La maravilla de los cuartetos de Bela Bartok
El Cuarteto Tak¨¢cs que en 1991 ofreci¨® a los asiduos del ciclo de c¨¢mara y polifon¨ªa los seis cuartetos de Bartok, ha vuelto a Madrid tra¨ªdo por Liceo de C¨¢mara para renovar las dolientes maravillas del ciclo camer¨ªstico m¨¢s representativo del siglo XX en su primera mitad; la otra serie emblem¨¢tica, dentro del g¨¦nero, es, para mi, la de los 15 cuartetos de Shostakovich, pero ¨¦stos alcanzan desde 1938 hasta 1974 mientras los de Bartok datan del per¨ªodo 1909-1939.En ambos casos y desde muy distantes est¨¦ticas se nos da un hondo testimonio de cuanto negativo califica un tiempo dominado por la ausencia de libertad, el dolor del exilio interior o exterior, y la tragedia de sentirse inerme ante los acontecimientos. Bajo el signo de la desolaci¨®n discurren los ¨²ltimos cuartetos bartokianos como los postreros de Shostakovich; en unos y otros, el drama del hombre individual aparece inmerso en el gran drama colectivo.
Cuarteto Tak¨¢cs
Edward Dusinberre, Caroly Schranz, Roger Tapping y Andras Fejer. Liceo de C¨¢mara/ Fundaci¨®n Caja Madrid.Auditorio Nacional. Madrid, 10 y 11 de noviembre.
No es necesario se?alar el c¨²mulo de diversidades que separa al h¨²ngaro del sovi¨¦tico. Bartok, que se autocalificaba de compositor instrumental, llev¨® a sus pentagramas el sentimiento de la naturaleza (silencio, nocturnidad, lirismo y rumoroso contra punto), de su ser personal y de su circunstancia. Dentro del amplio paisaje de la naturaleza habita el canto tradicional que Bartok investig¨®, recogi¨®, y analiz¨® con minuciosidad de entom¨®logo y que ser¨ªa savia de su m¨²sica hasta en las p¨¢ginas m¨¢s aparente mente alejadas del f¨®lclore. Ni si quiera cuando se aleja de Europa para instalarse en Norteam¨¦rica ("salto desde la incertidumbre a la intolerable seguridad" como ¨¦l dec¨ªa) abandona ese fondo sus tancial.
Pasajes de tristeza.
Afirmaba Messiaen que Bartok no buscaba la naturaleza sino los hombres pero podr¨ªa precisarse que los hombres en la naturaleza. Queda claro en tantos pasajes atmosf¨¦ricos que envuelven la tristeza del mensaje humano como encontramos en los cuartetos quinto y sexto y, de modo especial, en el ¨²ltimo, hondamente turbador y trazado de modo m¨¢s recurrente que c¨ªclico, sobre un sentimiento: mesto, esto es, triste, afligido.El Cuarteto Tak¨¢cs, en el que. con relaci¨®n a su actuaci¨®n de 1991 ha cambiado el viol¨ªn primero y el viola, hizo gala de un dominio absoluto de los cuartetos bartokianos en su forma y en su fondo hasta mantener a la audiencia con el alma en vilo, primero, y el coraz¨®n contristado, despu¨¦s. Recordamos as¨ª el medio siglo de la muerte de este hombre grande y artista singular cuyo legado musical nos acompa?a siempre.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.