El arte grande de Olga Borodina
Olga Borodina
Ciclo Pro M¨²sica. O. Boredina, mezzo, y D. Yefimov, piano. Obras de Rimski-K¨®rsakov, Cui, Balakirev y Mussorgski. Auditorio Nacional
En 1989 gan¨® el concurso, Francisco Vi?as de Barcelona una impresionante mezzosoprano rusa: Olga Borodina. Ahora, Pro M¨²sica la ha presentado en su serie de abono junto a un excelente pianista colaborador, no mero acompa?ante: el tambi¨¦n ruso Dmitri Yefimov, en un programa dedicado a las canciones del Grupo de los Cinco.Media docena de melod¨ªas de Rimski-K¨¢rsakov antecedieron a dos peque?os bloques de C¨¦sar Cui y Mili Balakirev para dejar la segunda parte del programa al impresionante ciclo de Mussorgski Cantos y danzas de la muerte. Tras el romanticismo, del que lied es hijo leg¨ªtimo, las escuelas nacionales, ¨²ltimo estrato del gran movimiento rom¨¢ntico, cuentan con un hermoso y amplio legado capaz de renovar el pasado inmediato.
Pocos, ni siquiera dentro del grupo de San Petersburgo, llevaron a cabo un golpe de tim¨®n en la historia de la ¨®pera y el lied como Modesto M¨²ssorgski. En su m¨²sica, la Rusia de Dostoievski, con todo su tremendo realismo, irrumpe en los pentagramas a modo de invenci¨®n paralela. Una de esas irrupciones es el ciclo Cantos y danzas de la muerte, sobre textos de Golenichev-Kutuzov, cuatro extensas p¨¢ginas a cada cual m¨¢s bella y potente desde el di¨¢logo entre el ni?o y la muerte (Canci¨®n de cuna) hasta el extremado dramatismo de El mariscal de campo.
El peligro de este repertorio (especialmente Mussorgski) es siempre el del exceso, el de desnaturalizar el talante cultural de las obras en beneficio de un racialismo agreste y desmadrado. No sucede ni por un momento semejante cosa en Olga Borodina, due?a y se?ora de una voz hermos¨ªsima que conmueve ya por su timbre, pues el talante interpretativo de la cantante enaltece los niveles art¨ªsticos de cuanto aborda. Qued¨® bien demostrado en las propinas de Saint-Sa?ns y en una soberana versi¨®n de El pa?o, de Manuel de Falla.
Babelia
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