"Si hay consenso para la OTAN, responderemos con seriedad"
El presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, inici¨® ayer la gira de capitales por los 15 pa¨ªses de la Uni¨®n Europea (UE), en su condicion de presidente del, Consejo Europeo, para desbrozar la cumbre de Madrid. Se entrevist¨® en Bruselas, con el primer ministro belga, Jean Luc Dehaene, y con el presidente de la Comisi¨®n, Jacques-Santer. Y, en Par¨ªs; con el presidente de la Rep¨²blica Francesa, Jacques, Chirac, quien le recibi¨® con un mensaje de agradecimiento porque Espa?a se abstuvo la semana pasada en la votaci¨®n de la ONU sobre las pruebas nucleares.Gonz¨¢lez explic¨® que s¨®lo si todos los miembros de la OTAN llegan a un consenso sobre Javier Solana el Gobierno examinara su posible Candidatura a la Secretar¨ªa General y dar¨¢ "una respuesta seria". Desgran¨® los grandes retos de la UE hasta, el a?o 2000 y se apunt¨® al "pacto de estabilidad" tras la moneda ¨²nica que propugna Alemania. As¨ª fue la conversaci¨®n con 109 corresponsales en Bruselas de Frankfurter AlIgemeine, Financial Times, The Guardian, The Economist, Le Monde, La Stampa, International Herald Tribune y ELPA?S.
Pregunta. ?Ser¨¢ Solana candidato a encabezar la OTAN?
Respuesta. Tenemos algunos problemas internos delicados que pueden afectarle. Varios pa¨ªses nos han propuesto su nombre. Dehaene acaba de decirme que los belgas "estar¨ªan encantados", pero no lo hemos discutido. Nosotros no hemos lanzado ni lanzamos ni queremos lanzar su candidatura, hemos apoyado, a Ruud Lubbers. S¨®lo hemos mantenido contactos con quienes han hecho la sugerencia, con nadie m¨¢s. Si hay una posici¨®n de consenso de todos los socios sobre Solana, haremos una reflexi¨®n responsable y. daremos una respuesta seria. Haremos un ejercicio de responsabilidad.
P. ?A qu¨¦ problemas internos se refiere?
R. Ya saben que se discute, qui¨¦n ser¨¢ el candidato socialista a la presidencia del Gobierno en las pr¨®ximas elecciones.
P. ?Est¨¢n o no dispuestos a sacrificar su inter¨¦s personal y de partido porque Espa?a logre un puesto de esa trascendencia?
R. Nosotros no hemos tenido la iniciativa.Guardaremos prudencia, Repito que no, seremos nosotros quienes lancemos la candidatura.
P. ?Y usted? En los trabajos preparatorios de la refoma de Maastricht se ha barajado la idea de ocupar un cargo que personalice la pol¨ªtica exterior de la UE.
R. Tengo cierta pasi¨®n por la construcci¨®n europea, pero nunca abstracta, sino ligada a mi pa¨ªs, porque es fundamental para Espa?a. No tengo aspiraciones para un puesto de responsabilidad europea.
P. Empieza ahora la gira de capitales comunitarias de la presidencia. ?Qu¨¦ pretende con ella?
R. Era un h¨¢bito muy positivo para preparar el Consejo Europeo que fue interrumpido por Papandreu por razones de salud y despu¨¦s por Alemania y por Francia a causa de las elecciones. La reemprendemos tambi¨¦n porque la cumbre de Madrid est¨¢ muy sobrecargada. Deben aprobarse 17 informes.
P. ?Por qu¨¦ le da tanta importancia al calendario de la UE de aqu¨ª hasta el a?o 2000?
R. Es que estoy muy preocupado Por los grandes desaf¨ªos. Las citas caer¨¢n sobre nosotros de manera inexorable en los Pr¨®ximos cinco a?os.Debemos hacer un discurso global sobre la Europa que queremos hasta final de siglo o la ciudadan¨ªa se perder¨¢ entre tantas convocatorias. Hay dos, actitudes posibles.La prudente t¨ªmida de ver qu¨¦ pasa o u?a m¨¢s audaz. La primera es garant¨ªa, de fracaso, porque dar¨ªamos a los ciudadanos la imagen de que no sabemos que hacer con esta Europa adem¨¢s, los problemas saltar¨¢n sobre la mesa indefectiblemente. No es voluntarismo. Es que ya est¨¢n fijadas las fechas para la Conferencia Intergubernamental y el pase a la tercera fase de la uni¨®n monetaria (1999). El Tratado d¨¦ la UEO acaba su vigencia en 1998 y si no decidimos qu¨¦ hacer se liquidar¨¢. Y en ese a?o debemos acordar los pa¨ªses que entrar¨¢n en la moneda ¨²nica y empezar a discutir las perspectivas financieras plurianuales porque se acaban en 1999.
P. ?Discutir¨¢n el calendario en Madrid?
R. Ser¨ªa ideal, perono tendremos tiempo. Empec¨¦ a hacerlo en Formentor y cre¨¦ una sensaci¨®n agobiante. Por desgracia, todav¨ªa el estado de ¨¢nimono est¨¢ siquiera para discutir el calendario. Se impone lo inmediato. Me preocupa que muchos colegas est¨¦n en posici¨®n de espera.
P. Parece que los Quince estan por un m¨ªnimo com¨²n denominador.
R. Para algunos retos, no hay cuesti¨®n de aspiraciones m¨ªnimas ni m¨¢ximas: la uni¨®n monetaria es la que es, S¨ª los hay para otros retos, como la CIG o el presupuesto plurianual [que acaba en 1999]. A m¨ª me gustar¨ªa, y le¨ª digo como espa?ol m¨¢s que como presidente semestral, tocar tambi¨¦n los ingresos, no s¨®lo los. gastos. Muchos centran el deba te en los fondos estructurales, pero tambi¨¦n habr¨¢ que, discutir las aportaciones de cada uno.
