Cien buzos empu?an la escoba
123 submarinistas sacan m¨¢s de tonelada y media de basura de un kil¨®metro de fondo marino en Murcia
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Exactamente 123 submarinistas de toda Espa?a se enfundaron durante el fin de semana su traje de neopreno y se lanzaron a las aguas revueltas de la bah¨ªa de Mazarr¨®n (Murcia, 15.650 habitantes censados). Esta vez no escrutaron el panorama, en busca de peces de colores, erizos azules o peque?os corales. Se dedicaron a ejercer de barrenderos del fondo, armados de una bolsa de basura. No se les dio nada mal: retiraron del lecho marino -entre otras muchas cosas- nada menos que 1.500 kilos de metal, dos motos, dos remolques o 405 botellas de pl¨¢stico.?C¨²anta basura pueden albergar las aguas de un kil¨®metro de litoral en un pueblo como Mazarr¨®n, que acoge a 200.000 visitantes en verano? Esa pregunta se la hicieron Paz, Mar¨ªa Jos¨¦, Luis y Emilio, cuatro amantes del medio marino (bi¨®logos los tres primeros) que est¨¢n detr¨¢s de Zoea, una organizaci¨®n para la difusi¨®n e investigaci¨®n del fondo marino que cuenta con un centro de buceo en el pueblo.
Decidieron averiguarlo y llamar a rebato, a trav¨¦s de un bolet¨ªn, a los submarinistas: estancia e inmersi¨®n gratis, a cambio de sumergirse un par de veces durante el fin de semana
retirar toda la basura, que encontraran con una bolsa, en cas¨® de menudencias o con bidones rellenos de aire en el caso de pesos pesados.
"Municipio ecol¨®gico"
M¨¢s de dos meses antes del experimento -el primero de estas proporciones que se efect¨²a en Espa?a, seg¨²n los organizadores- se hab¨ªan agotado las plazas (unas 250). Hubo m¨¢s manos en la iniciativa: el Ayuntamiento de Mazarr¨®n, que ha patentado la denominaci¨®n de "municipio ecol¨®gico", el centro de buceo vecino de La Azoh¨ªa, la Federaci¨®n de submarinismo de Murcia y Casco Antiguo y Pista Central, dos tiendas de buceo de Madrid.
El pasado fin de semana llegaron a Mazarr¨®n la mitad de los buzos previstos, e incluso pagaron 500 pesetas de inscripci¨®n. "Pueden ser las previsiones del tiempo", dec¨ªan los organizadores para justificar las deserciones. Pero el centenar alcanz¨® para: limpiar con 150 horas de inmersi¨®n y 15 salidas en tres barcos, 13 de los 15 puntos sucios previstos.
Recursos humanos suficientes para evacuar una tonelada y media muy larga de basura, a saber: 20 kilos de telas, 75 de pl¨¢sticos, 30 de redes, 30 de residuos inclasificables, 312 latas de refrescos, 405 botellas de pl¨¢stico, 104 de cristal, 70 metros de cables de acero, 150 de sedal, nueve ruedas... y 1.500 kilos de metal, que sirvieron de materia prima para elaborar una escultura que se fue levantando durante el s¨¢bado y el domingo: por Luis Rodr¨ªguez. Entre ellos, tres anclas o una vagoneta surgida de alguna mina.
El joven escultor, de 26 a?os, esperaba, que el mar devolviese residuos m¨¢s sugerentes y el domingo de ma?ana se dispon¨ªa, con cariz pesimista, a elevar un monumento f¨²nebre al mar junto al puerto. No pod¨ªa soldar por el deterioro de los materiales. Con trozos triangulares de un bid¨®n y la reja de un arte de pesca fabricaba raspas de pescado. "Estamos trabajando con cuerdas porque no tenemos brocas adecuadas", se quejaba.
Pedro Granado, de 29 a?os, un electricista del pueblo y su amigo Diego, de 28, metal¨²rgico, acercaban a la escultura uno de los dos remolques que se hab¨ªan extra¨ªdo. "Dicen que ha venido mucha gente. Si ellos son de fuera y les mueve esto, siendo del pueblo, con m¨¢s raz¨®n", dec¨ªa el primero. Desde Madrid llegaron Eva y Nicol¨¢s, dos estudiantes de Biolog¨ªa novatos en el buceo, euf¨®ricos por la experiencia. El primer d¨ªa sacaron a flote una pasa y una boya llena de agua. "He encontrado cuatro o cinco pilas en la Azoh¨ªa", dec¨ªa ¨¦l, escandalizado. Una chica rubia, en el centro de buceo, le informaba sobre la cantidad d¨¦ litros de agua que contamina una sola pila."
?C¨®mo ha podido llegar. al agua esto?, se preguntaban los mirones al ver los restos de una moto, media bicicleta, una silla aplastada, un colch¨®n de gomaespuma, un aparato el¨¦ctricopara matar moscas....
Ante la basura, hab¨ªa reacciones para todos los gustos: "A, ver si conservamos lo poco que nos queda... ", musitaban cuatro j¨®venes frente ala escultura que ya se perfilaba y que se quedar¨ªa en el pueblo. Otro grupo de matrimonios maduros comeintaba. "Esto est¨¢ muy bien para que la gente joven haga deporte, pero seguro que el a?o que viene sacan todav¨ªa m¨¢s porquer¨ªa"
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