70 cajeros autom¨¢ticos expender¨¢n entradas para el cine a partir de enero
Dentro de dos meses, los aficionados madrile?os al cine comprar¨¢n entradas para determinadas pel¨ªculas en un cajero autom¨¢tico. Es algo que ya se hace en Barcelona, donde La Caixa, empresa propietaria de estos cajeros multiusos, posee ya 400 m¨¢quinas expendedoras. Igual vomitan entradas para el teatro que para el cine o para conciertos. En Madrid existen ahora 28 terminales, pero s¨®lo un teatro, el Nuevo Apolo, se encuentra conectado al sistema. Convencidos del futuro del m¨¦todo, los responsables de La Caixa piensan ampliar la red madrile?a a partir de enero.
El sistema del cajero revoluciona las colas, las esperas y el cartel en taquilla de No hay localidades. Un ejemplo: veraneaba Pilar Fern¨¢ndez, de 48 a?os, en una localidad de la Costa Brava el pasado agosto. Ten¨ªa inter¨¦s en asistir a un concierto del festival de Peralada, ciudad situada a unas decenas de kil¨®metros. Enterada del sistema de los cajeros Servicaixa, acudi¨® a uno, compr¨® dos entradas a distancia, acudi¨® al concierto y volvi¨® encantada a Madrid d¨ªas despu¨¦s. "Aqu¨ª s¨®lo puedo ir al cine, pero no al teatro, al ballet o a conciertos, por la imposibilidad de conseguir entradas", cuenta ahora.Los 28 cajeros Servicaixa que actualmente existen en Madrid se convertir¨¢n en 70 a finales de mes. No s¨®lo eso: los encargados de La Caixa, seg¨²n cuentan ellos, han hablado con empresarios de teatro y con due?os de salas de cine. "A partir de enero habr¨¢ en Madrid al menos una decena de salas de teatro conectadas a nuestra red y una sala de minicines; no podemos decir cu¨¢les, porque una regla de todo banco es la discreci¨®n", apunta Javier Limones, encargado de los cajeros madrile?os Servicaixa.
El m¨¦todo se implant¨® en Catalu?a hace tres a?os. Los cajeros, seg¨²n datos de los responsables, han vendido ya dos millones de entradas. Desde pel¨ªculas a conciertos de rock; desde espect¨¢culos deportivos de f¨²tbol americano a recitales de ¨®pera. "El que consigue proporcionar al usuario comodidad y servicio se lleva el gato al agua", comenta Limones. Y la verdad es que el usuario lo tiene f¨¢cil.
Al mismo precio
Para acceder al sistema es suficiente encontrar un Servicaixa e introducir una tarjeta. Valen, entre otras, la Visa, la Master Card o la Red 6.000. A base de pulsar con el dedo en la pantalla, el comprador recorre los espect¨¢culos posibles, ve el aforo disponible y elige las entradas a su gusto. No hay que ir a ning¨²n sitio a recogerlas. La boca habilitada del ingenio las vomita al momento. El precio, el mismo que en taquilla.
Estos cajeros" funcionan 24 horas al d¨ªa y poseen adem¨¢s otras habilidades. Sirven para pagar facturas, adquirir certificados acad¨¦micos, enterarse de los planes de estudio de cierta carrera de la, Universidad Aut¨®noma de Barcelona, suscribirse a peri¨®dicos o comprar pisos, entre otras cosas.
Uno de los sue?os de los responsables de la red es el de hacerse con la distribuci¨®n de localidades en los partidos de f¨²tbol. Hasta ahora, han hablado con la Liga de F¨²tbol Profesional, a la que le ha interesado el proyecto, pero todav¨ªa no hay nada claro. Una de las razones es que enchufarse al sistema de los cajeros no es tan f¨¢cil: hay que acondicionar toda la red inform¨¢tica del teatro o del cine que desee incorporarse.
"Dentro del mundillo del espect¨¢culo hay empresarios muy tradicionales, que no quieren ser los primeros en algo pero que tampoco quieren perder contacto, porque tampoco quieren quedarse los ¨²ltimos a?ade otro responsable de La Caixa.
Uno de los te¨®ricos problemas que puede acarrear este nuevo m¨¦todo de procurar localidades a distancia es el de la reventa. "Ya hemos pensado en eso tambi¨¦n", ataja Limones. "Hay un n¨²mero limitado de entradas que puede adquirir un usuario. La cifra, eso s¨ª, nos la da el teatro", a?ade. ?Qu¨¦ saca el banco de todo eso? "Nos llevamos un porcentaje por cada entrada que vendemos, pero el teatro est¨¢ encantado: tiene un n¨²mero de puntos de compra adicionales y se evita los engorros de taquilla", responde Limones.
?Y qu¨¦ piensan de este nuevo m¨¦todo los taquilleros? "No les quitamos trabajo", precisa el responsable de la Caixa; que prosigue: "Ellos siguen siendo necesarios porque las entradas que se venden en los cajeros se reflejan instant¨¢neamente en el ordenador del teatro. Hace falta alguien que, en la taquilla, vaya controlando cu¨¢ntas entradas quedan". Lo del cajero tiene algo de diab¨®lico: si tres personas, una en un cajero de Barcelona, otra en otro de Madrid y una tercera en una taquilla, quieren hacerse con la ¨²nica entrada que queda para una obra de teatro madrile?a, ¨¦sta cae del lado del que antes apriete el bot¨®n de compra. De nada sirve que el de la taquilla haya esperado horas detr¨¢s de otros aficionados.
La ¨²ltima destreza de los Servicaixa: uno puede hacer donaciones a trav¨¦s de la m¨¢quina. Limones, oportuno, aclara: "Te sale incluso el justificante de la donaci¨®n para que luego desgraves".
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