As¨ª, no la queremos
No es cierto que ETA carezca de objetivos pol¨ªticos: tiene uno, consistente en demostrar que la violencia que ejerce es ¨²til; que matar y secuestrar es eficaz para modificar el trazado de una carretera o la voluntad de los navarros, entre otros. Frente a esa voluntad de dominio cabe rendirse o resistir. Lo primero es lo que propone el escritor. Mu?oz Molina en una reciente entrevista con Pilar Urbano: que Ies den la independencia y nos dejen en paz. Es lo que siempre han deseado los terroristas; que sea la propia poblaci¨®n la que, en lugar de resistirse, pase a presionar sobre los gobernantes para que accedan a sus exigencias.La resistencia a las pretensiones de ETA puede ser Iegal o ilegal. La ilegal ha fracasado tanto en los tiempos de los GAL como en los de los batallones parapoliciales que les precedieron, y era previsible que as¨ª ocurriera: emplear m¨¦todos de guerra cuando no existe ninguna guerra acaba favoreciendo a quienes quisieran que la hubiera. Los pactos antiterroristas forman parte de la resistencia civil contra la imposici¨®n. No sirven para acabar con ETA sino para desautorizar su pretensi¨®n de justificar sus cr¨ªmenes con argumentos pol¨ªticos.
Nacieron, sobre todo, para evitar que ETA siguiera utilizando en su favor la existencia de discrepancias entre los partidos democr¨¢ticos. sobre, precisamente, c¨®mo acabar con ETA. Las diferentes visiones sobre las extradiciones o la pol¨ªtica penitenciaria, pero tambi¨¦n sobre la autodeterminaci¨®n o el futuro institucional de Navarra, eran interpretadas por ETA como la prueba de que la verdadera frontera no era la que separaba a la mayor¨ªa dem¨®crata de la minor¨ªa violenta, sino la que se alzaba entre los nacionalistas y quienes no lo son. El argumento era que esa divisi¨®n reflejaba que, en el fondo, todos los nacionalistas compart¨ªan sus objetivos; y que, puesto que esos objetivos no ten¨ªan cabida en el marco de la Constituci¨®n y el Estatuto, tambi¨¦n apoyaban impl¨ªcitamente el recurso a procedimientos extralegales, incluyendo la lucha armada.
Frente a esa pretensi¨®n, el acuerdo fundacional del pacto reafirma los principios y valores pol¨ªticos compartidos por todos los partidos democr¨¢ticos de Euskadi: fundamentalmente, la validez del Estatuto de Gernika como expresi¨®n de la voluntad mayoritaria de los vascos y marco en el que realizar sus aspiraciones, y el rechazo de cualquier intento de sacar partido de los efectos de la violencia. De acuerdo con esos principios, el Pacto apoya la b¨²squeda de salidas dialogadas a la violencia, pero rechaza la llamada negociaci¨®n pol¨ªtica: se podr¨¢n estudiar, como en el caso de los poli-milis, medidas de gracia u otras relativas a la situaci¨®n de los propios activistas, pero no negociar con ETA asuntos pol¨ªticos que afecten a los ciudadanos.
Tal mensaje no sirve para acabar con ETA pero s¨ª es condici¨®n, en todo caso, para intentar convencer a los etarras de la inutilidad de su empe?o en seguir matando. Si matan para imponer la negociaci¨®n, pero la mayor¨ªa les niega legitimidad para hacerlo en su nombre y se compromete a rechazar los efectos pol¨ªtico! que pudieran derivar de esa negociaci¨®n, su empe?o es in¨²til. Es lo que el lunes pasado proclamaron los estudiantes que se concentraron en San Sebasti¨¢n para pedir la liberaci¨®n de Aldaya: "Si para conseguir la libertad de Euskal-Herria hay que secuestrar, asesinar inocentes, y hacer sufrir a tantas personas, no queremos esa libertad".
Por eso, quienes m¨¢s apuestan por una salida no traum¨¢tica deber¨ªan ser los m¨¢s interesados en reafirmar esa v¨ªa de convencimiento (consistente en cortarles la hierba bajo los pies). Por eso tambi¨¦n, pocas ideas tan desafortunadas como esa de Garaikoetxea de responder a la nueva ofensiva de ETA mediante la inclusi¨®n de la autodeterminaci¨®n entre los principios del Pacto. Mientras el nacionalismo democr¨¢tico no comprenda que no es posible jugar a la vez en el tapete de la autonom¨ªa y en el de su denuncia Como insuficiente para garantizar las aspiraciones vascas, ser¨¢ ut¨®pica toda pretensi¨®n de hacer desistir a ETA.
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