Eslovaquia, mil d¨ªas de ruptura pactada
Las tendencias autoritarias del primer ministro amenazan la fr¨¢gil
ENVIADO ESPECIALLa provinciana tranquilidad prenavide?a de Bratislava es s¨®lo un espejismo. Nadie dir¨ªa que esta bella durmiente de rincones decimon¨®nicos, recostada en el Danubio y a la vez tan cerca y tan lejos de Viena, es el escenario de una feroz batalla pol¨ªtica en la que, en ¨²ltima instancia se juega el destino mismo de Eslovaquia como pa¨ªs democr¨¢tico centroeuropeo. El m¨®vil principal de la pelea, pero no el ¨²nico, es la incompatibilidad radical entre el primer ministro y el jefe del Estado. Aqu¨¦l, Vlad¨ªmir Meciar, considera a ¨¦ste, Michal Kovac, responsable de su ca¨ªda en marzo de 1994 y le profesa un odio profundo. Para dirimir la lucha entre estos dos antiguos aliados valen todas las armas el secuestro incluido.
Eslovaquia todav¨ªa cuenta por d¨ªas su vida como naci¨®n independiente, mil en octubre pasado. Nacida el 1 de enero de 1993 de la ruptura pactada de la antigua Checoslovaquia, su crecimiento econ¨®mico no es despreciable, su tasa de paro es aceptable y su inflaci¨®n va por debajo de la de sus vecinas Hungr¨ªa o Polonia. Pero sus circunstancias pol¨ªticas, que han motivado recientemente una en¨¦rgica advertencia al Gobierno de la Uni¨®n Europea (UE) y EE UU, la colocan decididamente en el lado oscuro e incierto de los pa¨ªses ex comunistas de la regi¨®n.
Viadimir Meciar, 53 a?os, un corredor de fondo favorito de las masas, depuesto dos veces y otras tantas vuelto democr¨¢ticamente al poder, controla f¨¦rreamente la televisi¨®n y la radio, intenta expulsar del Parlamento a los diputados de un grupo opositor, es acusado de privatizar la propiedad estatal a su antojo y, finalmente, hace todo lo posible por librarse del presidente de la Rep¨²blica, Ya hace tres meses que un hijo de ¨¦ste, Michal Kovac junior, de 33 a?os, fue secuestrado y llevado a Austria y nada concreto ha resultado de la investigaci¨®n. Todos en Bratislava dicen que fue obra de los servicios secretos eslovacos, que manda Iv¨¢n Lexa, un ¨ªntimo de Meciar.
Este mes un peri¨®dico de Bratislava insertaba a toda p¨¢gina un anuncio cuyo titular rezaba: "Nac¨ª bajo un r¨¦gimen totalitario y no quiero morir bajo otro". Un distribuidor de cerveza de 35 a?os iniciaba as¨ª su campa?a personal para recoger 350.000 firmas y conseguir mediante refer¨¦ndum la destituci¨®n de Meciar, el hombre que condujo a Eslovaquia a la independencia. Los detractores del primer ministro -ex boxeador, abogado, populista y autoritario- le culpan de demagogia nacionalista y de estar sacando a Eslovaquia de los carriles democr¨¢ticos. Varios miles, de personas se manifestaron contra ¨¦l hace unos d¨ªas en la capital eslovaca, pero los sondeos de opini¨®n le dedican un apoyo sostenido cercano al 30% en el conjunto del pa¨ªs.
Bela Bugar, jefe de uno de los partidos opositores que agrupan en Eslovaqu¨ªa a la minor¨ªa h¨²ngara, la d¨¦cima parte de la poblaci¨®n, asegura que "aqu¨ª los ciudadanos a¨²n no diferencian entre las palabras y los hechos, de manera que basta con saber hablar m¨¢s r¨¢pido de lo que se piensa".Meciar, un ex comunista que, asumi¨® por tercera vez el poder en diciembre de 1994, ha hecho de 1995 el a?o de su venganza pol¨ªtica. Empresarios, profesores, periodistas, hasta m¨¦dicos, han sido v¨ªctimas del hacha implacable de su movimiento por una Eslovaquia democr¨¢tica y reemplazados. por amigos o simpatizantes. No hay instituci¨®n o empresa estatal importante que se haya, librado de la purga que los aficionados a la estad¨ªstica llevan a 4.000 cargos. Privatizar, denuncian las v¨ªctimas, significa ahora entregar acciones en cientos de compa?¨ªas a los nuevos directivos, apparatchiks instalados a trav¨¦s de "ventas secretas" que la mayor parte de las veces se conocen s¨®lo a trav¨¦s de listados publicados por la agencia oficial de prensa.
