Apabullante

Apabullante es el t¨¦rmino id¨®neo para describir lo visto. Quede, pues, as¨ª reflejado el formidable despliegue de luz y sonido que el grupo barcelon¨¦s mostr¨® en su visita a Madrid. El primero de los cuatro llenos que Manolo y Quimi ten¨ªan programados discurri¨® a una altura, insuperable, como pudieron disfrutar las 10.000 personas que abarrotaban el recinto y que parec¨ªan querer aprovechar hasta el ¨²ltimo real que pagaron.Con Huesos se desat¨® un delirio que habr¨ªa de durar dos horas. La m¨²sica era ejecutada de modo impecable y la voz un chorro inagotable. Manolo Garc¨ªa parec¨ªa un anuncio de vitaminas viviente, aupado en su entusiasmo particular por el empuje de otro colectivo con el que sonarla para s¨ª cualquier nombre consagrado.

Un momento excepcional en la noche lo constituy¨® la interpretaci¨®n de Sara, a cargo de diez mil y una gargantas. Fue un bello reflejo de lo que significa compenetraci¨®n entre p¨²blico y artistas y un indicativo de ad¨®nde puede llegar este grupo, si mantiene esa actitud de sinceridad, trabajo y pasi¨®n que manifiesta en cada uno de sus conciertos. A¨²n no hay techo para El ¨²ltimo de la fila.