Cultura a mano
Los 63 centros de Madrid fomentan las actividades art¨ªsticas gratuitas en los barrios
?Los ¨¢rboles hablan? ?Tienen remedio las varices? ?Puede un grupete de teatro de barrio disponer de una sala gratuita para ensayar? La respuesta la tienen 63 centros culturales de Madrid que ofrecen una ensalada de actividades variopinta y, por lo general, desconocida.Anunciaci¨®n Ol¨ªas no sab¨ªa juntar las letras. Vecina del barrio de San Isidro, no ten¨ªa una necesidad apremiante de aprender: hab¨ªa rebasado los 60 a?os y no se trataba de dar el primer paso para poder trabajar. Pero ten¨ªa una espina clavada y decidi¨® quit¨¢rsela de cuajo, por una cuesti¨®n de orgullo. Nunca es tarde, se dijo. El a?o pasado se convirti¨® en la primera se?ora que consegu¨ªa el graduado escolar en los cursos de educaci¨®n para adultos del centro cultural Blasco Ib¨¢?ez de Carabanchel. Ahora puede ense?ar a sus nietos a leer y escribir. ?sta es s¨®lo una muestra de la labor que realizan los centros culturales, 63 islotes diseminados a lo largo de la ciudad.
Los centros culturales se han convertido en los templos de la cultura gratuita, en el trampol¨ªn para artistas primerizos, en la alternativa m¨¢s barata para seguir un cursillo de inform¨¢tica o de fotograf¨ªa: ah¨ª est¨¢n las listas de espera. Dependen de las juntas municipales de distrito, que suelen tener varios centros a su cargo. Mientras un centro de los de Fuencarral, seis, se tiene que repartir los 41 millones de que dispone la junta para la cultura, el de Arganzuela se beneficia de buena parte de los 50 millones asignados.
De entre todos los centros de Madrid, al menos seis llevan a cabo actividades que rebasan claramente los l¨ªmites del barrio, por la calidad de sus exposiciones o actividades: el Galileo (Chamber¨ª), el Nicol¨¢s Salmer¨®n (Chamart¨ªn), La Casa del Reloj (Arganzuela), La, Casa de Vacas (Retiro), Antonio Machado (San Blas) y el Puerta de Toledo (Centro), por lo castizo. Los dem¨¢s, en general, viven con la oreja pegada la demanda del vecino.
Los que est¨¢n ubicados en el centro de la ciudad son parad¨®jicamente los m¨¢s lejanos, los menos familiares. "Es porque ah¨ª la gente no los toma como suyos", dice Pilar Ca?as, de 25 a?os, directora del Centro Juvenil Oporto de Carabanchel. En el extrarradio, los centros se convierten en el lugar de reuni¨®n por excelencia, en el punto de encuentro de ni?os revoltosos, mayores y j¨®venes con ganas de aprender.
En familia. El anciano estaba preocupado. El m¨¦dico no le hac¨ªa caso, y no se le ocurri¨® mejor soluci¨®n que acudir al centro cultural. "?Qu¨¦ es lo que debo comer?", le preguntaba a la directora. "Pues coma verdura", respond¨ªa Bel¨¦n Fern¨¢ndez, cabeza visible del Centro Almirante Churruca, ante la insistencia del vejete. Algunos centros culturales son una aut¨¦ntica prolongaci¨®n del sal¨®n de los vecinos. Y m¨¢s en barrios obreros donde la falta de espacio empuja a la gente a la calle.
El Almirante Churruca naci¨® fruto del empuje de un colectivo de vecinas de Latina. "El barrio necesitaba de un espacio cultural, sobre todo, para ofrecer alternativas a la droga para los m¨¢s j¨®venes", comenta ?ngeles Calvillo, de 57 a?os, vocal de cultura de la Junta. Abri¨® en mayo, y desde entonces la actividad es fren¨¦tica. Los responsables de esta mini revoluci¨®n cultural de barrio son un grupo de 11 j¨®venes encabezados por Bel¨¦n Fern¨¢ndez, de 25 a?os. En unos meses han convertido el antiguo colegio Churruca en un hervidero.
La clase de inform¨¢tica es la m¨¢s requerida: no hay ninguna en el barrio. El cine siempre se llena: 110 personas abarrotan todos los viernes el sal¨®n de actos. Pero lo del baile de la tercera edad sorprende: el viernes por la noche, m¨¢s de cien ancianos se presentan con sus mejores galas en el gimnasio, convertido en sala de baile ocasional. "Es incre¨ªble. Les ves entrar encorvados y luego se tiran tres horas bailando", cuenta Francisco Murillo, encargado de la fonoteca. Pero no se limitan al cl¨¢sico pasodoble. En el Almirante Churruca acaban la noche bailando bakalao. "Se ponen guapos y se pintan los labios como si fueran a ligar", cuenta la directora.
Los ancianos acuden por la ma?ana a leer el peri¨®dico. A la hora del aperitivo, en el bar se tratan asuntos de enjundia: Caminero a¨²n no se ha recuperado, Valdano no vive sus mejores horas... Por la tarde llega la invasi¨®n juvenil. M¨¢s de 1.400 participan en alguna de las actividades que organiza el centro. Entre otras, existe un curso gratuito de iniciaci¨®n a la cultura. Adem¨¢s del karaoke y los s¨¢bados infantiles, estudiar inform¨¢tica cuesta 4.800 pesetas el trimestre (24 horas de clase).
El almirante Churruca luch¨® contra los franceses en la batalla de Trafalgar. Es el antepasado de un conocido fabricante de pipas que ha prometido acudir este ano al centro para contar detalles de la biograf¨ªa del hombre que da nombre al centro.
"El distrito tiene 700.000 habitantes, m¨¢s que Valladolid, y tenemos en torno a 15 millones a repartir entre tres centros, as¨ª que hay que tirar de imaginaci¨®n", dice Ra¨²l Grande, coordinador cultural de Latina.
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