La ciudad bosnia de Tuzla espera a los soldados de EE UU con una mezcla de desgana y curiosidad
No habr¨¢ tropas norteamericanas en Tuzla hasta que se firme en Par¨ªs, el pr¨®ximo d¨ªa 14, la paz definitiva en Bosnia, seg¨²n afirm¨® ayer por la tarde el general de brigada estadounidense Stanley Cherrit. El general es parte de un equipo de 10 oficiales que llegaron ayer a Tuzla, en el norte de Bosnia, a bordo de tres blindados blancos de la ONU, para decidir la localizaci¨®n del cuartel de las tropas estadounidenses de la OTAN en Bosnia. La ciudad de Tuzla, fea y contaminada, no ha colocado banderas ni letreros de Bienvenido, m¨ªster Marshall. Espera esc¨¦ptica y curiosa
En una improvisada sala de prensa, con los mapas cubiertos rudimentariamente con papel blanco, el general Cherrit asegur¨® que la primera misi¨®n de su fuerza ser¨¢ garantizar su "propia seguridad y la de la fuerza multinacional bajo el mando de la OTAN". El mando norteamericano se ha sorprendido, por el estado de las carreteras, "mucho peor de lo que nos imagin¨¢bamos.El general Cherrit regresar¨¢ hoy a Alemania para informar al general Nash, jefe m¨¢ximo de la Task Force Eagle, de sus pesquisas sobre el terreno. El militar norteamericano no quiso decantarse por ninguna ubicaci¨®n, pero dio a entender que la base a¨¦rea de Tuzla, ahora bajo el control de la ONU, ser¨¢ una de las instalaciones clave, si no el cuartel general de las fuerzas norteamericanas. En los pr¨®ximos d¨ªas seguir¨¢n llegando a Tuzla equipos norteamericanos de reconocimiento, log¨ªstica y comunicaciones.
Impacto sobre la ciudad
El Gobierno regional de Tuzla ha hecho p¨²blico a trav¨¦s de la radio su preocupaci¨®n por el impacto que, tendr¨¢ sobre la ciudad y sus habitantes la futura presencia de 20.000 hombres y mujeres del Ej¨¦rcito de los EE UU. Este gobierno local desea establecer un contacto directo con el mando de las fuerzas para establecer unas reglas de convivencia. Entre los dos elementos m¨¢s negativos mencionados est¨¢n la droga y la prostituci¨®n. El general Cherrit afirm¨® ayer que las relaciones de sus hombres con la poblaci¨®n civil de Tuzla ser¨¢n siempre "de buena vecindad".
Tras casi cuatro a?os de guerra, la esperanza y el optimismo se cotizan aqu¨ª muy caros. Nadie cree en los milagros. En la plaza del caf¨¦ Kapija, donde una granada serbia mat¨® a 71 personas en mayo, se levanta, un altarcito de flores y velas humeantes sobre el hueco que labr¨® el impacto asesino. Una ringlera de retratos de los muertes, casi todos menores de 25 a?os, sirve de recordatorio.
A Esma, aviejada por el dolor, le llega tarde la paz. Perdi¨® un hijo en aquella matanza. El otro hjjo a¨²n se recompone lentamente en un hospital suizo.
Elma pasa cada d¨ªa ante el altarcito y reza una oraci¨®n a Al¨¢. "Nunca podr¨¦ olvidar, no importa qu¨¦e paz llegue". A su vera, Safet de 65 a?os declarados, dice estar convencido que la verdadera paz no es la de Dayton, sino "la que traen los norteameticanos".
Cerca del Ayuntamiento, Mustaf¨¢, vendedor de revistas como Eros y Rocky, que en sus portadas retan al fr¨ªo voluptuosas mujeres desnudas, murmura, mascando el vaho: "Estamos muy contentos de la llegada de los norteamericanos.
Son los primeros del mundo... Bueno, no s¨®lo ellos, tambi¨¦n los espa?oles, franceses y brit¨¢nicos; todo Occidente... En Occidente hay democracia y paz"
Para Mustaf¨¢ toda la paz, de Bosnia depende de los rusos. De Vladimir Zhirinovski y de la salud de Yeltsin. "Los rusos son muy peligrosos. Clinton lo sabe. Por eso viene la OTAN".
Fetha y Velid, dos jubilados desdentados, venden tabaco malo para ganarse el sustento, un a?adido a una pensi¨®n casi inexistente. "Lo ¨²nico que esperamos de los norteamericanos es que nos devuelvan a nuestras casas", musita Fetha. Es originario de Koraj, en el norte de Bosnia. Un poblado que los acuerdos de Dayton han colocado bajo el Gobierno de Bosnia-Herzegovina.
Selma y Anes dicen ser s¨®lo amigos, pero caminan de la mano. Son supervivientes de la matanza de Kapija. "No es posible la paz", afirma Anes. "Hasta que el pa¨ªs entero est¨¦ libre, eso no es posible". Selma a?ade: "Esperamos que los norteamericanos vengan a apoyar esa paz. Lo que vayan a hacer, ya lo veremos".
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