Clinton encuentra la gloria lejos de Washington
Hait¨ª, Oriente Pr¨®ximo, Bosnia e Irlanda del Norte son los principales ¨¦xitos del presidente de EE UU
Ten¨ªa razones Bill Clinton para decir el jueves pasado en Belfast que ¨¦se hab¨ªa sido "uno de los d¨ªas m¨¢s memorables" de su vida. Decenas de miles de personas lo hab¨ªan aclamado en la capital de Irlanda del Norte de una forma comparable al recibimiento que tuvo Kennedy en Berl¨ªn. Su principal contrincante pol¨ªtico, el senador republicano Bob Dole, hab¨ªa anunciado en Washington su respaldo al plan del Gobierno de enviar 20.000 soldados a Bosnia. Por primera vez en m¨¢s de un a?o, Clinton impon¨ªa su opini¨®n a la del Congreso norteamericano y, al mismo tiempo, recib¨ªa en la calle el trato reservado a los presidentes que hacen historia.Ambos hechos marcan el mejor momento de Bill Clinton desde que accedi¨® a la Casa Blanca, en enero de 1993. Ambos son, por cierto, acontecimientos relacionados con la pol¨ªtica exterior, una materia en la que a Clinton se le supon¨ªa inexperto y desinteresado, pero que, a la larga, se ha convertido en el mayor ¨¦xito de su Administraci¨®n. Con tard¨ªa pero fren¨¦tica dedicaci¨®n, Bill Clinton est¨¢ en camino de convertir una presidencia nacida bajo la sombra del aislacionismo en una de las m¨¢s decisivas en la soluci¨®n de los problemas mundiales.
A 11 meses de las pr¨®ximas elecciones, son sus logros en ese campo, y no las prometidas transformaciones econ¨®micas y sociales dentro de Estados Unidos, el principal argumento con el que Clinton ha ganado, por fin, estatura presidencial y el que le ha ayudado a establecer una considerable ventaja en las encuestas sobre Bob Dole. "La pol¨ªtica exterior", opina R.W. Apple, corresponsal en Washington del diario The New York Times, "no suele resultar determinante en las elecciones presidenciales, pero s¨ª es un elemento importante en el proceso por el que el electorado toma la medida de un presidente".
Hait¨ª, Oriente Pr¨®ximo, Bosnia e Irlanda del Norte han sido, por orden cronol¨®gico, los principales ¨¦xitos de la Administraci¨®n de Bill Clinton en el ¨²ltimo a?o. Se puede argumentar que se trata de ¨¦xitos aislados -a veces encauzados por anteriores administraciones- que no responden todav¨ªa a una estrategia global. Pero eso no reduce el m¨¦rito de haber triunfado en problemas donde otros hab¨ªan fracasado antes y en los que parec¨ªa imposible una soluci¨®n. A esos ¨¦xitos hay que unir algunos m¨¢s en el terreno de la econom¨ªa internacional, como la ratificaci¨®n del Tratado de Libre Comercio (TLC) y del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), el plan de salvamento a M¨¦xico y la honorable resoluci¨®n de sendas crisis comerciales con Jap¨®n y China. Las tensiones con este ¨²ltimo pa¨ªs y la incertidumbre permanente en las relaciones con Rusia -en gran parte por culpa de esas mismas naciones- son dos de los puntos oscuros de la actividad externa del Gobierno norteamericano, que los ha compensado con una decidida actuaci¨®n para establecer plenos lazos diplom¨¢ticos con Vietnam. El balance, seg¨²n opini¨®n bastante generalizada, es positivo. El semanario The Economist reconoc¨ªa esta semana que, despu¨¦s de haber pedido la destituci¨®n del secretario de Estado, Warren Christopher, por incompetente, los ¨²ltimos resultados obligaban a "quitarse el sombrero ante ¨¦l". La contumacia de Christopher en los procesos de negociaci¨®n ha sido fundamental en Oriente Pr¨®ximo, y m¨¢s a¨²n en Bosnia. Tambi¨¦n ha sido fundamental, sin duda, la necesidad de la Administraci¨®n de pisar el acelerador en la arena internacional, a la vista de que el balance que Clinton puede presentar al electorado en el campo dom¨¦stico es pobre. Funcionarios de la Casa Blanca aseguran que el ¨²ltimo y m¨¢s influyente de los asesores de Clinton, Dick Morris, no est¨¢ particularmente implicado en asuntos internacionales, pero otras fuentes independientes creen que Morris influy¨® personalmente para que los responsables de la pol¨ªtica exterior se apresuraran a obtener resultados en Bosnia. En una reciente entrevista, el propio Clinton explic¨® que una de las razones de sus ¨¦xitos en el mundo es que el trabajo en la Casa Blanca sobre esa materia es ahora "m¨¢s disciplinado". Las reuniones que antes celebraba con sus consejeros de seguridad s¨®lo una vez por semana han sido sustituidas por sesiones diarias de 45 minutos. La otra raz¨®n del ¨¦xito, seg¨²n Clinton, es que ahora explica mejor su trabajo. "En un momento", declar¨® en octubre al semanario Time, "en el que el marco internacional es confuso y en el que la gente est¨¢ bombardeada de informaci¨®n, creo que un presidente tiene que hacer un esfuerzo continuado, no s¨®lo para construir un nuevo mundo, sino para explicarle ese mundo al pueblo norteamericano". En ninguno de los procesos de paz conducidos por Estados Unidos se puede, sin embargo, cantar definitivamente victoria y ninguno de ellos est¨¢ exento del riesgo de que acaben volvi¨¦ndose en contra del presidente. Hait¨ª es el ejemplo m¨¢s claro. Poco m¨¢s de un a?o despu¨¦s de una impecable intervenci¨®n militar que restaur¨® un Gobierno democr¨¢tico sin el menor derramamiento de sangre, la tensi¨®n pol¨ªtica ha vuelto a Puerto Pr¨ªncipe, y con ella, las sospechas sobre las intenciones de Jean Bertrand Aristide. Si las elecciones pr¨®ximas -en marzo- no se celebran en paz y democracia -lo que no es f¨¢cil-, el castillo de naipes de la pol¨ªtica exterior norteamericana puede empezar a descomponerse en ese pa¨ªs del Caribe.
Bosnia, obviamente, podr¨ªa seguirle. La presencia de tropas norteamericanas en un territorio en el que la paz no es un hecho definitivamente asumido por todos los bandos puede dar lugar a escenas como las ocurridas en Somalia. La paz en Oriente Pr¨®ximo est¨¢ todav¨ªa pendiente de un acuerdo con Siria y de la culminaci¨®n de la retirada israel¨ª de Cisjordania. Y en Irlanda del Norte, las negociaciones de paz ni siquiera han empezado todav¨ªa formalmente. No es por las iniciativas desarrolladas estos meses por la Casa Blanca por las que el electorado va a juzgar a Clinton en noviembre de 1996; es por el resultado final de esas iniciativas. Y ¨¦ste es todav¨ªa una inc¨®gnita.
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