Arafat lanza en Nabl¨²s su campa?a electoral.
Yasir Arafat escogi¨® ayer la recientemente liberada ciudad palestina de Nabl¨²s para lanzar su campa?a electoral con la promesa de que sus compatriotas tendr¨¢n su capital en Jerusal¨¦n. Fue un acto multitudinario y pleno de simbolismo que le permiti¨® cumplir con dos objetivos: establecer la presencia de su autoridad en el coraz¨®n econ¨®mico de Cisjordania y oficializar euf¨®ricamente su candidatura para las elecciones del 20 de enero.Instalado en el techo del sombr¨ªo edificio que durante 28 a?os sirvi¨® de cuartel y c¨¢rcel de la polic¨ªa israel¨ª, el veterano l¨ªder palestino prometi¨® "continuar, paso a paso, hasta construir el Estado independiente de Palestina con la noble Jerusal¨¦n como su capital". Interrumpido por v¨ªtores, Arafat se dirigi¨® a la multitud: "Desde Nabl¨²s liberada, ?permit¨ªs que presente mi candidatura?". Millares de voces respondieron al un¨ªsono: "?Te juramos lealtad, Abu Amar! [¨¦ste es el nombre de guerra de Arafat]".
"Por fin, nuestro sue?o se ha convertido en realidad", dijo emocionado Mustaf¨¢ Aual, un viejo sastre palestino que calific¨® la ocupaci¨®n israel¨ª de "larga noche de violencia y humillaci¨®n". Ziad Anabtaui, un pr¨®spero empresario local, describi¨® la retirada de las tropas israel¨ªes hace cuatro d¨ªas como "el inicio de una nueva era que promete paz y seguridad".
Limones para el l¨ªder
A pocos metros de la verja alambrada que separaba a la multitud del edificio hoy bajo el control de millares de polic¨ªas palestinos, una mujer sollozaba en silencio. Llevaba en el pecho la foto de Arafat y en las manos un ramo de limones maduros que trat¨® en vano de transformar en ofrenda personal al dirigente.
La llegada del l¨ªder palestino estuvo precedida por festejos cuya intensidad nadie en Nabl¨²s parec¨ªa ayer recordar. "Bailamos en las calles toda la noche", coment¨® un ojeroso joven frutero que ofrec¨ªa mandarinas a los viandantes. Quiz¨¢s igualmente elocuente de la atm¨®sfera de optimismo que vive Nabl¨²s fue el hecho que nadie dispar¨® armas al aire. La polic¨ªa de Arafat hab¨ªa prohibido este tradicional tipo de manifestaciones de gozo y ni siquiera los halcones de Al Fatah, la milicia del joven guerrillero Ahmad Tabuk, se atrevieron a desafiar la orden.
Tabuk, cuyos hombres consiguieron en los ¨²ltimos meses tomar el poder de las calles de la ciudad, representa s¨®lo uno de los retos que esperan a Arafat en Nabl¨²s. "Lo primero que tiene que hacer es controlar a los desaforados", dijo un miembro de la c¨¢mara de comercio. "Si la polic¨ªa consigue desarmar a los pistoleros todo el mundo respirar¨¢ con tranquilidad", agreg¨®.
Un lugarteniente de Tabuk insinu¨® ayer que los halcones entregar¨¢n sus armas si hallan empleo en la polic¨ªa de Arafat. Pero ayer en Nabl¨²s, conocida por su combatividad desde los tiempos de Saladino como "la monta?a de fuego", hab¨ªa mas ilusi¨®n en un porvenir pr¨®spero que preocupaci¨®n de que la ciudad recobre su fama de rebelde.
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