Fanatismo israel¨ª
UNA MASIVA campa?a de linchamiento pol¨ªtico y moral contra Isaac Rabin y Sim¨®n Peres precedi¨® al asesinato del primer ministro por parte de Yigal Antir. Rabinos integristas en Nueva York e Israel emitieron sentencias, equivalentes a la fatwa de Jomeini contra Salman Rushdie, autorizando y hasta exigiendo la muerte de Rabin. La nebulosa israel¨ª de movimientos ultranacionalistas de inspiraci¨®n religiosa realiz¨® decenas de acciones callejeras en las que se tildaba a Rabin de "traidor", "c¨®mplice de Arafat", "nazi". El derechista Likud. no denunci¨® esa campa?a, sino que m¨¢s bien se sumo a ella. ?Prueba esto la conspiraci¨®n para matar a Rabin? En principio, no. Esa campa?a s¨®lo cre¨® el clima de odio que permiti¨® a un extremista como Amir disparar contra Rabin creyendo que estaba obedeciendo un mandato divino.Sin embargo, la polic¨ªa israel¨ª ya ha detenido a media docena de presuntos c¨®mplices de Amir y afirma que sospecha que Rabin fue v¨ªctima de un compl¨® de partidarios del Eretz Israel, el Gran Israel, que incluye Judea y Samaria, la actual Cisjordania. La polic¨ªa ha encontrado armas en la casa de Amir. Pero eso m¨¢s bien probar¨ªa qu¨¦ era capaz de actuar por su cuenta, no que formase parte de, una, m¨¢s amplia conspiraci¨®n. A menos que, los investigadores dispongan de elementos ignorados por la opini¨®n p¨²blica, las informaciones difundidas hasta el momento s¨®lo demuestran que Amir se mov¨ªa en un mundillo de iluminados violentos.
Lo que s¨ª demuestra la investigaci¨®n es que los servicios de seguridad fallaron estrepitosametite. Sab¨ªan, y no s¨®lo por el mencionado clima de linchamiento pol¨ªtico y moral, que alg¨²n extremista estaba preparando el magnicidio. Seg¨²n algunas fuentes, hab¨ªan sido advertidos incluso de que el s¨¢bado 2 de noviembre se producir¨ªa otra intentona. ?Complicidad o tan s¨®lo ineficacia? La respuesta es decisiva para poder afirmar que Amir actu¨® con algo m¨¢s que la simpat¨ªa o la colaboraci¨®n de un pu?ado de familiares y amigos . enloquecidos por la inminente devoluci¨®n de buena parte de Judea y Samaria a los palestinos, y con la convicci¨®n de actuar de conformidad a un mandato religioso. De acuerdo con lo que se sabe no puede asegurarse con rotundidad que responsables del Shin Bet u otro servicio de seguridad israel¨ª participaran en una conjura.
Pero, se pruebe o no que determinados personajes de la vida religiosa, pol¨ªtica y de seguridad de Israel estuvieran al tanto o estimularan el proyecto de Amir, lo cierto es que una parte importante de la sociedad israel¨ª es acusada por la otra y por la opini¨®n p¨²blica mundial de ser corresponsable al querer capitalizar, por oportunismo pol¨ªtico, el fanatismo de una minor¨ªa y crear el Clima que llev¨® al crimen. Israel descubre que la amenaza a su libertad y su seguridad no procede s¨®lo del fanatismo ¨¢rabe. El Gobierno israel¨ª parece estar preparando las condiciones psicol¨®gicas en Israel para poder actuar contra el fanatismo en su propio campo. Si la sociedad israel¨ª toma conciencia de que el frente no separa a los pueblos sino a los pac¨ªficos de los violentos, Rabin podr¨¢ sumar en su haber otro gran servicio a su pueblo.
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