Las expulsiones alcanzan al los directivos de Slovnaft -el gigante petroqu¨ªmico eslovaco, importadora en monopolio del crudo ruso- de las acer¨ªas de Kosice, compa?¨ªas estatales de seguros, tel¨¦fonos, electricidad, gas, bancos... El miedo hace a algunos evocar la atm¨®sfera de la era comunista. "Antes pon¨ªamos alta la radio para hablar de ciertas cosas, ahora comienza a hacerse de nuevo", asegura Katarina, una ejecutiva bancaria. Comienza a cundir la idea de que las dos obsesiones del primer ministro, consolidar su poder y echar al presidente de la Rep¨²blica, amenazan la fr¨¢gil democracia eslovaca. El ex primer, ministro Jozef Moravcik, a cuyo grupo parlamentario de oposici¨®n Meciar intenta arrojar del Parlamento, califica al jefe del Gobierno de "hombre de pensamiento pol¨ªtico, absolutamente totalitario". El Ejecutivo ha creado este mismo a?o un consejo gubernamental para los medios de comunicaci¨®n y la Agencia de Informaci¨®n Eslovaca. La televisi¨®n, por ejemplo, suspendi¨® el s¨¢bado pasado su programa previsto en la hora de mayor audiencia para dar 40 minutos de declaraciones de un delincuente preso en Alemania contra el secuestrado hijo del presidente Kovac.
"Estas declaraciones han abierto los ojos a muchos, que han comprendido que Kovac junior est¨¢ metido hasta el fondo en negocios sucios",- dice Jan Slota, jefe del Partido Nacionalista Eslovaco, una ormaci¨®n de extrema derecha aliada en coalici¨®n con el partido de VIad¨ªmir Meciar. La versi¨®n propiciada desde el entorno gubernamental es que Michal Kovac fue v¨ªctima en Bratislava, el 31 de agosto pasado, de un ajuste de cuentas entre delincuentes. El hijo menor del presidente fue interceptado en su coche, emborrachado, metido en el maletero y llevado a Hairiburg, en la vecina Austria, donde fue abandonado inconsciente junto a una cornisa r¨ªa. Una llamada telef¨®nica alert¨® a la polic¨ªa austriaca de que Kovac, que sigue en Austria en libertad bajo fianza era buscado en Alemania por un presunto fraude comercial de m¨¢s de 200 millones de pesetas. C¨®nocidos del secuestrado explican que no es suficientemente listo como para andar en esos andurriales."Se trata claramente de un secuestro, pol¨ªtico para quebrar al jefe del Estado", asegura Bela Bugar. Karol Jezik, director del peri¨®dico de derecha Sme, uno de cuyos redactores a cargo del secuestro ha sido asaltado recientemente,, dice no comprender que "en un pa¨ªs supuestamente democr¨¢tico el Gobierno no se d¨¦ por enterado de que en un mitin convocado por su partido la multitud grite '?colgarlo, colgarlo!', refiri¨¦ndose al presidente de la Rep¨²blica". El primer ministro, que viajar¨¢ a Madrid a mediados de diciembre para asistir a la cumbre comunitaria que pone fin a la presidencia espa?ola, ha asegurado que "si el hijo del presidente ha sido secuestrado, sus autores ser¨¢n castigados".
Una reciente resoluci¨®n del Parlamento Europeo pide, al primer ministro eslovaco que democratice sus procedimientos de gobierno. Y menciona expl¨ªcitamente su intento de expulsar del Parlamento a 15 diputados de un grupo opositor, la falta de transparencia en la investigaci¨®n del secuestro de Kovac; junior, la nula representaci¨®n de los partidos opositores en las comisiones parlamentarias y las carencias en la libertad de expresi¨®n, Y amenaza con reconsiderar sus programas de cooperaci¨®n. Eslovaquia tiene un acuerdo de asociaci¨®n con la Uni¨®n Europea.
La que, fue hasta enero de 1993 mitad oriental de Checoslovaquia est¨¢ gobernada por una coalici¨®n tripartita entre el populista Movimiento por una Eslovaquia Democr¨¢tica (HZDS), el Partido Nacionalista Eslovaco (SNS) -extrema derecha, que se opone a la aproximaci¨®n con Hungr¨ªa- y Ia Asociaci¨®n de los Trabajadores Eslovacos, comunistas ortodoxos en contra de la l¨ªnea prooccidental oficial y a favor de la neutralidad eslovaca. La alianza tiene 82 de los 150 esca?os parlamentarios y su oposici¨®n es fragmentaria y d¨¦bil.
Meciar, que hace de la OTAN y la Uni¨®n Europea sus prioridades internacionales, mantiene todav¨ªa lazos especiales con Mosc¨², y su pa¨ªs es el ¨²nico de la regi¨®n donde los ciudadanos rusos no necesitan visado.
El peso de los nacionalistas se dej¨® sentir la semana pasada con la aprobaci¨®n parlamentaria de una ley sobre la lengua, que obliga a los empleados p¨²blicos a que desempe?en sus funciones exclusiva mente en eslovaco y apunta a la l¨ªnea de flotaci¨®n del m¨¢s. de medio mill¨®n de h¨²ngaros que viven en Eslovaquia y reclaman autonom¨ªa ling¨¹¨ªstica y educativa.
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