"La terapia g¨¦nica todav¨ªa no es una realidad"
Los recientes ¨¦xitos en terapia g¨¦nica no han hecho variar un ¨¢pice. su opini¨®n. Claudio Bordignon, presidente de la Asociaci¨®n Europea de Terapia G¨¦nica, actualmente en el prestigioso hospital italiano de San Rafael, de Mil¨¢n, sostiene, contra viento y marea, que todav¨ªa es prematuro hablar de esta especialidad como una alternativa real en el campo m¨¦dico.En el mejor de los casos, afirma Bordignon, "el mundo deber¨¢ esperar al menos una d¨¦cada" para que las diferentes l¨ªneas de investigaci¨®n cristalicen en m¨¦todos terap¨¦uticos concretos.
P. La terapia g¨¦nica parece haberse consolidado como una alternativa para el tratamiento de varias 'enfermedades. ?Es ¨¦sta la mejor opci¨®n?
R. No todas las enfermedades son susceptibles de ser tratadas con terapia g¨¦nica. La terapia g¨¦nica, por supuelto, va a ser la soluci¨®n para algunas enfermedades, en especial aquellas que son debidas a un problema cong¨¦nito. Pero, para otras muchas, ¨¦sta no va a ser la ¨²nica opci¨®n, sino el complemento a otras v¨ªas terap¨¦uticas.
P. Algunos expertos mantienen que la terapia g¨¦nica va a usarse como sustitutivo de tratamientos m¨¦dicos ya consolidados. ?Coincide con ellos?
R. En general, se considera que en enfermedades para las que no existe soluci¨®n alguna o bien no pueden solventarse con las aproximaciones terap¨¦uticas actuales, la terapia g¨¦nica puede aportar soluciones significativas. Sin embargo, en situaciones como c¨¢ncer, sida o diabetes, en las que ya existen aproximaciones que dan resultados m¨¢s o menos satisfactorios, se espera que la terapia g¨¦nica pueda aportar mejores resultados y eliminar, efectos secundarios indeseables pero que son inevitables con los tratamientos actuales. Se trata, en definitiva, de evitar no s¨®lo los efectos directos de estas enfermeda des, sino tambi¨¦n deterrninad¨¢s complicaciones colaterales que aparecen a lo largo de la enfermedad o como producto del tratamiento aplicado.
P. ?Cu¨¢l es el grado de desarrollo en este campo?
R. La terapia g¨¦nica tiene una historia muy corta, tanto que ¨²r¨¢cticamente no exist¨ªa como tal en 1985. Hab¨ªa, al principio, unos pocos grupos que trabajaban en este campo, apenas una veintena. A partir de 1990, la terapia g¨¦nica experimenta un fuerte auge, pero hasta 1995 no se han conseguido los primeros resultados relevantes.
P. ?ltimamente se han levantado algunas voces cr¨ªticas. Se habla incluso de fracaso de esta terapia.
R. Es cierto que se habla de fracaso, pero ello tiene mucho -que ver con la forma en que las informaciones llegan al p¨²blico. Se han creado muchas expectativas, tal vez demasiadas, algunas de ellas basadas en rumores o informaciones poco contrastadas. En los ¨²ltimos a?os han surgido grupos de gran calidad que han avanzado notablemente, pero la realidad es que estamos lejos de poder afirmar que la terapia g¨¦nica sea hoy una opci¨®n real. Faltan por lo menos diez a?os para que pueda hablarse de la terapia g¨¦nica como una realidad. Y ¨¦sta es una visi¨®n muy optimista..
P. ?Cree que es prematuro hablar de la terapia genica como una realidad consolidada?
R. La terapia g¨¦nica, hoy por hoy, todav¨ªa no es una realidad. Una vacuna que, por ejemplo, se lance hoy al mercado, lleva al menos diez a?os de desarrollo previo en el laboratorio. Con la terapia g¨¦nica ocurre algo similar, pero la dificultad es mayor, puesto que, en primer lugar, debe encontrarse el gen y el fen¨®meno biol¨®gico asociado para poder pasar a una etapa posterior en la que sea posible pensar en c¨®mo activar o inhibir una determinada funci¨®n, es decir, la expresi¨®n de este gen.
P. Sin embargo, se han publicado ya algunas experiencias que demuestran la viabilidad de la terapia g¨¦nica.
R. Los ¨²nicos ¨¦xitos conseguidos hasta la fecha se refieren a enfermedades que parecen depender de un solo gen. Uno de ellos es la enfermedad ADASCDI (Adenosine DeaminaseSevere Combined linmunodeficiency), una enfermedad que se populariz¨® por el caso de las llamadasni?as burbuj¨¢ y de la que se han conseguido ya resultados positivos que se publicar¨¢n con bastante probabilidad en menos de un a?o. Otro caso realmente significativo es el referente a la diabetes, en el que se ha avanzado mucho, sobre todo en experimentos in vitro. A pesar de ello y de que realmente se trata de avances muy notables, todav¨ªa no podemos afirmar que los ¨¦xitos vayan a repetirse de forma sistem¨¢tica y repetida.
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