los peri¨®dicos sobre el asiento. En uno, en ¨¦ste, Jordi Pujol y el ex ministro socialista Jorge Sempr¨²n exponen su entendimiento absoluto y profundo sobre los asuntos del mundo. En otro, Pasqual Maragall y Miquel Roca dialogan tambi¨¦n mano a mano con una complicidad impactante. La hoja dominical, por ¨²ltimo, presenta una entrevista con el director de R¨¤dio Estel, la emisora del arzobispado de Barcelona, que es -desde hace un a?o- uno de los grandes fen¨®menos de nuestro tiempo. Esa radio s¨®lo ofrece m¨²sica, est¨¢ndares de muy alta calidad, y textos evang¨¦licos. Da algunas noticias, pero nunca "chilla ni ataca", como cuenta su director. En Barcelona, ya no hay cena privada adherida al esprit du temps donde no se escuche, entre el batido siempre suave de las conversaciones -m¨¢s que conversaciones, leves acuarelas-, esa emisora. La otra noche yo mismo estaba por completo mecido: empezaron con La Lupe, Puro Teatro, siguieron con Lou Reed, walk on the wild side, pero la voz m¨¢s hechicera se escuch¨® despu¨¦s de todo eso: depositaba en la noche, muy lentamente, el Evangelio de San Marcos.
Las gentes se dan la paz en la iglesia. Sonr¨ªen como diciendo: "Ya la tenemos, pero los ritos son los ritos". ?Elecciones? Sonr¨ªen como diciendo: "Los ritos son los ritos".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.