El M¨¦rida tuvo las ocasiones

Fue uno de esos partidos que sirven para promocionar la programaci¨®n televisiva de la tarde dominical. El aficionado, algo entumecido por el fr¨ªo, a?ora el sof¨¢ de su casa y cualquier vieja pel¨ªcula que pongan en la tele, por mil veces vista que la tenga.El p¨²blico acudi¨® ayer al estadio atra¨ªdo por la convocatoria de Victor Onopko en las filas azules, pero el ruso, ese hombre que es como si nunca acabara de llegar, vio el partido sentado en la tribuna. Si le dieron ganas de salir huyendo es algo que nunca se podr¨¢ comprobar.

El Oviedo hace extensiva a todo el equipo la imagen de Dubovski. El eslovaco deber¨ªa ser el punto de referencia, pero s¨®lo es el centro de las cr¨ªticas. Su aparente apat¨ªa y su falta de conexi¨®n con lo que de ¨¦l se pretende desespera a la parroquia, aunque al final el dedo acusador de la grada se vuelve hacia el banquillo, donde Brzli ya salv¨® un cese hace dos meses, merced a un golpe de estado incruento de sus jugadores.

Las ocasiones que tuvo el M¨¦rida en Oviedo, casi todas a bal¨®n parado, convirtieron al guardameta Mora en la figura rival. Tuvo que desviar ca?onazos de Sinval, Reyes y Momparlet y un cabezazo de Corino, que le sorprendi¨® a media salida, roz¨® el larguero. El Oviedo remat¨® tres veces con verdadero peligro en todo el partido. La primera se hizo esperar 21 minutos y el resultado fue desesperante, porque Manel se las arregl¨® para echar fuera una asistencia de Carlos a puerta vac¨ªa. El segundo remate fue un cabezazo de Losada, a los 60 minutos, replicado por Leal con un parad¨®n.