Una directora de residencia condenada por estafar 10 millones a una anciana

La directora de la residencia de ancianos Nuestra Se?ora del Pilar, de Madrid, ha sido condenada por la Audiencia Provincial por un delito de estafa a una de las internas, ya fallecida, a ocho meses de c¨¢rcel y a indemnizar a los herederos de la v¨ªctima los 10 millones de pesetas estafados. La directora obtuvo de la anciana, que padec¨ªa demencia senil, un poder notarial otorg¨¢ndole amplias facultades de administraci¨®n y disposici¨®n de sus bienes.El tribunal considera probado que en noviembre de 1986, Novelia Edilia Toledo Toledo, directora de la residencia, conoci¨® a Emilia D¨ªaz N¨²?ez, de 79 a?os, que hab¨ªa ingresado en el centro por sufrir una ca¨ªda y que padec¨ªa demencia senil con intervalos l¨²cidos. Toledo consigui¨® granjearse la confianza de D¨ªaz y logr¨® que ¨¦sta cancelase una cuenta corriente de cuatro millones de pesetas, con los que abri¨® una nueva en otra sucursal en la que autoriz¨® a la acusada para disponer de ellos.

M¨¢s tarde, aprovech¨¢ndose del trastorno que la anciana padec¨ªa, Toledo la convenci¨® para que le entregara un poder notarial que le otorgara amplias facultades de administraci¨®n y disposici¨®n, con el que sac¨® de otra entidad seis millones de pesetas que dispuso en su exclusivo beneficio. Ninguna de estas cantidades fueron reintegradas a la familia de la anciana, que falleci¨® en junio de 1987.

La inicial sentencia absolutoria, dictada por el juzgado de lo Penal n¨²mero 11 de Madrid el 4 de abril de 1995, fue apelada por la acusaci¨®n particular, defendida por el abogado Jos¨¦ Manuel Chincilla, con la adhesi¨®n del fiscal. La Secci¨®n Quinta de la Audiencia Provincial de Madrid ha mantenido la absoluci¨®n del notario ante el que se firm¨® el poder, pero ha revocado la absoluci¨®n de la directora.

La sentencia, no recurrible, de la que ha sido ponente la magistrada Paloma Pereda Riaza, tras tomar en consideraci¨®n vanos informes m¨¦dicos, razona que si la v¨ªctima "entreg¨® todo su patrimonio a la acusada ( ... ), fue porque ¨¦sta influy¨® sobre ella y la convenci¨® de que iba a ser benefactora de otros ancianos, aprovech¨¢ndose de su estado de ¨¢nimo para obtener su prop¨®sito". En cuanto a la exculpaci¨®n del notario, el tribunal resalta que el trastorno psicoorg¨¢nico de la anciana, con intervalos l¨²cidos, era dif¨ªcil de apreciar por una persona sin conocimientos m¨¦dicos.