Clinton mide su popularidad en las elecciones estatales y locales de ayer
Nada m¨¢s regresar del r¨¢pido viaje a Israel para asistir a los funerales por Isaac Rabin, que concluy¨® con una inesperada conversaci¨®n telef¨®nica con el dirigente palestino Yasir Arafat, el presidente Bill Clinton tuvo ayer oportunidad de medir su popularidad en Estados Unidos en varias elecciones estatales y locales que deber¨ªan reflejar el estado de la opini¨®n p¨²blica frente a la situaci¨®n pol¨ªtica norteamericana.
Estas elecciones, a un a?o de laspr¨®ximas presidenciales, pueden confirmar, si los sondeos previos no se equivocan demasiado, algunas previsiones:- Que el Partido Republicano mantiene su crecimiento, aunque mucho m¨¢s lentamente, castigado por la dureza de los recortes presupuestarios propuestos. - Que contin¨²a la ca¨ªda del Partido Dem¨®crata, aun que ligeramente atenuada por el protagonismo de Clinton y, sobre todo, por el radicalismo de algunas de las iniciativas de los propios republicanos.
- Que se va consolidando el espacio para un tercer partido, ll¨¢mese Ross Perot o llamase Colin Powell, lo que podr¨ªa acosejar a ¨¦ste ¨²ltimo olvidarse de buscar la denominaci¨®n republicana y apostar por una candidatura independiente.
Estas elecciones, en las que se eligen asambleas regionales en tres Estados y alcaldes en varias ciudades, coinciden con un intenso debate en el Congreso en relaci¨®n con el pr¨®ximo presupuesto federal. Los republicanos han presentado una propuesta en la C¨¢mara de Representantes y otra en el Senado que han sido considera das por la Casa Blanca muy radicales en el corte de los programas sociales. El presidente Clinton ha prometido vetar ambas, a¨²n a riesgo de que eso implique que el Gobierno, se quede pronto sin recursos para hacer frente a sus pagos.
En ese contexto, los dirigentes republicanos han presentado las elecciones de ayer, de las que anoche a¨²n no hab¨ªa resultados, como un refer¨¦ndum para saber si la poblaci¨®n prefiere la propuesta republicana o la postura de la Casa Blanca. Una victoria de la rotundidad de la que el partido conservador obtuvo en las elecciones parlamentarias de hace un a?o, dar¨ªa nuevos br¨ªos al l¨ªder republicano en la C¨¢mara, Newt Gingrich, para defender su firme pol¨ªtica contra el d¨¦ficit p¨²blico.
Estado de Virginia
No es f¨¢cil, sin embargo, que esa victoria sea tan contundente, al menos no es probable que lo sea en todas las circunscripciones. Donde el triunfo conservador podr¨ªa tener la etiqueta de hist¨®rico es en el Estado de Virginia, no tanto por el n¨²mero de votos, sino porque ser¨ªa la primera vez desde el final de la guerra civil norteamericana que los republicanos se hiciesen con el control del Parlamento de un Estado de la vieja confederaci¨®n. Su victoria all¨ª, que las encuestas dan por segura, ser¨ªa un golpe de efecto muy importante para respaldar el programa de la revoluci¨®n conservadora. Los republicanos ya cuentan con el cargo del gobernador de ese Estado, que ganaron en el trascendental asalto de noviembre de 1994.Para los dem¨®cratas, el gran empuj¨®n hacia su resurrecci¨®n puede producirse en las elecciones parla gobernador de Misisip¨ª, donde el candidato republicano, el actual gobernador, Kirk Fordice, ten¨ªa una ventaja de m¨¢s de 20 puntos hace un mes, y hasta ayer menos de cinco. Una victoria dem¨®crata en Misisip¨ª, que resultar¨ªa sorprendente, le abrir¨ªa a Bill Clinton la posibilidad de recuperar todav¨ªa alguno de los Estados del sur de cara a 1996, objetivo que hoy por hoy parece imposible.
En Kentucky, donde tambi¨¦n hay elecciones para gobernador, los candidatos de los dos partidos estaban virtualmente empatados. Lo curioso es que, para aspirar a ser el primer gobernador republicano de Kentucky en 24 a?os, Larry Forgy ha tenido que marcar claras diferencias con las posiciones de Newt Gingrich sobre seguridad social y otros programas estatales.
En las elecciones municipales de San Francisco, Filadelfia y Baltimore deber¨ªa demostrarse que las grandes ciudades siguen siendo el ¨²ltimo basti¨®n de poder inexpugnable del Partido Dem¨®crata.
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