Desbloqueo electoral
ALGO COMIENZA a moverse en el cerrado sistema de representaci¨®n electoral espa?ol. Por primera vez, un programa electoral -el del PSOE para las pr¨®ximas elecciones- incluye una propuesta que, si bien muy limitada, implica romper el fuego sobre una cuesti¨®n considerada poco menos que tab¨² por los partidos, como es la necesidad de reformar el sistema electoral que rige en Espa?a desde el inicio de la democracia.El PSOE se compromete a reformar la Ley Electoral en el sentido de desbloquear las listas cerradas, de modo que el votante pueda expresar su Preferencia entre los candidatos propuestos. Algo es algo. No hace mucho, los presidentes de las comunidades aut¨®nomas de Madrid y Castilla-La Mancha, el popular Alberto Rluiz-Gallard¨®n y el socialista Jos¨¦ Bono, respectivamente, plantearon la urgencia de un, debate sobre la reforma de la Ley Electoral. Comienza, pues, a ponerse sobre la mesa de los partidos pol¨ªticos una cuesti¨®n s¨®lo discutida hasta ahora en foros muy restringidos y que ha trascendido en ocasiones a los medios de comunicaci¨®n.
Es evidente que para afrontar este tipo de reforma se necesita un clima pol¨ªtico m¨¢s sosegado que el actualmente existente en Espa?a. El consenso entre las fuerzas pol¨ªticas mayoritarias es indispensable para poner en marcha iniciativas legislativas de ese calado. Algo descartable mientras la relaci¨®n entre los partidos siga condicionada por los esc¨¢ndalos y su pugna por el poder no se plantee de otro modo que desde la sistem¨¢tica descalificaci¨®n mutua y sin cuartel.
No hay que desesperar. Los partidos y la sociedad espa?ola deben ser capaces de crear ese clima. Pero mientras tanto, la propuesta electoral del PSOE abre brecha en una especie de reserva de los partidos. El desbloqueo de las listas permite al menos que los electores puedan ordenar los nombres de los candidatos seg¨²n sus preferencias. Se les otorga, por tanto, una mayor libertad de elecci¨®n y, en esa medida, se acortan las distancias entre el sistema de representaci¨®n pol¨ªtica y la voluntad popular. Es cierto que los efectos ben¨¦ficos de este sistema est¨¢n por demostrar.
En Italia, los electores pueden elegir entre candidatos, pero sus preferencias apenas se alejan de la previa decisi¨®n de los partidos. Algo parecido sucede en Espa?a en el caso de las elecciones sindicales, regidas tambi¨¦n por el sistema de listas no bloqueadas. Pero lo importante es que vaya desapareciendo el poder omn¨ªmodo de las c¨²pulas de los partidos sobre las listas y se vaya hacia el reconocimiento pleno de la voluntad del elector. ?se es el objetivo al que debe tender toda iniciativa que busque corregir los vicios de que adolece el sistema electoral.
Una reforma en profundidad del sistema electoral exige, obviamente, algo m¨¢s que el desbloqueo de las listas: quiz¨¢ tambi¨¦n la adopci¨®n, dentro de los m¨¢rgenes permitidos por la Constituci¨®n, de un modelo mixto de elecci¨®n -mayoritaria y proporcional-, como el vigente en Alemania, de forma que se estreche m¨¢s la relaci¨®n entre el candidato y el elector sin que por ello se expulse a los partidos menores del ¨¢mbito parlamentario.
Y, como condici¨®n previa, una medida indispensable: la democratizaci¨®n interna de los partidos pol¨ªticos. Si la designaci¨®n de candidatos no responde a un proceso limpio de preselecci¨®n en los distintos niveles del partido, los electores siempre acabar¨¢n obligados a pronunciarse sobre listas manipuladas en origen.
La renovada legitimaci¨®n de la pol¨ªtica no s¨®lo exige la desaparici¨®n del poder absoluto de las c¨²pulas de los partidos sobre los electores; tambi¨¦n sobre los afiliados. Los partidos pol¨ªticos deben ser conscientes de que tienen que iniciar ya e impulsar este proceso de recuperaci¨®n democr¨¢tica, tanto' interna como institucional. Si no lo hacen, seguir¨¢n alej¨¢ndose cada vez m¨¢s del sentir de la sociedad, con perjuicios a¨²n m¨¢s graves para el sistema que los que ya se dejan sentir.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.