POR FIN, HAY LAGO EN LA CASA DE CAMPO.
La Casa de Campo madrile?a ha recuperado su lago en el que los ancianos acostumbraban a pescar carpas que luego arrojaban de nuevo, los ni?os y padres remaban en barquitas y los gamberros arrojaban bancos. Desde que fue vaciado el verano pasado para reparar uno de sus muros, da?ado por las riadas veraniegas del arroyo de Meaques, era una alberca seca: el Ayuntamiento del PP abandon¨® la idea de llenarlo con agua para el consumo. As¨ª que hubo que esperar a las lluvias de este ¨²ltimo mes.
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