Un mal superable
Una vez que la recuperaci¨®n econ¨®mica se ha consolidado, el objetivo inmediato de la econom¨ªa espa?ola es que la actual fase expansiva se prolongue el m¨¢ximo tiempo posible. El proyecto de presupuestos para, 1996 era el mejor instrumento para conseguir este objetivo, porque en ¨¦l se contemplaba una sustancial reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico que har¨ªa posible una significativa rebaja de los tipos d¨¦ inter¨¦s, facilitando con ello una mejora en el nivel de confianza de los consumidores y la acentuaci¨®n de las actualmente favorables expectativas de inversi¨®n y de creaci¨®n de empleo. Este presupuesto ten¨ªa en el Programa de Convergencia su punto de referencia fundamental y todos podemos estar de acuerdo en que la aplicaci¨®n de dicho programa permiti¨® la recuperaci¨®n econ¨®mica en 1994, la consolidaci¨®n de dicha recuperaci¨®n en 1995 y actualmente constituye la mejor garant¨ªa para continuar con un crecimiento estable y sostenido.En el debate parlamentario que precedi¨® a la devoluci¨®n del proyecto de presupuestos para 1996 no se present¨® ninguna alternativa suficientemente madura y viable como para poder sustituir con garant¨ªas al Programa de Convergencia. De hecho, tan s¨®lo se expresaron algunas diferencias de matiz con el proyecto presentado por el Gobierno pero, por lo general, no existieron posturas irreconciliables con el contenido global del mismo. Por tanto, el rechazo del presupuesto no obedeci¨® a razones econ¨®micas, sino m¨¢s bien a leg¨ªtimos intereses electorales y partidistas que, en cualquier caso, obligan a respetar la Constituci¨®n, que: prev¨¦ en estos supuestos la pr¨®rroga autom¨¢tica del presupuesto del ejercicio anterior, lo que significa que el 1 de enero del pr¨®ximo a?o volver¨¢ a estar en vigor el presupuesto inicial del presente ejercicio, aunque esto ser¨¢ una situaci¨®n transitoria que se prolongar¨¢ hasta que el pr¨®ximo Gobierno que resulte elegido pueda elaborar un nuevo presupuesto.
Es evidente que existen dificultades para alcanzar con la pr¨®rroga los mismos objetivos que con un presupuesto que se elabor¨® sobre la base de la racionalizaci¨®n del gasto y de la cuidadosa revisi¨®n de todas sus partidas, para as¨ª poder compaginar la reducci¨®n del d¨¦ficit con la efectiva cobertura de los gastos sociales, el mantenimiento de la presi¨®n fiscal y actuaciones selectivas de apoyo a la inversi¨®n y el empleo. En cualquier caso, la garant¨ªa del cumplimiento de los obietivos fijados en el Programa de Convergencia y la fortaleza de la actual fase expansiva permiten confirmar que la econom¨ªa espa?ola en 1995 finalizar¨¢ con un crecimiento del PIB del 3,1% y una creaci¨®n de empleo en torno a 280.000 personas, al tiempo que continuar¨¢ la correcci¨®n del de sequilibrio de la balanza de pagos, de la inflaci¨®n y del d¨¦ficit.
Sin embargo, la pr¨®rroga, en sentido estricto, no garantiza por s¨ª sola la continuaci¨®n de esta tendencia durante . 1996, porque para ello es necesario respetar el objetivo de d¨¦ficit previsto en el Programa de Convergencia. Adem¨¢s, con la pr¨®rroga autom¨¢tica se producir¨ªa un perjuicio en los intereses de pensionistas y empleados p¨²blicos, al no ver actualizadas sus retribuciones. Para superar estas dificultades, el Gobierno utilizar¨¢ todos los instrumentos que legalmente tiene a su disposici¨®n, introduciendo en la pr¨®rroga presupuestaria las adaptaciones que sean necesarias para no perturbar el actual crecimiento econ¨®mico y para evitar los perjuicios a los sectores antes mencionados.
El Consejo de Ministros ha adoptado ya un Acuerdo cuyo objeto es hacer posible determinadas adaptaciones del presupuesto inicial de 1995 que, entre otras medidas, deber¨¢n incluir la actualizaci¨®n de las pensiones y de las retribuciones de los empleados p¨²blicos de acuerdo con la inflaci¨®n prevista para 1996 del 3,5%, la deflactaci¨®n de la tarifa del IRPF para evitar incrementos nominales de la carga impositiva y la actualizaci¨®n de los impuestos especiales y de las tasas para mantener el nivel de recaudaci¨®n real obtenido por dichas figuras tributarias.
Por otra parte, en el mencionado Acuerdo existe el firme compromiso del Gobierno que asegurar el objetivo de d¨¦ficit para 1996. Al objeto de atender a determinados gastos ineludibles, como por ejemplo los intereses de la deuda p¨²blica, que tendr¨¢n en 1996 un gasto superior al registrado en 1995 y al mismo tiempo cumplir el objetivo de d¨¦ficit, el Acuerdo establece que el gasto de cada ministerio no podr¨¢ exceder del fijado en el proyecto de presupuestos para 1996, por lo que se hace necesario un ajuste como m¨ªnimo de 800.000 millones de pesetas. Adem¨¢s, en base a dicho ajuste, los ministerios efectuar¨¢n una periodificaci¨®n mensual del gasto m¨¢ximo que les hubiera correspondido, con lo que se desmienten categ¨®ricamente las infundadas cr¨ªticas de algunos, grupos de la oposici¨®n afirmando que el Gobierno acelerar¨ªa y concentrar¨ªa el gasto con fines electoralistas durante el primer trimestre del a?o.
En definitiva, el Gobierno ha asegurado que se cumplir¨¢ el objetivo de d¨¦ficit que figura en el Programa de Convergencia, lo que, junto a la favorable evoluci¨®n de la econom¨ªa espa?ola, garantiza la continuidad de la fase expansiva para el pr¨®ximo a?o, donde se prev¨¦ un crecimiento del PIB en el, 3,4%, un incremento anual del empleo entre 340.000 y 360.000 personas y el avance en la correcci¨®n de los desequilibrios b¨¢sicos. Sin embargo, la realidad de la pr¨®rroga obliga ahora al Gobierno a seguir estudiando las posibles f¨®rmulas que permitan el m¨¢ximo acercamiento a la adecuada distribuci¨®n de los recursos entre las distintas pol¨ªticas. de gasto que se conten¨ªa en el proyecto de presupuestos para 1996.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.