La UE afronta una crisis sin precedentes para salvar el sistema de sanidad p¨²blica
Expertos de seis pa¨ªses analizan en Londres las salidas a los problemas financieros
Racionar o racionalizar. Recortar las prestaciones o mejorar su uso. Este es el dilema en el que se debaten actualmente todos los pa¨ªses de la UE, sea cual sea su nivel de inversi¨®n p¨²blica en sanidad. El aumento de la demanda asistencial es imparable, seg¨²n pusieron de manifiesto expertos de seis pa¨ªses europeos la pasada. semana en una reuni¨®n organizada en Londres por el Instituto para la Investigaci¨®n de Pol¨ªticas P¨²blicas (IPPR). El riesgo de no encontrar soluciones es la p¨¦rdida de confianza ciudadana en el sistema p¨²blico, buscando asistencia en el privado quienes puedan.
"Se corre el riesgo de abrir el camino hacia la fragmentaci¨®n social y a la injusticia, al conflicto y al debilitamiento de la democracia subray¨® la directora de pol¨ªtica social del IPPR, Anna Coote.Los gastos sanitarios en los pa¨ªses de la UE -la media cita en el 8% del PIB- han subido en los ¨²ltimos a?os incluso por encima de su crecimiento econ¨®mico. Influyen varios factores. El m¨¢s importante es el recambio tecnol¨®gico, que seg¨²n, el estudio New House, editado por la revista de Econom¨ªa de la Salud de EE UU, ser¨¢ el causante de casi el 50% del incremento de los gastos sanitarios en los pr¨®ximos a?os. El envejecimiento de la poblaci¨®n s¨®lo ser¨¢ responsable de un 15% de la subida, a pesar de que los europeos mayores de 65 a?os -los que mas asistencia consumen- pueden llegar a suponer en pocos a?os un tercio de la poblaci¨®n europea.Francia, el pa¨ªs de la UE que m¨¢s invierte en Sanidad -este a?o ya llega al 10,7% de su PIB- ha tenido que desarrollar un paquete de medidas de racionalizaci¨®n urgentes 'para evitar la quiebra. Entre ellas el control de la prestaci¨®n farmac¨¦utica y del crecimiento de los salarios m¨¦dicos. El fantasma del recorte de prestaciones recorri¨® por unos momentos la mente de los legisladores franceses, que finalmente optaron por subir los ¨ªmpuestos.Chantal de Singly, directora del hospital de Laennec, de Par¨ªs, record¨®, sin embarg¨®, que el nivel de inversi¨®n no se traduce directamente en una mejor salud de los ciudadanos, como lo refleja en su pa¨ªs la elevada tasa de muertes prematuras en varones y ligeramente alta en mujeres entre los 45 y los 50. a?os.
Reunificaci¨®n alemana
El fantasma del racionamiento tambi¨¦n recorri¨® Alemania, primer pa¨ªs que elabor¨® una lista de medicamentos no reembolsables por la Seguridad Social. Los costes de la reunificaci¨®n alemana est¨¢n amenazando al sistema sanitario p¨²blico hasta el punto de que en 1993 el Ministerio de Salud alem¨¢n encarg¨® a un grupo de expertos un informe sobre c¨®mo afrontar su financiaci¨®n en los pr¨®ximos a?os.Sus conclusiones propon¨ªan, entre otras posibilidades, valorar la asistencia sanitaria con diferentes tarifas de forma que el usuario pudiera elegir entre pagar m¨¢s por una cobertura completa o bien una cantidad extra determinada por acto m¨¦dico. "?sta es una aplicaci¨®n del principio de subsidiariedad que claramente tiene un efecto da?ino en la solidaridad", recogi¨® en su ponencia Friedrich Wilhelm Schwartz, del departamento de Epidemiolog¨ªa y Medicina Social de la Universidad de Hannover. El aspecto m¨¢s controvertido de la propuesta no era ¨¦ste, sino la sugerencia de que las enfermedades directamente relacionadas con el tabaquismo, el alcoholismo o la pr¨¢ctica de deportes de riesgo no est¨¦n cubiertas por la sanidad p¨²blica o bien requieran un co-pago extra por parte de los afectados. El Gobierno federal desech¨® este a?o aplicar estas propuestas, a cambio de fomentar m¨¢s la competencia del sector privado en la oferta de asistencia sanitaria -financiada por la sanidad p¨²blica- para obtener mejores precios.
Recortes brit¨¢nicos
Aun con una sanidad p¨²blica para todos, el Reino Unido no est¨¢ exento de recortes m¨¢s o menos solapados, "restricciones vergonzantes", como los calific¨® Harriet Harman, responsable de sanidad del Partido Laborista brit¨¢nico. Los recientes casos de rechazos de tratamiento a pacientes fumadores o con otro tipo de riesgos ponen de manifiesto la arbitrariedad de las decisiones que en ¨²ltima. instancia quedan en manos de los propios m¨¦dicos, seg¨²n Harman, que pidi¨® una mayor participaci¨®n de la sociedad en el control de. las prestaciones.La responsable de pol¨ªtica social de? IPPR hizo hincapi¨¦ en el riesgo de fragmentaci¨®n social que conllevar¨ªa la quiebra de los sistemas sanitarios p¨²blicos. A su juicio, si los ciudadanos no conf¨ªan en que su cotizaci¨®n durante la. vida laboral les asegura asistencia en el futuro acudir¨¢n a p¨®lizas privadas, "lo que no s¨®lo crear¨¢ sanidad de segunda fila, con mejores servicios para los m¨¢s pudientes, sino que romper¨¢ los lazos de inter¨¦s com¨²n que nos unen. Esto destruir¨¢ el sentido de inversi¨®n compartida en los servicios que todos poseemos y que todos necesitamos".Independientemente del sistema elegido por los pa¨ªses para la cobertura sanitaria -p¨²blico o mixto con la participaci¨®n del sector privado- todos los expertos reunidos en Londres, consideraron prioritario asegurar el acceso equitativo a la sanidad para. todos los ciudadanos. Henry Scicluna, responsable de salud y pol¨ªtica social del Consejo de Europa, apost¨® por que la equidad prevalezca sobre las pol¨ªticas de contenci¨®n del gasto y por una mayor responsabilidad de los ciudadanos, no s¨®lo en el consumo sanitario, sino tambi¨¦n en adoptar h¨¢bitos de vida saludables que prevengan la enfermed¨¢d.
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