Los tropezones verbales
Embotellamientos en las redes cerebrales impiden decir lo que se quiere en el momento en que se quiereMuchas cosas pueden fallar en la ¨²ltima etapa del habla
?Es realmente frustrante! Est¨¢s hablando con un amigo cuando, de repente, no puedes acordarte del nombre de una cosa. Lo tienes en la punta de la lengua pero, por m¨¢s que lo intentas, eres incapaz de decirlo. Para los cient¨ªficos que estudian el cerebro, este tropez¨®n es una experiencia en la punta de la lengua. Incluso se produce de una forma, ligeramente diferente entre los que utilizan el lenguaje de signos. En este caso lo llaman experiencia en la punta del dedo." A los humanos les encanta hablar", dice Willem Levelt, director del instituto de psicoling¨¹¨ªstica Max Planck de Nimega, Holanda. El inter¨¦s de Levelt se centra en el problema de c¨®mo la gente pasa de pensar en algo a decirlo realmente. A lo largo del estudio de los sistemas componentes que intervienen en la generaci¨®n de palabras habladas a partir del pensamiento, Levelt ha elaborado una teor¨ªa sobre lo que pasa en el interior del cerebro cuando un hablante se queda bloqueado al ir a decir una palabra.
Seg¨²n Levelt, la identificaci¨®n de estos sistemas se basa en avanzadas t¨¦cnicas de representaci¨®n del cerebro y en el cronometraje preciso de las actividades cerebrales. Estas dos t¨¦cnicas permiten a los investigadores observar el proceso en el que los pensamientos son transformados en un flujo continuo de palabras para ver d¨®nde se interrumpe este proceso y demostrar c¨®mo las personas corrigen instant¨¢neamente errores que cometen al hablar.
Levelt y sus colegas basan su investigaci¨®n en el supuesto de que el cerebro humano tiene distintos m¨®dulos para procesar el pensamiento y convertirlo en lenguaje. Gary Dell, profesor de Psicolog¨ªa en la Universidad de Illinois en Champaign-Urbana, afirma que este supuesto es ampliamente aceptado entre los psicoling¨¹istas, aunque es expresado en formas ligeramente diferentes.
Levelt coment¨® en una entrevista telef¨®nica que la anatom¨ªa exacta de los m¨®dulos propuestos no se conoce todav¨ªa, pero su existencia puede demostrarse experimentalmente. No son unas cajitas del cerebro, a?adi¨®, sino redes extendidas de neuronas interconectadas que coo, eran, con P
una sincronizaci¨®n precisa, para cumplir tareas espec¨ªficas.
Los tres m¨®dulos son, para Levelt, la red l¨¦xica, la red del lema y la red del lexema. Esencialmente, la red l¨¦xica controla los pensamientos, la red del lema controla la sintaxis y la red del lexema se ocupa de los sonidos hablados. Al hablar, el primer m¨®dulo que se activa es la red l¨¦xica. Levelt explica que "conceptualizar es decidir qu¨¦ expresar seg¨²n nuestras intenciones. Como hablantes, ponemos casi toda nuestra atenci¨®n en estas cuestiones de contenido" y en c¨®mo ordenar los pensamientos secuencialmente.
Levelt se?ala que una vez que un mensaje es pensado, "tenemos que captarlo mediante alg¨²n concepto l¨¦xico". Para conseguirlo, recurrimos a nuestro vocabulario almacenado-habitualmente decenas de miles de palabras codificadas por las neuronas-. Los hablantes pueden recuperar dos o tres palabras por segundo que tengan (un total) de 10 a 15 sonidos o s¨ªlabas.
Levelt a?ade que las palabras y conceptos individuales son almacenados por todo el cerebro en amplias redes interactivas llamadas nodos. Estas redes est¨¢n distribuidas de diferente manera en cada persona y utilizan m¨²ltiples regiones del cerebro. Las redes del lenguaje son tan diferentes como las huellas; no hay dos personas id¨¦nticas.
