Nomada de la solidaridad

Ha pedido repetidas veces y con toda crudeza que le quiten la vida, aunque ahora est¨¢ m¨¢s esperanzado. Ha aprendido a hablar pese a la traqueotom¨ªa por la que est¨¢ conectado a un respirador artificial. Hace apenas un mes que ha conocido a Yusef, su ¨²nico hijo, que a¨²n estaba en el vientre de su esposa Benselama, cuando para poder vivir Mahmudse vio obligado a cruzar e Estrecho y buscar trabajo como temporero en la recolecci¨®n de fruta. Empez¨® por Murcia y lleg¨® hasta Arag¨®n. Primero tuvo papeles, pero luego pas¨® a ser uno m¨¢s de los ilegales empleados sin nig¨²n tipo de seguro hasta que un d¨ªa, mientras se ataba los zapatos, la cabeza literalmente se le cay¨® hacia adelante y qued¨® tetrapl¨¦jico para el resto de su vida. Mohamed Rahmun, vive desde entonces en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza, a la espera de que la solidaridad pueda marcar un futuro, muy duro seguro.La Unidad de Cuidados Intensivos de Traumatolog¨ªa se encuentra en la segunda planta del edificio principal del Servet. Al paciente de la sala n¨²mero seis le vienen a ver ¨²ltimamente algo m¨¢s que en los 14 meses anteriores. Sobre todo periodistas y sus habituales visitadores de las ONG que se ocupan de su caso. Tras la cabecera de la cama, media docena de fotos familiares que no puede ver pero sabe que est¨¢n ah¨ª. All¨ª Mohamed Rahmun ha pasado los ¨²ltimos 15 meses de sus 31 a?os.

Mohamed naci¨® al sur de Argelia en una tribu berebere que, como n¨®mada, recorr¨ªa el desierto, hasta que el cierre de las fronteras les oblig¨® a asentarse al sur de Or¨¢n. All¨ª se cas¨¦ con Benselama y empujado por el hambre decidi¨® aventurarse en la pr¨®spera Europa.

Una tarde, en La Almunia de Do?a Godina, a 60 kil¨®metros. de Zaragoza, mientras se ataba los zapatos, el pivote que todos tenemos junto a la segunda v¨¦rtebra cervical se le parti¨® a causa de un malformaci¨®n cong¨¦nita. En d¨¦cimas de segundo su cabeza ya no se sostuivo recta y desde la barbilla hacia abajo sus funciones quedaron paralizadas. Intervenido de urgencia se logr¨® salvarle, pero desde el verano de 1994 est¨¢ en la UCI, bajo los cuidados d¨¦ los doctores Pardo y Ansotegui.

En Espa?a no tiene familia y apenas un pu?ado de compa?eros se ha interesado por ¨¦l, hasta que poco a poco la Asociaci¨®n Argelina Aljafer¨ªa, Conex, Solpai y el Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad se han ido ocupando de su caso. Han abierto una cuenta en Ibercaja para recaudar fondos para comprar un respirador port¨¢til y una silla de ruedas que funcione por voz.

Se tard¨® un a?o hasta que su mujer e hijo pudieron venir a verle, aunque no pudieron quedarse m¨¢s de 15 d¨ªas. Las ONG tratan de que la familia pueda reunirse en Espa?a, ya que las autoridades argelinas (que al principio negaron incluso el origen de Mohamed) les han dicho a los m¨¦dicos que all¨ª no sobrevivir¨ªa.

Mohamed tiene la esperanza de ser trasladado al hospital de tetrapl¨¦jicos de Toledo. Mientras por una cinta oye los vers¨ªculos del Cor¨¢n y por la tele sigue al Bar?a, ha mejorado su castellano y ya no pide que le quiten la vida. Quiere vivirla.