La polic¨ªa local, dolida

El reportaje de Pablo Ordaz publicado en el diario el domingo 29 de octubre con el t¨ªtulo Los peores agentes ha provocado las cr¨ªticas de diversos colectivos de la polic¨ªa local de la Comunidad de Madrid, entre ellos la Asociaci¨®n de Jefes de dicha polic¨ªa y el Departamento de la Federaci¨®n de Servicios P¨²blicos de UGT, as¨ª como de asociaciones de agentes de otras ciudades, entre ellas Salamanca y Castell¨®n, que consideran que dicho art¨ªculoaporta una informaci¨®n deficiente y falta de veracidad", ya que se empe?a, dicen, en "presentar a las polic¨ªas locales como un desbarajuste que carece de la m¨¢s m¨ªnima regulaci¨®n local". Se quejan tambi¨¦n los lectores polic¨ªas de que el autor del art¨ªculo cite s¨®lo una encuesta del CIS, "de la cual no se recoge la fecha", mientras que, seg¨²n ellos, "la ¨²ltima conocida data de hace algunos a?os", y no se cita, dicen, la encuesta elaborada por el CIMOP para la Comunidad de Madrid de 1990. Los polic¨ªas alegan que dicho reportaje "ha producido un grave da?o a la imagen de las polic¨ªas locales".

El Defensor del Lector ha pedido explicaciones sobre estas quejas al autor del reportaje, Pablo Ordaz, quien ha respondido que el sondeo de opini¨®n del CIS que cita no es de hace a?os como se le critica, sino de abril de este a?o 1995. "Se trata, por tanto", dice Ordaz, "del ¨²ltimo y m¨¢s fiable estudio sobre la imagen de los distintos cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Y en el sondeo, los cuerpos de la polic¨ªa local quedan por debajo de las otras polic¨ªas -incluidas las auton¨®micas en las regiones donde existen- en todos los aspectos que se citan en el reportaje, come) profesionalidad, competencia, respeto hacia los ciudadanos e imparcialidad". El periodista est¨¢ de acuerdo con la cr¨ªtica que se le hace de que no debe meterse en el mismo saco a todos los cuerpos de la polic¨ªa local; pero a?ade que tampoco ser¨ªa posible "hacer una encuesta en cada una de las 1.800 localidades espa?olas que disponen de dicha polic¨ªa". Y explica que ha sido precisamente "esta disparidad de funciones y el descontrol existente lo que ha llevado al actual ministro de Justicia e Interior a crear un gabinete de expertos con el objetivo prioritario de realizar un estudio detallado sobre las distintas polic¨ªas".

Le, que s¨ª reconoce Ordaz es que el t¨ªtulo que se le puso a su reportaje, Los peores agentes, fue "desafortunado", ya que no refleja el contenido del mismo e incluso "llega a conseguir el efecto contrario: te?ir de subjetividad los datos que, guste o no a los agentes, son totalmente objetivos y proceden de fuentes de todo cr¨¦dito". Fuentes que el Defensor del Lector conoce y cuyo secreto el periodista tiene el deber de respetar.

Ordaz quiere, adem¨¢s, dejar patente que su reportaje "no pretend¨ªa en ning¨²n caso censurar de forma general la actuaci¨®n de los agentes de la polic¨ªa local". M¨¢s bien lo contrario, ya que "la cr¨®nica pone, en efecto, de manifiesto", afirma, "que los agentes no s¨®lo tienen que asumir las dificultades propias de su labor en la calle, sino obedecer ¨®rdenes que -ante la ambig¨¹edad de la ley- dependen, seg¨²n se trate de una u otra ciudad, del color pol¨ªtico, del alcalde y de un sinf¨ªn de factores m¨¢s".

