C¨¢ndidos

No s¨¦ c¨®mo reaccionar¨ªan los espectadores que recientemente fueron al teatro de la Comedia de Madrid ante un actor de raza negra que se pintara la cara de blanco. para representar el papel de C¨¢ndido; sospecho que, como poco, se mover¨ªan inc¨®modamente en su butaca. Pero lo que s¨ª es cierto es que encuentran completamente aceptable, y hasta les da mucha risa, que un actor blanco se pinte la cara de negro para representar el personaje de Kakambo. Yo cre¨ªa (?qu¨¦ c¨¢ndido debo ser!) que a estas alturas del siglo XX ya hab¨ªamos superado los efectos del colonialismo.Claro que el problema no es del p¨²blico, que al fin y al cabo tiene derecho a aplaudir cuando aparecen los payasos en escena. El problema est¨¢ en que el mensaje inteligente de Kakambo, y por extensi¨®n el verdadero esp¨ªritu de la obra de Voltaire, se pierden por culpa de una direcci¨®n y una interpretaci¨®n que repiten los peores estereotipos del racismo colonial: los negros no saben caminar erguidos, hablan con la boca llena de pan y, por supuesto, carecen de esa cualidad que distingue a los seres humanos del resto de los animales: la inteligencia. No hay aqu¨ª suficiente espacio para profundizar en el efecto que tiene en la conciencia colectiva la representaci¨®n de los negros como seres grotescos, infrahumanos e imb¨¦ciles.

La noche de la funci¨®n, cuando despu¨¦s de varias discusiones, acaloradas con mis amigos me fui a la cama, me cost¨® mucho conciliar el sue?o de tan enfadado que estaba. Al d¨ªa siguiente todav¨ªa me sent¨ªa terriblemente triste por lo que vi en el teatro, pero ya no cre¨ªa, sinceramente, que el C¨¢ndido de Moma Teatre Y Talleret de Salt fuera una producci¨®n teatral ideada por individuos racistas, aunque s¨ª me parece que tiene m¨¢s c¨¢ndidos de los que se mencionan en el reparto.-