Cuerpo a cuerpo Gonz¨¢lez Aznar
Felipe Gonz¨¢lez cumplir¨¢ su prop¨®sito de no ser candidato. Pero, he aqu¨ª que, limit¨¢ndose a exponer ante la Comisi¨®n Ejecutiva del partido socialista las desventajas que su presentaci¨®n encerrar¨ªa, el rechazo que su nombre suscita casi por primera vez en un sector del electorado, y sin ahorrar ninguna de las consideraciones que le convierten, en las actuales circunstancias, en una parte del problema m¨¢s que de la soluci¨®n, por arte de birlibirloque -si se prefiere la terminolog¨ªa de Bergam¨ªn- o por reducci¨®n al absurdo -si se opta por la matem¨¢tica-, terminar¨¢ encabezando las listas del PSOE a los comicios generales de marzo. Como sucedi¨® con Francisco Alegre, van a poner su nombre en los carteles.Para entonces, para cuando se haga el escrutinio de las urnas, Gonz¨¢lez habr¨¢ cumplido con creces su programa m¨ªnimo, avanzado hace meses en medio del diluvio universal, de los desastres sin cuento, en el Pleno del Congreso de los Diputados, durante los debates sobre el Estado de la Naci¨®n. Su enunciado se resum¨ªa en la frase "yo saldr¨¦ de aqu¨ª con la cabeza alta" pronunciada en la r¨¦plica a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, principal censor y m¨¢ximo aspirante a sucederle en la Presidencia del Gobierno que, por aquellas fechas, le obsequiaba incansable con el estribillo de "?V¨¢yase, se?or Gonz¨¢lez!".
Gonz¨¢lez abandonado a su soledad, en el jard¨ªn de los bonsais, supo filtrar el ruido de entre las informaciones que le llegaban en aquellos momentos de m¨¢xima tensi¨®n y confusi¨®n absoluta. Son reflejos como los atribuidos a Massena, cuyas "facultades mentales se redoblaban en medio del estruendo de los ca?ones". Parafraseando a Norman F. Dixon, en un estudio "Sobre la pgicolog¨ªa de la incompetencia militar" se puede establecer que la pol¨ªtica supone, adem¨¢s de la movilizaci¨®n de energ¨ªa, la comunicaci¨®n de informaciones. Y tambi¨¦n, por analog¨ªa, que el pol¨ªtico de primer rango tiene que cumplir con cierto n¨²mero de papeles o funciones incompatibles entre s¨ª como son las de l¨ªder, administrador y tecn¨®crata, experto en relaciones p¨²blicas, figura paternal y psicoterapeuta. De todo eso habr¨¢ en las pr¨®ximas representaciones de la sede socialista de Ferraz.
Ac¨¦ptese en todo caso que Dixon, a la manera clausewitziana, viene a confirmar la Ley de la Gravitaci¨®n Informativa (v¨¦ase EL PA?S, 26 de agosto de 1992, p¨¢gina 10) cuando pondera la improbabilidad o excepcionaldad de un hecho, o lo que es lo mismo, su car¨¢cter inesperado como un coeficiente multiplicador de los contenidos informativos que aporta es, decir, de su magnitud medida en unidades de noticiabilidad. Quede para otro momento el an¨¢lisis de las dificultades adicionales que ofrece la absorci¨®n de la informaci¨®n proporcionada por un hecho inesperado pero aceptemos que, para la toma adecuada de decisiones, debe superarse el factor entorpecedor del ruido y computarse con justeza la liquidaci¨®n de las consecuencias que acarrear¨ªa una decisi¨®n determinada en comparaci¨®n con las que podr¨ªa tener otra de distinto signo. Cuando las consideraciones racionales ceden ante la importancia concedida a la posible p¨¦rdida de autoestimaci¨®n, o de aprobaci¨®n social, todo queda dispuesto para la calamidad, expectativa que se ve tambi¨¦n muy favorecida cuando la atenci¨®n, la percepci¨®n, la memoria y el pensamiento resultan distorsaionados por la emoci¨®n.
Gonz¨¢lez y Aznar, ahora que van a tomar la salida en el marat¨®n electoral, a un observador de a pie le parecer¨ªan vacunados contra las emociones, sea como resultado de la experiencia vivida, del entrenamiento deliberado o del talante propio. En cualquier caso, terminada la presidencia espa?ola de la UE, se impone felicitar a quienes han cumplido sus trabajos de manera ejemplar. Que una ins¨®lita mezquindad haya invadido la primera de Abc del domingo, desmintiendo a quienes tanto alardearon de grandeza y generosidad para reconocer el acierto, por muy lejos que se encontrara de las propias filas, anticipa lo que nos espera en la campa?a. Se ha se?alado que la presidencia de Gonz¨¢lez en el torneo de marzo pueda a?adir tensi¨®n y favorecer enfoques hacia el pasado, que se querr¨¢ impugnar o convalidar integramente. Y en cuanto a Aznar, si quedara en manos de los camisas viejas del aznarismo y se contagiara de las altas dosis de abece¨ªna y munditis, descalificadoras de pensionistas -considerados indignos portadores de voto cautivo y abyectos corruptos del Inserso con cuyos viajes conocieron el mar tras 40 a?os sin vacaciones- habr¨ªa renunciado a la mayor¨ªa que buscaba.
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