El autor del reportaje quiere subrayar por ¨²ltimo que, documentos en mano, el aumento de los casos de malos tratos en la polic¨ªa local no es una conclusi¨®n suya, ya que, afirma, "tanto la oficina del Defensor del Pueblo como la Asociaci¨®n Contra la Tortura coinciden en que las denuncias por torturas presentadas contra los agentes de la polic¨ªa local han aumentado en los ¨²ltimos a?os de forma preocupante".

Pero, al mismo tiempo, en el reportaje, dice Ordaz, se destaca tambi¨¦n la preocupaci¨®n de muchos agentes locales por resolver con sensibilidad humana no pocos problemas puntuales de los ciudadanos.

?Debi¨® publicarse?

J. M. Palomo Traver, de Castell¨®n, se ha quejado amargamente al Defensor del Lector porque hab¨ªa enviado una carta al director del peri¨®dico, no para publicar, con una dura cr¨ªtica contra el suplemento Tentaciones, en el que acab¨® apareciendo dicha carta. Se lamenta tambi¨¦n de que su carta, adem¨¢s de ser publicada, hubiera sido previamente "censurada". Y si era poco, a?ade el lector, la carta fue hecha objeto de 'El buz¨®n de J. M. Palomo' en Tentaciones, lo que provoc¨® toda una serie de cartas contra ¨¦l de los lectores. ?Es todo eso cierto?

Vicente Jim¨¦nez, responsable de Tentaciones, interpelado por el Defensor del Lector, ha precisado lo siguiente: que no es exacto que la carta fuera enviada "con la afirmaci¨®n expl¨ªcita de que no iba destinada a la publicaci¨®n", como afirma el lector, ya que dec¨ªa textualmente: "Como primera providencia le dir¨¦ que la pretensi¨®n de esta carta no es ver la luz en EL PA?S ni en Tentaciones, sino de tratar de influir en ustedes con mi opini¨®n". Decir que la carta "no pretend¨ªa" ser publicada no es lo mismo, seg¨²n Jim¨¦nez, que exigir que "no se publique". Y como se trataba de, una carta muy cr¨ªtica, explica, "pensarnos que era mejor publicarla para que no se piense que damos a conocer s¨®lo los piropos que nos echan". En ella se dec¨ªa, entre otras cosas: "Tengo 40 a?os, soy m¨¦dico, y una buena parte de mi entorno m¨¢s pr¨®ximo es lectora o lector de EL PA?S. Y a¨²n no he encontrado a nadie que le guste o simplemente le interese Tentaciones".

En cuanto a la presunta "censura", seg¨²n el responsable de Tentaciones, puesto que la carta era muy larga, "se le hicieron peque?os cortes que no deformaban la idea central -que era no s¨®lo de cr¨ªtica, sino hasta de sarcasmo-, y que incluso la reforzaban, ya que la frase m¨¢s larga que se elimin¨® era positiva. En efecto, afirmaba: "Decir que ninguna secci¨®n me interesa ser¨ªa una descalificaci¨®n tan absoluta que resultar¨ªa, cuanto menos, fan¨¢tica". Aunque Jim¨¦nez reconoce que hubiera sido mejor no eliminar precisamente la ¨²nica frase no negativa de toda la carta.

El lector lanza finalmente un desaf¨ªo: que se haga un sondeo para conocer cu¨¢l es el grado real ' de aceptaci¨®n de Tentaciones entre "los lectores diarios de EL PA?S". Pero a este respecto lo que s¨ª puede afirmar el Defensor del Lector es que, entre quienes adquieren "a diario" el peri¨®dico, no s¨®lo no han disminuido las ventas desde la salida de Tentaciones, sino que han aumentado. en varias decenas de miles.

Ello no empece, evidentemente, el que pueda haber alg¨²n lector -como en este caso- a quien no le agrade un producto que, sin duda, tiene unas caracter¨ªsticas especiales' al ir enderezado fundamentalmente a un p¨²blico joven y al, estar hecho por un grupo de j¨®venes periodistas que poseen, sin duda, mayor sinton¨ªa con los gustos de los menos maduros en a?os.