Sobre los derechos humanos de 500 millones
JOS? MANUEL CABADA ?LVAREZAyer se celebr¨® el D¨ªa Internacional de las Personas con Discapacidad, convocado por las Naciones Unidas. La Comisi¨®n de la ONU para los Derechos Humanos, en su resoluci¨®n de 5 de marzo de 1993, "apela a los Estados miembros para que subrayen la observancia del D¨ªa Internacional de las Personas con Discapacidad con vistas a lograr el pleno e igual disfrute de los derechos humanos y la participaci¨®n en la sociedad por parte de las personas con discapacidades".Ya en el inicio de la d¨¦cada de los ochenta en Estados Unidos naci¨®, y se extendi¨® con rapidez, una corriente que propugna que estas declaraciones y d¨ªas de conmemoraci¨®n no s¨®lo son innecesarios, sino que incluso perjudiciales. Ci?¨¦ndonos a esta fecha se asegura que genera proteccionismo y que cercena las posibilidades de una mayor autonom¨ªa para las personas con discapacidad. Sin embargo, tambi¨¦n se puede constatar que la discriminaci¨®n y la violaci¨®n de los derechos de las personas con discapacidad si no se revisan y denuncian con cierta periodicidad, por su frecuencia pueden llegar a convertirse en h¨¢bitos sociales.
No se trata hoy de acrecentar el paternalismo, incentivar la compasi¨®n, despertar la l¨¢stima o encender la caridad; esto, ni siquiera en un solo d¨ªa del a?o. Tampoco que hoy reflexionemos sobre los derechos de m¨¢s de 500 millones de personas con discapacidad en el mundo, cifra que cada uno de nosotros podemos elevar en cualquier momento incluso en el d¨ªa de hoy. S¨ª tendr¨ªamos que cuestionamos sobre si respetamos sus derechos como personas, si las consideramos humanas o algo menos que humanas, sobre si no nos comportamos de una manera humana o si en realidad son comportamientos deshumanizantes, disfrazados, tapados o falsamente justificados bajo excusas.
Se tratar¨ªa de reflexionar y cuestionar nuestro comportamiento, para poder pasar a la acci¨®n durante los 365 d¨ªas del a?o con el reconocimiento y respeto a los derechos de las personas con discapacidad en los ¨¢mbitos de nuestra vida: en la protecci¨®n familiar en la salud, en la educaci¨®n, en el empleo, en la cultura, en el ocio... Tradicionalmente, todos o casi todos, hemos pensado que la discapacidad es un problema de la persona, y es la persona que la, tiene y debe de cambiar porque para eso hay unos profesionales, para esto hay unos servicios, sociales, y para ello nosotros pagamos unos impuestos.
Sin embargo, la discapacidad, es social, y no tanto porque la sociedad la produzca (accidentes de tr¨¢fico, laborales, deportivos, errores m¨¦dicos...) sino porque se encuentra enraizada en la actitud discapacitante. de la sociedad. ?Por qu¨¦ nos centramos siempre. en su discapacidad y no en su persona? ?Por qu¨¦ destacamos sus discapacidades e ignoramos sus capacidades? Dec¨ªa Hamlet: "... Al hombre al que el destino o el azar ha dotado de alg¨²n handicap, ?por que nos empe?amos en ahondar en ¨¦l ...?".
El no o¨ªr los estampidos de los fusiles en la noche del Dos de Mayo no fue inconveniente para que Goya nos transmitiera el horror de los que iban a ser fusilados; la cojera de Quevedo no fue ¨®bice sino que, incluso, causa de la iron¨ªa, mordacidad y acidez de su literatura; el no ver los palacios de Aranjuez ni las primaveras de las rosas ni los oto?os de, las hojas, no impidi¨® que el maestro Rodrigo, nos trasladase all¨ª, con el Concierto de Aranjuez, la incipiente y continuada p¨¦rdida de audici¨®n de Beethoven no fue suficiente para que no nos llegar¨¢n sus sinfon¨ªas; la aparatosidad de la discapacidad de Stephen Hawkins no impide que sea uno de los mayores f¨ªsicos te¨®ricos. de todos los tiempos. ?Una mano bast¨® para escribir el Quijote?, o ?m¨¢s bien la ausencia de una mano no puede destruir las experiencias previas, la capacidad intelectual, la creatividad?
No todas las personas con discapacidad son genios, tampoco todos los dem¨¢s. Pero todas las personas con discapacidad tienen capacidades. Capacidades que los dem¨¢s ignoramos por negarle el acceso a los medios ordinarios y comunes en los que todos mostramos nuestras capacidades, nos relacionamos y aprendemos unos de otros.
Los dem¨¢s nos movemos cotidianamente en los ¨¢mbitos de la familia, la salud, la educaci¨®n, la vecindad, el empleo, la cultura, el deporte, el ocio, etc¨¦tera; incluso podernos representar distintos papeles, si no en todos, s¨ª en varios de estos ¨¢mbitos.
A las personas con discapacidades las asignamos un ¨²nico parpel: el de la discapacidad, y a ese papel pocas atribuciones le fijamos: una vida previsible, predeterminada a su familia, a la educaci¨®n y a los aspectos rehabilita dores. En la pel¨ªcula Mi pie izquierdo se relata la vida del pintor y escritor Christy Brown que adem¨¢s de estas dos profesiones y personalidades ten¨ªa una par¨¢lisis cerebral. El actor Daniel Day Lewis para interpretar a Christy Brown tuvo que aprender posturas funcionales; control de con vulsiones, adaptar el lenguaje, adecuar los gestos finos, individualizar la expresi¨®n... ?Es que no hab¨ªa un solo actor con par¨¢lisis cerebral en las asociaciones de Arts Special, o en grupos art¨ªsticos para representar ese papel, su modo real de vida?
Cuando el p¨²blico sale de ver Rainman comenta "qu¨¦ bien interpreta Dustin Hoffman al autista, parece un autista"; oiga, ?sabe usted c¨®mo es un autista, qu¨¦ necesita, en qu¨¦ podr¨ªa usted ayudarle? No s¨®lo no pueden, representar su papel, sino que a veces, incluso se les quita. Una persona en silla de ruedas encuentra dificultades y barreras para ser arquitecto. ?A un arquitecto que tuvo un accidente y est¨¢ en silla de ruedas, le quitamos el t¨ªtulo de arquitecto y le damos el de parapl¨¦jico?
La legislaci¨®n, sobre los derechos de las personas con discapacidad es suficiente incluso abundante tanto a escala internacional comonacional, y con diferencias entre las autonom¨ªas. Su grado de desarrollo y cumplimiento no es suficiente, y a veces, desde criterios de discrecionalidad, cuando es un derecho, y por tanto, objetivo. Con todo, ese derecho a la plena equiparaci¨®n de oportunidades s¨®lo es efectivo cuando cada ciudadano lo respete y permita su ejercicio en sus ¨¢mbitos de vida y desde su responsabilidad como persona y, desde su derecho y deber de ciudadano. Podr¨ªa considerarse que el ¨ªndice democr¨¢tico de un pa¨ªs se mide por la calidad de vida de las personas con discapacidad.
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