P. Tambi¨¦n hay fecha para empezar las negociaciones, de ampliaci¨®n al Sur y al Este.
R. Nos comprometimos a empezar a negociar con Chipre y Malta seis meses despu¨¦s de con cluida la CIG. No ser¨ªa realista pensar que empezaremos'con ellos y no con Polonia, Hungr¨ªa y otros. En 1998 habr¨¢ una enorme presi¨®n para iniciar esa negociaci¨®n. Hemos de inventar un procedimiento diferente. Pienso personalmente que debemos acelerar su integraci¨®n en los foros de decisi¨®n pol¨ªtica pero con largos per¨ªodos de transici¨®n en algunas pol¨ªticas [en lo econ¨®mico]. Es un gran error creer que el impacto de la ampliaci¨®n sobre la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n supondr¨¢ un aumento del 50% del presupuesto comunitario. Eso quiz¨¢ sena verdad si se tratase de una foto. fija, pero no con per¨ªodos de adaptaci¨®n de 12, 13 o 14 a?os. Adem¨¢s, su inter¨¦s en la adhesi¨®n es tal que todos est¨¢n en disposici¨®n de acelerar las reformas internas necesarias para ella. El impacto no vendr¨¢ de golpe, ser¨¢ pequedo al principio y mucho mayor diez a?os despu¨¦s. Pero la ampliaci¨®n no puede cargarse brutalmente sobre las espaldas de los agricultores. Los Parlamentos no la ratif¨ªcar¨ªan:
P. ?No est¨¢ proponiendo una segunda velocidad para ellos?
R. Largos per¨ªodos transitorios no implican establecer perspectivas distintas. Espa?a tambi¨¦n tuvo per¨ªodos de transici¨®n, considerables. El b¨¢sico fue de seis a?os, otros de diez, y en pesca que acabamos de corregir ahora, llegamos hasta veinte. No veo inconveniente, en estos per¨ªodos si se preserva: el acervo comunitario. El punto de llegada debe ser com¨²n para todos.
P. La uni¨®n monetaria es la otra gran prioridad.
R.Si se alcanza, como espero, el 1 de enero de 1999, el proceso de uni¨®n pol¨ªtica ser¨¢ irreversible, eliminar¨¢ los riesgos de diluci¨®n que pudiera representar la ampliaci¨®n. No permitir¨¢ la marcha atr¨¢s. Mi colega el canciller Kohl siempre insiste en que hay que acompa?ar la moneda ¨²nica con un paso adelante en la integraci¨®n. pol¨ªtica. Pero yo le digo que la uni¨®n monetaria ya implica un enorme paso de uni¨®n pol¨ªtica, porque supone compartir la soberan¨ªa. Un banco central decidir¨¢ la pol¨ªtica monetaria. Y eso exigir¨¢ una pol¨ªtica macroecon¨®mica estrechamente coordinada.
P. Pero hay pa¨ªses que mantienen cl¨¢usulas de exclusi¨®n.
R.?Sostendr¨¢ mucho tiempo el Reino Unido su opting out?. Opino que entrar¨¢ en la moneda ¨²nica. Si me oyese John Major, me dir¨ªa que est¨¢ en contra. Pero veremos despu¨¦s lo que pasa con la City. ?Est¨¢ dispuesta a quedarse como ente perif¨¦rico respecto de los grandes centros financieros? Seamos realistas. El Reino Unido, no puede quedarse fuera de esta operaci¨®n.
P.?Qu¨¦ opina del "pacto de estabilidad" propuesto por el ministro alem¨¢n de Finanzas, Theo Waigel?
R. La uni¨®n monetaria debe hacerse respetando los criterios de Maastricht, sin condiciones nuevas. Pero estoy de acuerdo, en que hay que reforzarla con un pacto de estabilidad para cuando haya empezado. La convergencia no puede ser s¨®lo para llegar a la moneda ¨²nica, sino tambi¨¦n para permanecer en ella. Necesitamos reforzar la econom¨ªa, unas finanzas p¨²blicas saneadas y la estabilidad monetaria.
P. ?No se trata de un diktat alem¨¢n?
R. No veo el proceso como un diktat. Alemania tiene buenas razones para propugnar la estabilidad. Su experiencia ha sido muy positiva. Cuando sea mayor me gustar¨ªa ser como los alemanes desde el punto de vista monetario. La uni¨®n monetaria no el perder la soberan¨ªa, sino compartirla. Lo que s¨¦ es que vivo en el ¨¢rea hegemonizada por el marco y, cada vez que hay una tormenta monetaria, me pregunto: ?Qu¨¦ margen de maniobra tengo? ?Puedo fijar yo s¨®lo el tipo de cambio? Intente no devaluar pero, los mercados me obligaron.
P.?Llegar¨¢n los pa¨ªses del Sur a la moneda ¨²nica?
R. En Espa?a haremos todo el esfuerzo y creo que llegaremos a cumplir las condiciones. En cuanto a Italia es dif¨ªcil imaginar que un pa¨ªs fundador, tan integrado, quede fuera Pero todo depende del cumplimiento del Tratado.
P. Usted es un europe¨ªsta convencido. ?Seguir¨¢ Espa?a en esa actitud el a?o pr¨®ximo?
R. ?Si hubiese cambio de Gobierno?, ?Eso es lo que quiere decir?, Buena cuesti¨®n para plantearla a la oposici¨®n, que tiene una oportunidad de ganar. Prefiero no responder, ignoro si estar¨ªan convencidos de la construcci¨®n europea tal como yo la veo, o en una posici¨®n diferente.
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