El discurso de la guerra
La televisi¨®n vasca emiti¨® la semana pasada un programa conmemorativo del 25? aniversario del juicio de Burgos: la "causa general contra Euskadi y la libertad", como titul¨® la dictadura traduciendo demasiado literalmente el significado de las siglas ETA. Varios de los entonces procesados y algunos de sus abogados debatieron sobre las eventuales diferencias entre la ETA de entonces y la de ahora. La opini¨®n m¨¢s cortante en favor de la continuidad entre ambas fue la de Itziar Aizpur¨²a, condenada hace un cuarto de siglo a 15 a?os de c¨¢rcel y en la actualidad dirigente de Herri Batasuna. Su argumento fue el siguiente: hace 25 a?os el PNV conden¨® la ejecuci¨®n del polic¨ªa Melit¨®n Manzanas y ahora la admite; el PNY reconocer¨¢ dentro de 25 a?os la necesidad de las actuales acciones de ETA porque, merced a ellas, Euskadi ser¨¢ para entonces independiente.Xabier Izko fue quien con m¨¢s claridad subray¨® las diferencias entre la ETA que mat¨® a Manzanas y la que coloca bombas en unos grandes almacenes. Entonces, vino a decir, luch¨¢bamos contra una dictadura mientras que ETA combate ahora a una democracia. Izko, que en Burgos fue condenado a dos penas de muerte, calific¨® de "bestialidades" los ¨²ltimos atentados de ETA.
ETA no ha sido nunca democr¨¢tica. Antes y ahora ha sido una organizaci¨®n que ha tratado de imponer por la fuerza sus opciones. Pero la distancia moral entre la ETA antifranquista anterior al juicio de Burgos y el movimiento semifascista actualmente agrupado en tomo a -mejor: debajo de- ETA es tan abismal como la existente entre las opiniones de Izko y Aizpur¨²a. Las de la dirigente de HB son representativas en la medida que revelan que ya no se considera necesario justificar el recurso a esos m¨¦todos, odiosos en s¨ª mismos. S¨®lo se constata -la palabra m¨¢s c¨ªnica del diccionario- que son eficaces para el fin previsto y se deduce que, a la vista de esa eficacia, la comunidad nacionalista acabar¨¢ reconociendo su legitimidad.
Ese es ahora el discurso dominante entre las masas juveniles de acoso que tratan de amedrentar a profesores, alcaldes, periodistas, jueces, ertzainas y vecinos en general. En un comunicado difundido la semana pasada, la organizaci¨®n Jarrai amenazaba a los profesores y directores de centros escolares: "Se acab¨® la chuler¨ªa e impunidad con que se intimida a los alumnos abertzales". Lo dec¨ªan, parad¨®jicamente, con ocasi¨®n de los incidentes registrados d¨ªas antes en el Instituto de Hernani, donde esos alumnos abertzales agredieron a los que, tras una votaci¨®n, hab¨ªan decidido manifestarse contra Ios atentados de ETA
Uno de los fundadores de ETA, el escritor Txillardegi, declaraba hace algunos a?os: "Despu¨¦s de los tiros viene la negociaci¨®n. Ya sabemos que esto no es democr¨¢tico, pero no hay otra soluci¨®n". Fue Michel Foucault quien, a mediados de los 70, analiz¨® los or¨ªgenes hist¨®ricos de ese discurso c¨ªnico que hace depender de la fuerza toda legitimidad y todo derecho. El sujeto de ese discurso no trata de demostrar nada ni de convencer de nada. Se limita a exponer lo que considera su derecho, al que deben plegarse los de los dem¨¢s. Foticault sit¨²a el nacimiento de ese discurso a fines del siglo XVI, en la ¨¦poca de las guerras de religi¨®n en Francia.
Otro de los asistentes al coloquio de la televisi¨®n vasca, un famoso abogado de la causa, se limit¨® a "constatar que el fen¨®meno ETA no ha desaparecido", lo que interpret¨® como un s¨ªntoma de la persistencia de las causas que determinaron su nacimiento. Alguien que conoce bien ese mundo, Kepa Aulestia, ha explicado de manera muy convincente que, a partir de un momento dado, el objetivo esencial de los terroristas es la supervivencia de la organizaci¨®n a la que pertenecen y que nada resulta tan eficaz a esos efectos como la exigencia de una negociaci¨®n pol¨ªtica: "Toda aproximaci¨®n dialogante", escribe Aulestia, "genera un doble efecto. Por una parte, es saludada como se?al de victoria; por otra, les incita a mantener la distancia, ese foso que garantiza su propia pervivencia. En cuanto te acercas a su pelda?o, escalan un par de ellos m¨¢s".
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