Dilemas y riesgos

Y, en un plano m¨¢s general, ?qu¨¦ deber¨ªan hacer los investigadores con la prueba del apo E4? ?Se la deber¨ªan ofrecer a los parientes de enfermos con Alzheimer o a la poblaci¨®n en general?El dilema que rodea al apo E4 destaca en una ¨¦poca en la que las pruebas gen¨¦ticas surgen r¨¢pida y masivamente. Relkin, el neur¨®logo de Nueva York, comenta: "Ahora nos damos cuenta de que lo que superficialmente parece un an¨¢lisis de sangre muy sencillo tiene en realidad diversas implicaciones de gran alcance".

Folstein a?ade: "Estamos hablando de un asunto que tiene un impacto enorme en la poblaci¨®n. Seg¨²n un c¨¢lculo, moderado, un 20% -y seg¨²n un c¨¢lculo m¨¢s amplio un 40%- de las personas que viven hasta los 85 a?os padece Alzheimer".

Los cardi¨®logos sospechaban desde hac¨ªa cinco a?os que el apo E4 podr¨ªa estar relacionado con las dolencias de coraz¨®n. La ¨²nica funci¨®n conocida de la sustancia es eliminar el colesterol de la sangre. Pero, seg¨²n Rader, hasta los dos ¨²ltimos a?os los estudios no han confirmado esta relaci¨®n.Al mismo tiempo, a medida que los cardi¨®logos fueron descubriendo la relaci¨®n entre el apo E4 y las enfermedades del coraz¨®n, los investigadores de la enfemerdad de Alzheimer fueron descubriendo el v¨ªnculo con esta enfermedad. Parec¨ªa una relaci¨®n improbable, porque la enfermedad de Alzheimer implica la muerte progresiva e implacable de las c¨¦lulas cerebrales y no se le ha encontrado por ahora una asociaci¨®n evidente con los l¨ªpidos de la sangre.

Lindsay Farrer, investigador de la enfermedad de Alzheimer del centro m¨¦dico- de la Universidad de Boston, sostiene que los cient¨ªficos no se han puesto todav¨ªa de acuerdo sobre una explicaci¨®n de por qu¨¦ el gen puede influir en el riesgo de que la gente desarrolle Alzheimer. Pero coinciden en confirmar que el riesgo existe.

Hace dos a?os, Allen D. Roses, investigador de esta terrible dolencia en la Facultad de Medicina de Duke University, plante¨® por primera vez la relaci¨®n entre el apo E4 y la enfermedad de Alzheimer. Ahora, m¨¢s de noventa estudios han confirmado su sorprendente observaci¨®n.