Supongamos que queremos decir la palabra llama, propone Levelt. Quiz¨¢ hayamos visto un dibujo de una llama, o hayamos pensado en el animal mientras habl¨¢bamos con un amigo. En primer lugar, la mente activa el nodo l¨¦xico de llama que contiene todo lo que sabemos sobre las llamas. Es un ungulado de cuello largo, se utiliza como animal de carga y dem¨¢s.
Seg¨²n Levelt, cuando el nodo de llama es activado, los nodos de palabras de significado similar tambi¨¦n son estimulados. Entre estos pueden encontrarse los nodos de ovejas y cabras, los nodos de animales de carga en general, el nodo de animales con pezu?as, y dem¨¢s.
La siguiente etapa del procesamiento es controlada por el segundo m¨®dulo, la red del lema. Cuando el concepto l¨¦xico de llama y otros conceptos activados llegan a este nivel, ocurren dos cosas.
En primer lugar, el lema asigna una sintaxis adecuada a todos los conceptos que van llegando. Estas son las reglas del lenguaje del hablante. Tambi¨¦n en el nivel del lema, los verbos, nombres y modificadores son colocados en sus lugares corres pondientes en una sucesi¨®n de palabras. En segundo lugar, los diferentes conceptos l¨¦xicos activados inician una competici¨®n. Casi siempre, ganar¨¢ el concepto m¨¢s intensamente activado (llama). Pero a veces, hay una interferencia de otros conceptos l¨¦xicos. Seg¨²n Levelt, cuantos m¨¢s hayan sido activados, m¨¢s se tardar¨¢ en generar la palabra deseada. Experimentos de cronometraje efectuados en el laboratorio de Levelt demuestran c¨®mo funciona este proceso. Se ense?a a los individuos unas im¨¢genes y se les pide que las nombren lo m¨¢s r¨¢pidamente que puedan.
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Esperar unos minutos
La edad y los deslices freudianos
Pero, como la mayor¨ªa de la gente ha descubierto, esperar unos minutos (o m¨¢s) ayudar¨¢ a que salga una palabra de la punta de la lengua. "Al final, si no conseguimos encontrar la palabra que buscamos, nos rendimos, pensamos en otra cosa y nos olvidamos un poco del tema. Despu¨¦s, cuando volvemos a pensarlo, es posible que la palabra aparezca de repente", dice Dell. Esperar da al cerebro tiempo para "reorganizar" los conceptos l¨¦xicos de manera que el correcto pueda volver a intentar ganar la competici¨®n.Dell afirma que otros errores del habla pueden cometerse en a transici¨®n de un pensamiento de la red del lema a la red del lexema. A veces, la gente cambia una palabra por otra (ll¨¦neme a gasolina de dep¨®sito) o mezcla sonidos (masas con piel y pasas on miel).
Tambi¨¦n son frecuentes los llamados deslices freudianos. Freud consideraba que representan impulsos sexuales profundos, pero Levelt dice que son m¨¢s inocentes. Cuando la gente habla, a menudo est¨¢ pensando en otras cosas, lo cual puede hacer qu¨¦ se active un nodo no relacionado. Por eso, una palabra de un campo sem¨¢ntico diferente puede aparecer en la conversaci¨®n ~ sorprender tanto al hablante como al oyente.
Pero Levelt explica que si todo va bien y una palabra es recuperada correctamente, pasa al siguiente nivel de procesamiento que es la articulaci¨®n. Este es el proceso a trav¨¦s del cual las s¨ªlabas son organizadas seg¨²n modelos motores generados en la lengua, la boca, los labios, la laringe y los pulmones.
En este momento, seg¨²n Levelt, la gente puede corregir los errores que comete al hablar. "A veces, editamos nuestro discurso al instante", comenta Levelt, y utilizamos "um" y "esto" para e?alar que hay alg¨²n problema. Levelt a?ade que "cuando volvemos a empezar la frase, lo hacemos de forma que se conserve la sintaxis adecuada".
Copyright The NYT News Service
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