Mucho valor

Cuando hace siete a?os Antonio Carbonell gan¨® el primer premio de cante de la primera muestra de Flamenco Joven de la Comunidad de Madrid, fueron muchos en considerarlo una firme promesa del flamenco. Herencia no le faltaba ni tampoco atm¨®sfera donde aprender y curtirse. Posteriormente, Antonio puso sus excelentes dotes al servicio de otros g¨¦neros, en los que ha alcanzado una cierta notoriedad y ¨¦xito. Pero el gitano madrile?o no puede olvidar sus ra¨ªces y ha vuelto a enfrentarse a la soledad de la escena flamenca. Su reaparici¨®n como protagonista est¨¢ llena de valor y voluntad.En la primera parte de su actuaci¨®n manifest¨® una cierta desorientaci¨®n, corregida despu¨¦s. Cant¨® un repertorio de ocho palos, algunos como la sole¨¢ por bulerias, la malague?a o los tarantos y cartagenera, dentro de las formas ortodoxas.

No le fue f¨¢cil pasar de la melod¨ªa al melisma, y por momentos se not¨® m¨¢s de una fractura. Sin embargo, y auxiliado por el toque rico en matices y ritmo de su hermano, Antonio Carbonell encontr¨® una v¨ªa expresiva que, si es capaz de pulir, le reconducir¨¢ a un puesto importante en el mundo del flamenco.