Los 'marines' que violaron a una ni?a en Okinawa se acusan entre ellos

La sexta sesi¨®n del juicio contra tres soldados estadounidenses, acusados de violar a una ni?a japonesa de 12 a?os el pasado 4 de septiembre en la isla de Okinawa, se convirti¨® ayer, seg¨²n testigos presenciales, en un rosario de acusaciones mutuas entre los tres implicados. El suceso se ha convertido ayer, seg¨²n testigos presenciales, en un rosario de acusaciones mutuas entre los tres implicados. El suceso se ha convertido en un estandarte de antiamericanismo, mientras el primer ministro Tomiichi Murayama intenta apaciguar los ¨¢nimos y salvar el escollo del realquiler de los terrenos de las bases a Estados Unidos, concesi¨®n a la que se opone sin miramientos el gobernador del archipi¨¦lago, Masahide Ota.En la vista oral de ayer, Rodrigo Harp, de 21 a?os, y Kendrick Ledet, de 20 admitieron que secuestraron a la ni?a presionados por el tercer sospechoso, Marcus Gill, de 23. Tanto Harp como Ledet negaron haberla violado. En una sesi¨®n previa, Gill, por su parte, acus¨® a sus colegas al atestiguar en su propia defensa.

Seg¨²n Ledet y Harp, Gill les dijo que amordazaran con una cinta aislante a la joven, a quien despu¨¦s ¨¦l mismo viol¨®. Seg¨²n los dos acusados, obraron as¨ª, por temor a Gill que es m¨¢s fuerte. Gill, por su parte, ha declarado que fueron Ledet y Harp los que saltaron del coche de alquiler y agarraron a la escolar poco despu¨¦s de divisarla. Gill se ha confesado culpable de la violaci¨®n. El embrollo se complica a¨²n m¨¢s porque Harp hab¨ªa afirmado poco despu¨¦s de su detenci¨®n que la hab¨ªa raptado, testimonio que ahora dice haber aceptado por consejo de los investigadores norteamericanos como medio para obtener una sentencia menos dura. El clamor despertado por la violaci¨®n ha desatado una amplia campa?a de protestas en la isla -cerca del 75% de las fuerzas norteamericanas en Jap¨®n permanecen estacionadas en 0kinawa- para que las tropas de EE UU abandonen el archipi¨¦lago.

Los familiares de los acusados han pedido, alegando que la excesiva presi¨®n popular en Okinawa impedir¨¢ que reciban una sentencia justa, que el juicio se traslade a otro lugar.