Salarios diferidos
Vuelve a aparecer el fantasma de la destrucci¨®n del Estado de bienestar. Vuelven a sonar las trompetas apocal¨ªpticas del recorte de las prestaciones sociales. La cotizaci¨®n de los trabajadores (previo descuento obligatorio e ineludible de la n¨®mina, abarcaba: Seguridad Social tarifada, desempleo y formaci¨®n profesional, e impuesto general sobre la renta de las personas f¨ªsicas, adem¨¢s de la cuota sindical, tambi¨¦n obligatoria, y la p¨®liza de accidentes de trabajo) significaba un notable descuento de los haberes de obreros, administrativos y t¨¦cnicos de miles y miles de millones de pesetas que se quedaba antes y despu¨¦s, ahora, el Estado, evitando que cada quisque se asegurase el porvenir con arreglo a sus deseos y posibilidades, lo que trasladado a una previsi¨®n individual y personalizada habr¨ªa significado que al cabo de 40 a?os largos de cotizaci¨®n le representar¨ªa al beneficiario, c¨®nyuge y/o deudos much¨ªsimo m¨¢s dinero que el que recibe del Estado, y que parece que no se puede ni se debe de hablar de pensiones, sino de salarios diferidos que no han sido controlados y manejados por los generadores de los mismos, sino por pol¨ªticos m¨¢s o menos capacitados (m¨¢s bien menos) o corruptos (m¨¢s bien m¨¢s).Conclusi¨®n: el dinero para las pensiones es sagrado e intocable (?antes habr¨ªa que vender, pignorar o hipotecar todo o en parte el patrimonio art¨ªstico nacional: Museo del Prado, El Escorial, la Alhambra, etc¨¦tera!) y no le pertenece a ning¨²n Gobierno de izquierda, derecha o centro, porque se trata de un dep¨®sito que solamente se hab¨ªa de administrar, nunca poner en peligro con una gesti¨®n mala y absurda cara a la galer¨ªa, al exterior y a determinadas y equivocadas directrices del ministro de Hacienda de turno.
Por todo lo que antecede, si el se?or Aznar llega a ser presidente (?cosa que est¨¢ por ver!), habr¨¢ de cuidarse muy mucho de olvidar su promesa electoral de no hacer, nada, rebajar impuestos, por ejemplo, que pueda poner en peligro el Estado de bienestar, las sagradas pensiones; es decir, legalizar un robo para tratar de justificar lo injustificable. No desear¨ªa que a ¨¦l y a los suyos les ocurriera lo que a sus socios europeos de la derecha monsieur Chirac y monsieur Jupp¨¦ y que pagar¨ªamos todos los espa?oles. ?Cuando las barbas de tu vecino...!
Se nota que soy pensionista, ?verdad? Tambi¨¦n soy cotizante desde el a?o 1942. ?Qu¨¦ conste!-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.