EI Deportivo confirma su enfermedad
El f¨²tbol es a veces el imperio de la l¨®gica. En contra de toda la retah¨ªla de frases hechas que manejan los entrenadores para explicar sorpresas espor¨¢dicas, hay resultados que parecen dise?ados en los vestuarios. Tanto temi¨® el Deportivo salir derrotado de Bala¨ªdos que consider¨® un tesoro el empate. Es un resultado que permite a Toshack vivir una semana de relativa tranquilidad, si es que eso es posible ¨²ltimamente en el equipo coru?¨¦s, y sobre todo, evita una reacci¨®n en cadena como la que la pasada temporada le cost¨® el puesto a Arsenio Iglesias despu¨¦s de perder con el Celta en Riazor. Pero el Deportivo se distancia de la cabeza de la tabla y sus aspiraciones est¨¢n en noviembre muy lejos de las que la afici¨®n coru?esa hab¨ªa dado por seguras en pretemporada. El Deportivo empat¨®. Y, peor que eso, sufri¨®.Lo pas¨® mal el Depor, porque tal y como se desarroll¨® el encuentro bien pudo haber salido derrotado de Bala¨ªdos. El Celta tambi¨¦n dio por bueno el resultado en el cl¨¢sico de los derbis gallegos. Tan cl¨¢sico fue que hasta el resultado cumpli¨® las previsiones. Pero los dos grandes del f¨²tbol gallego siguen cayendo en la tabla y ven como su hermano pobre, el Compostela, es el ¨²nico baluarte de las aspiraciones regionales. Malo fue para el Celta sumar un solo punto, pero mucho peor para su rival, que en nada recuerda al de temporadas anteriores: carece de personalidad, se atasca en campo contrario y acusa el mal estado f¨ªsico de Fran en mayor medida de lo que podr¨ªa ser considerado normal.
Destrucci¨®n
Todo fueron cautelas en los locales al inicio del encuentro. Conscientes de sus limitaciones t¨¦cnicas, los hombres de Fernando Santos cedieron el bal¨®n al Deportivo y se dedicaron a lo que mejor saben hacer, destruir el juego del contrario. Durante la primera parte, el saldo de esta tarea fue impecable, porque todo eran problemas para los coru?eses al cruzar la l¨ªnea divisoria. A pocos metros de ella, la defensa del Celta oblig¨® a su rival a encomendarse a la tarea de bombardear a Prats desde fuera del ¨¢rea. Por esa zona lo intentaron Bebeto, Radchenko y Donato. Y s¨®lo este ¨²ltimo llev¨® peligro.
Y mayores problemas tuvo el Celta para organizar su ataque, porque privado del criterio de Eusebio -ayer desdibujado- en el reparto de balones, emple¨® sistemas m¨¢s propios de deportes como el rugby que el f¨²tbol. El juego fue un desgobierno y el duelo siempre oli¨® a empate.
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