El mayor museo de erotismo de Europa abre sus puertas en el centro de Berl¨ªn

Beate Uhse, bautizada como la papisa del sexo por la prensa alemana, celebr¨® ayer el 50 aniversario de la fundaci¨®n de la empresa de art¨ªculos de placer sexual que lleva su nombre con la apertura en Berl¨ªn del mayor museo er¨®tico de Europa. La que fuera piloto de aviaci¨®n durante la II Guerra Mundial y due?a en 1962 del primer sex-shop del planeta, vio as¨ª cumplido uno de sus grandes sue?os, que albergar¨¢ en un edificio de tres pisos los art¨ªculos -m¨¢s de 3.000- coleccionados a lo largo de sus 75 a?os de vida.

La muestra ocupa 1.800 metros cuadrados en un edificio situado en pleno coraz¨®n comercial de Berl¨ªn, junto al, Kudamm -los campos el¨ªseos berlineses-. Escoltada por un grupo de j¨®venes vestidas con botines, pololos y ropa interior de encaje como a principios de siglo, la anciana Uhse inaugur¨® la muestra, que concentr¨® un vasto despligue de medios de comunicaci¨®n, con fot¨®gr¨¢fos y c¨¢maras de televisi¨®n pugnando por obtener las mejores im¨¢genes. "La exposici¨®n es el resultado de cinco d¨¦cadas de trabajo en el campo del esclarecimiento sexual y de la promoci¨®n de una vida sexual libre de tab¨²es", dijo la propietaria de una de las mayores cadenas mundiales de art¨ªculos er¨®ticos, que empez¨® su carrera vendiendo folletos sobre el m¨¦todo Ogino.La erecci¨®n eterna

Desde terracotas antiguas de Pr¨ªapo, al que los dioses castigaron con una erecci¨®n eterna, a la reproducci¨®n de una mazmorra con toda clase de artilugios para quienes prefieren el sadomasoquismo, sirven para que el Erotik Museum descubra pr¨¢cticamente todos los secretos del arte de amar.

En la exposici¨®n permanente no falta un apartado dedicado a los afrodisiacos con productos secos o en conserva procedentes de China como penes de tigre, serpiente o ciervo, gusanos tibetanos, caballitos de mar, ra¨ªces de ginseng o escorpiones. Cuenta adem¨¢s con un homenaje a los pioneros cient¨ªficos de los estudios sexuales Iwan Bloch, Albert Moll, Magnus Hirschfeld y Max Marcuse, quienes a principios de siglo iniciaron en Berl¨ªn la publicaci¨®n de obras relacionadas con un tema hasta entonces socialmente reprimido.

Libros matrimoniales chinos con dibujos sobre distintas posturas para la pr¨¢ctica del amor, im¨¢genes del Kamasutra indio, cinturones de castidad medievales, bronces europeos de la ¨¦poca del modernismo y todo tipo de falos de madera, metal, marfil o piedra procedentes de todos los continentes dan testimonio de la imaginaci¨®n humana en materia sexual.